lunes, 8 de marzo de 2010

Paraguay: DÍA DE LUCHA DE LAS MUJERES TRABAJADORAS

Doblemente explotadas, doblemente revolucionarias

El día 8 de marzo de 1857, obreras textiles de Nueva York salieron a las calles para protestar contra las pésimas condiciones de trabajo y los salarios miserables. Al volver, reunidas en el interior de la fábrica, fueron sorprendidas por un acto criminal de los patrones, que dieron la orden de incendiar el local. El resultado fue la muerte de 129 trabajadoras, cuyos cuerpos quedaron carbonizados.

El crimen sacudió a la clase trabajadora de toda Europa y la Conferencia de las Mujeres Socialistas de la II Internacional, en Copenaghe, en 1910, escogió el 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer, por propuesta de Clara Zetkin, militante socialista alemana.

Pasaron 153 años de aquel 8 de marzo sangriento y debemos preguntarnos: ¿cómo viven las mujeres trabajadoras hoy?

Producto de las luchas de la mujeres hubo importantes avances en todos estos años; sin embargo el capitalismo supo aprovechar la opresión de la mujer en la sociedad patriarcal para súper explotarlas, sustrayendo monumentales ganancias de esa opresión. Por eso podemos afirmar con toda certeza que para las mujeres trabajadoras, la situación sigue esencialmente siendo la misma.

Situación de la mujer trabajadora en Paraguay

41 % de las mujeres ocupadas trabajan por su cuenta, sin salario fijo, ni seguridad social.

40 % de las jefas de hogar del área urbana trabajan en el sector informal.

El desempleo y sub empleo es mayoritario en el sector femenino.

La doble jornada laboral dificulta mejorar su capacitación, su participación sindical, etc.

En todas las áreas y sectores de empleo, las mujeres ganan 33% menos que los hombres para el mismo trabajo.

Para acceder a los mismos cargos que los hombres, las mujeres requieren de 4 años más de educación formal que los hombres, en la región.

Acoso sexual, una problemática laboral común, casi totalmente invisibilizada, presente en el cotidiano de las trabajadoras.

Incumplimiento de normas de protección.

El empleo doméstico con una discriminación legal, lo coloca en un estatus de servidumbre o semi servidumbre.

La emigración de la fuerza laboral paraguaya cuenta con un alto componente femenino ya que de cada 100 solicitantes de pasaportes, aproximadamente 73 son mujeres.

Las mujeres campesinas son las primeras en las familias que migran y trabajando fundamentalmente como empleadas domésticas.

Del 48% de las mujeres que trabajan en la zona rural, el 23% lo hace con remuneración y el 25% sin ella.

Doblemente explotadas, doblemente revolucionarias

Las mujeres trabajadoras y pobres de las ciudades y del campo, de todos los países del mundo, sólo deben confiar en sí mismas y en la clase trabajadora para luchar contra la explotación y la miseria, que son las verdaderas causas de nuestra opresión.

Entre todas y todos debemos luchar contra el desempleo, por mejores salarios, por igualdad salarial, por guarderías para dejar nuestros hijos, por la licencia por maternidad y otros derechos inalienables.

Tenemos que enfrentar todas las formas de machismo, denunciando a los gobiernos como cómplices y reproductores de este preconcepto nefasto.

En este 8 de marzo de 2010, tenemos que transformar, una vez más, el Día Internacional de la Mujer en un día de lucha para el conjunto de la clase trabajadora mundial contra el capitalismo y el imperialismo.

Tenemos que levantar nuestra voz para repetir que el capitalismo y la democracia burguesa no son las salidas para la situación humillante en que se encuentra la mujer en pleno siglo XXI.

La única salida para la mujer trabajadora y pobre, de la ciudad y del campo, en todos los países del mundo, es participar del movimiento revolucionario.

Sólo la victoria de la clase obrera y la construcción del socialismo podrán colocar a la mujer en el camino de su emancipación definitiva y establecer la plena igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.



Comité Ejecutivo

Partido de los Trabajadores

Asunción, 8 de marzo de 2010

8 de marzo Estados Unidos Violencia Doméstica: ¿una condición preexistente?


El 8 de marzo es reconocido como Día Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas y muchos países del mundo, pero no por Estados Unidos. Sin embargo, en marzo, Estados Unidos celebra el llamado “Mes de la Historia de la Mujer”. A lo largo de este mes, miles de eventos tendrán lugar en todo el mundo para honrar a las mujeres. En Estados Unidos, comencemos por hacer que la violencia contra la mujer pase a la historia.
Amy Goodman
Democracy Now
http://www.democracynow.org

En Estados Unidos, marzo es el Mes de la Historia de la Mujer. En este mes se reconoce el rol central de la mujer en la sociedad. Desafortunadamente, la violencia contra la mujer es una epidemia que azota a Estados Unidos y el mundo.


La violencia doméstica es el foco de atención de muchas noticias nacionales. Según informes publicados por el periódico The New York Times, el Gobernador del Estado de Nueva York, David Paterson, se encuentra implicado en el tema por un presunto intento de ejercer influencia en un caso de violencia doméstica presentado contra uno de sus altos colaboradores. El informe del Times, basado parcialmente en fuentes no develadas, afirma que el colaborador de Paterson, David W. Johnson, atacó a su pareja la noche de Halloween, el 31 de octubre de 2009. El informe explica que “la sujetó estrangulando su cuello, la empujó contra una cómoda con espejo y le impidió pedir ayuda”.


Policías del Estado de Nueva York pertenecientes a la guardia personal del gobernador admitieron haberse puesto en contacto con la víctima a pesar de que el hecho estaba fuera de su jurisdicción. Entonces, según afirma el Times, intervino el gobernador mismo, quien pidió a dos de sus colaboradores que contactaran a la víctima y fijaran una conversación telefónica entre él y la mujer. La llamada tuvo lugar el 7 de febrero de este año, la noche anterior a la comparecencia de la víctima ante tribunales para solicitar una orden de protección judicial contra Johnson. La mujer no compareció y el caso fue desestimado. Después de que esta información saliera a la luz, el gobernador se retiró de la carrera electoral para su reelección e impuso a Johnson una suspensión sin paga.


Denise O’Donell, sub-secretaria de Paterson para la seguridad pública y comisionada de la División Estatal de Servicios de Justicia Penal, renunció la semana pasada y declaró: “la conducta que se alega en este caso es la antítesis de todo aquello que muchos de nosotros hemos intentado construir a lo largo de nuestra carrera: un sistema jurídico que proteja a las víctimas de violencia doméstica y lleve a los agresores ante la justicia.” Esta semana el jefe de policía estatal “se ha retirado” (así llaman al hecho) como resultado del escándalo.


La Organización Nacional de Mujeres, histórica aliada de Paterson, solicita ahora su renuncia. Terry O’Neill, presidenta de la organización, declaró: “la violencia doméstica es un problema de suma importancia. Con la Organización Nacional de las Mujeres hemos trabajado por décadas sobre este problema y si bien no ha sido fácil, creo que es lo que hay hacer.”


El escándalo de Paterson estuvo precedido por otro escándalo similar, que involucró al Senador por el Estado de Nueva York Hiram Monserrate. En diciembre de 2008 Monserrate fue acusado de atacar a su novia con el borde de un vaso quebrado. Más tarde la mujer modificó su relato para que concordara con la versión de los hechos que dio Monserrate, pero el debilitado caso penal en su contra prosiguió, sin la cooperación de la mujer, y finalmente fue declarado culpable de un delito menor por agresión. Monserrate fue expulsado del Senado de Nueva York el mes pasado.


Estos casos de pública trascendencia son tristes síntomas de un problema a escala masiva. El Fondo de Prevención de la Violencia Familiar ofrece este escalofriante resumen sobre la violencia doméstica en Estados Unidos: una de cada cuatro mujeres declara haber sufrido violencia por parte de su actual o anterior pareja en algún momento de su vida, tres mujeres son asesinadas por sus esposos o novios cada día, 2 millones de heridas son propiciadas a mujeres cada año como consecuencia de la violencia ejercida por su pareja sexual, en 2007 hubo 248.300 violaciones o agresiones sexuales, más de 500 por día, superando así la cifra de 2005, año en el que se registraron 190.600 ataques sexuales contra mujeres.


El Presidente Barak Obama ha reafirmado el mes de octubre como Mes Nacional de Conciencia sobre la Violencia Doméstica, y además ha puesto énfasis en la relación entre economía y violencia doméstica. Sobre este tema declaró: “En las mejores épocas de la economía, las víctimas de violencia doméstica se ocupan de encontrar trabajo, un lugar donde vivir y de darle a sus hijos lo que necesitan, pero estos problemas se agravan durante períodos de presión financiera" El líder de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid también se refirió al tema del abuso doméstico. En un discurso ante la Cámara dijo: “Mientras estuve en Nevada me reuní con algunas personas acerca de este tema. El problema se ha ido de las manos. ¿Por qué? Los hombres no tienen trabajo. Las mujeres tampoco tienen trabajo, pero en la mayoría de los casos las mujeres no son violentas. Los hombres, cuando no tienen trabajo, tienden a volverse violentos. En Nevada, los refugios que atienden casos de crisis domésticas se encuentran repletos, y lo mismo ocurre en el resto del país.”


Dada la seriedad del problema de la violencia doméstica y su probable agravamiento con la crisis económica es difícil de creer que las –mal llamadas – compañías de seguros de salud definan la condición de victimización de una mujer que padece violencia doméstica como “condición preexistente”. Las empresas de seguros de salud utilizan este término desde hace tiempo para negar cobertura a los solicitantes, y quizás peor aún, para negar cobertura, con retroactividad, a personas que padecían algún trastorno antes de ser aseguradas.


Este es el tema planteado por la legisladora del Estado de Nueva York Louise Slaughter la semana pasada durante la cumbre bipartidaria sobre la reforma del sistema de salud convocada por el Presidente Obama. Slaughter señaló: “Ocho estados de este país ya han declarado la violencia doméstica como condición preexistente, supongo que lo han hecho sobre la base de que si una mujer es tan desafortunada como para lograr que la golpeen una vez, podría volver y lograr que la golpeen nuevamente.”


El 8 de marzo es reconocido como Día Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas y muchos países del mundo, pero no por Estados Unidos. Sin embargo, en marzo, Estados Unidos celebra el llamado “Mes de la Historia de la Mujer”. A lo largo de este mes, miles de eventos tendrán lugar en todo el mundo para honrar a las mujeres. En Estados Unidos, comencemos por hacer que la violencia contra la mujer pase a la historia.

Traducción de Mercedes Camps



boletín solidario de información
Correspondencia de Prensa
8 de marzo 2010
Colectivo Militante - Agenda Radical
Gaboto 1305 - Montevideo - Uruguay
redacción y suscripciones:
germain5@chasque.net


Solidariedad de los metalúrgicos de São José dos Campos, Brasil, con los trabajadores de Haití

Solidaridad de los metalúrgicos de São José dos Campos, Brasil, al pueblo haitiano. Aprobación, en asambleas, de contribución del 1% de los salarios a los trabajadores de Haití. Campaña organizada por la Conlutas nacionalmente. Locución: Ana Cristina de Silva.



1910 – 2010, cien años de lucha contra la explotación, el machismo y por el socialismo

¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

¡Todo el apoyo a las mujeres trabajadoras y pobres de Haití!

En 1910, la Conferencia de Mujeres Socialistas, realizada en Copenhague, aceptó la propuesta de Clara Zetkin, dirigente de la II Internacional, de declarar al 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Ese día, de 1857, habían muerto quemadas 129 obreras de la textil Cotton de Nueva York, en un incendio provocado por la patronal como respuesta a los reclamos de sus trabajadoras.

Así nació el 8 de marzo, como día de lucha de la mujer trabajadora y de homenaje a nuestras mártires. Pero a lo largo de los años fue siendo desfigurado por la burguesía, las instituciones del imperialismo y el reformismo, que le fueron quitando su carácter de clase, convirtiéndolo en un día dedicado a celebrar la “hermandad de las mujeres”. Así cada 8 de marzo, desde la ONU, gobiernos, medios de comunicación y las grandes empresas, se hacen hipócritas homenajes a la mujer y se nos quiere hacer creer que la opresión es cosa del pasado, porque hoy las mujeres son Ministras, Secretarias de Estado, Juezas, Presidentas.

Eso es falso. Es cierto que existen las Hilary Clinton, las Cristina Kirchner, las Bachelet, las Laura Chinchilla… Pero esas mujeres no tienen nada que ver con nosotras. Son nuestras enemigas de clase. Los gobiernos que ellas encabezan no se diferencian de los dirigidos por hombres. Todos ellos garantizan que, igual que hace 100 años, los capitalistas utilicen la opresión de la mujer para mejor explotar al conjunto de la clase obrera.

La verdadera situación de la mujer trabajadora y pobre, la dan las cifras de la propias instituciones imperialistas (ONU, OIT, UNICEF, Banco Mundial).

Las mujeres somos el 70% de los 1.300 millones de pobres absolutos del mundo. Esto es así a pesar que, según datos de la ONU, el trabajo de la mujer tiene un papel de primer orden ya que entre el 50 y el 80 % de la producción y comercialización de alimentos está en nuestras manos.

A nivel laboral, se estima que el trabajo no remunerado de la mujer en el hogar representa un tercio de la producción económica mundial (ONU). De las mujeres en edad de trabajar, tan sólo lo hace (fuera del hogar) un 54% frente al 80% de los hombres (OIT). Las mujeres desempeñan la mayor parte de los trabajos mal pagados y menos protegidos (OIT). Las mujeres ganan entre un 20 y un 30% menos que los hombres (OIT). Ha aumentado notablemente el número de mujeres que emigran a diferentes países de Europa y a EE.UU, tanto legal como ilegalmente, en busca de empleo. Estas mujeres inmigrantes, son las que más sufren la sobreexplotación y todo tipo de abusos.

A nivel de la educación, 2/3 de los 876 millones de analfabetos del mundo son mujeres. Al cumplir los 18 años las chicas tienen una media de 4,4 años menos de educación que los varones de su misma edad. De los 121 millones de niños/as no escolarizados en el mundo, 65 millones son niñas (ONU, Unicef).

A nivel de la salud, cada año mueren en el mundo más de medio millón de mujeres como consecuencia del embarazo y el parto, lo que está directamente relacionado al nivel de pobreza. En los países coloniales y semicoloniales (los antiguamente llamados Países del Tercer Mundo y ahora conocidos como Países en Vías de Desarrollo) la tasa de mortalidad materna es de uno cada 48 partos. En países europeos, como España, mueren 3,9 mujeres por cada 100.000. En España el 98 % de las mujeres recibe asistencia durante el embarazo y el parto. En los países coloniales y semicoloniales, no reciben atención prenatal el 35 % de las mujeres; casi el 50 % da a luz sin asistencia especializada. Las últimas estadísticas indican que hay más mujeres que hombres infectadas de sida.

Las peores condiciones de vida empujarán cada vez más a mujeres trabajadoras y pobres a los abortos clandestinos o a los brutales métodos de los abortos caseros. Mujeres trabajadoras y pobres seguirán muriendo, mientras las clínicas clandestinas, ganan fortunas gracias a la legislación represiva que impide que el aborto se realice en los hospitales en forma gratuita y en las mejores condiciones médicas. Gran cantidad de jóvenes seguirán condenadas a traer al mundo hijos no deseados, que más tarde son abandonados o maltratados, destruyendo sus vidas y las de sus madres. De de todo esto es especialmente culpable la Iglesia católica y su hipócrita política de “defender la vida”. Son igualmente responsables los gobiernos y parlamentarios, que destruyen las condiciones de vida de la mujer trabajadora y después, capitulando a las presiones de la Iglesia y a los intereses de dueños de las clínicas clandestinas, se niegan a la despenalización del aborto.

Y esta deplorable situación llega a su máxima expresión cuando vemos los datos sobre la violencia contra la mujer. Cada año, al menos 2 millones de niñas entre 5 y 10 años son vendidas y compradas en el mundo como esclavas sexuales. Cada dos horas, una mujer es apuñalada, apedreada, estrangulada o quemada viva para “salvar” el honor de la familia. Durante los conflictos armados el ataque a los derechos humanos de la mujer (asesinato, violación, esclavitud sexual y embarazo forzado) se utiliza como arma de guerra. En el mundo, 135 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital. La cifra se incrementa en dos millones cada año. Según datos del Banco Mundial, al menos el 20 por ciento de las mujeres del mundo han sufrido malos tratos físicos o agresiones sexuales.

La crisis capitalista mundial potencia las penurias de las mujeres trabajadoras y pobres.

Como muestra están los 2 millones, según datos oficiales, de mujeres en paro en España. Número que se incrementa mucho en las mujeres de la “economía sumergida” (que no parece en las estadísticas) en su mayoría inmigrantes. A esto se suma la “reforma” en marcha “para enfrentar la crisis”, con su aumento de la edad jubilatoria, reducción del gasto público y contratos a tiempo parcial que condenan a miles de mujeres a la precariedad. Contra ataques similares salieron a la Huelga General las trabajadoras y trabajadores griegos. Y el ataque a la educación pública en EE.UU, está provocando la reacción de trabajadoras y estudiantes de la Universidad de California.

Por otra parte, en los países coloniales y semicoloniales, las mujeres trabajadoras y pobres, deben sufrir, además, la ofensiva colonizadora de los países imperialistas, que se intensifica como producto de la crisis mundial. Esta ofensiva se expresa en el saqueo de los recursos naturales, en la pérdida de la fertilidad de la tierra por el avance de los sojeros, en la destrucción de la salud y la educación públicas, en la pérdida de soberanía de sus países.

Así vemos en todo el continente latinoamericano, cuando se está llegando al bicentenario de las heroicas guerras de la independencia, como las madres de familia de la clase obrera se ven obligadas a luchar, junto a trabajadoras/es del sector, en defensa de la salud y la educación públicas. Como trabajadoras/es enfrentan la criminalización de sus luchas y la represión, en algunos casos ordenada por la embajada yanqui, como la que sufrieron trabajadoras de la alimentación en Argentina. Como las mujeres indígenas, en Perú, en Ecuador, junto a sus comunidades, deben enfrentar la voracidad imperialista para defender el agua y su medio ambiente. Como en México, Centroamérica y el Caribe, las mujeres son la mano de obra central de las Maquilas, asociadas a precariedad, abusos, acoso y violencia sexual, falta de libertad sindical, salarios de hambre, largas y agotadoras jornadas de trabajo y también a la muerte como en Ciudad Juárez.

Haití, máximo ejemplo de la ofensiva colonizadora

Así como el Haití ocupado por las tropas de la Minustah y ahora también por las de EE.UU es el máximo ejemplo de la ofensiva colonizadora, la mujer trabajadora y pobre de ese país, es el ejemplo de sufrimiento y lucha que queremos rescatar en este 8 de marzo.

En creole, la lengua haitiana, se usa la frase “poto mitan” (pilar central) para referirse a las mujeres. En Haití, muchas mujeres son cabeza de familia, responsables de mantener la economía familiar, cuando los hombres están desempleados o deben emigran en procura de trabajo. Según una encuesta, realizada por la ONG haitiana Kay Fanm, entre mujeres y niñas haitianas poco antes del terremoto, un 72% habían sido violadas y más del 40% eran víctimas de la violencia.

La mujer haitiana viene luchando por la libertad desde antes de la revolución que en 1804 conquistó la independencia. A más de dos siglos de la heroica revolución de los esclavos, continúa luchando por sus derechos y por la vida, trabajando en la industria agrícola, en las maquilas y formando la base del comercio y los mercados locales. Y hoy enfrentan la nueva ocupación por parte de 15 mil soldados yanquis, la corrupción que desvía la ayuda humanitaria y el tráfico de niños con el que los capitalistas pretenden lucrar aprovechando la tragedia provocada por el terremoto.

Esta es la situación que la mujer trabajadora haitiana debe enfrentar: falta de alimentos, de agua, de vivienda, el robo de sus hijos y el acoso de las tropas de ocupación. Por eso, en el centenario del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, llamamos a las trabajadoras y trabajadores del mundo, a ayudar a nuestros hermanos de clase haitianos y a enviar a esa ayuda a las organizaciones obreras, para que verdaderamente llegue a quienes más la necesitan.

¡Todo el apoyo a la mujer trabajadora y pobre de Haití!

¡Fuera las tropas de ocupación!

¡Que la crisis la paguen los capitalistas y no los hombres y mujeres trabajadores!

¡No a la precarización del trabajo! ¡Por trabajo y salarios dignos e iguales para hombres y mujeres!

¡Basta de violencia contra la mujer! ¡Casas de abrigo para las mujeres golpeadas en todos los barrios! ¡No a la trata de personas!

¡La mujer no es una esclava: lavanderías, comedores y guarderías públicas y de calidad!

¡Programa de salud para la mujer: amplio acceso a educación sexual y contraceptivos! ¡Aborto legal, seguro y gratuito!

¡Contra todas las formas de discriminación por raza, etnia, sexo, orientación sexual y edad!

El cuerpo de la mujer no es una mercancía. ¡Contra toda la publicidad que vende a la mujer como si fuera un producto de consumo!

¡Amplia campaña de sindicalización de mujeres! ¡Combate a toda forma de machismo en los sindicatos y organismos de la clase!

Para la mujer trabajadora no hay salida dentro del capitalismo. No hay liberación de la mujer sin el triunfo de la revolución socialista y no habrá revolución socialista sin la incorporación a la lucha de la mujer trabajadora. Llamamos a todas las mujeres trabajadoras y pobres de la ciudad y del campo, a luchar, junto a nuestra clase, por nuestra liberación y por la sociedad en la que hombres y mujeres podamos vivir libres y felices, sin ningún tipo de opresión, explotación y desigualdad, la sociedad socialista.

Liga Internacional de los Trabajadores- Cuarta Internacional (LIT-CI)
Secretaría Internacional de la Mujer
ESPECIAL 8 DE MARZO

Brasil: Presentacion del precandidato a presidente Ze Maria