sábado, 26 de febrero de 2011

Protestas masivas en Wisconsin contra los recortes Escrito por Voz de los Trabajadores

Escrito por Voz de los Trabajadores  

Entre el 16 y el 17 de febrero, 30 000 personas marcharon a Madison la capital del Estado Wisconsin en contra de la propuesta legislativa del gobernador Scott Walker, llamada "Budget Repair Bill", para cubrir 136 millones de los 3.6 billones de dólares del déficit presupuestario del estado. Dicha propuesta pretende recortar los planes médicos y los planes de pensiones de los trabajadores públicos de manera unilateral y abre la puerta a despidos masivos, sin negociar antes con los sindicatos. Dichos recortes en los beneficios equivaldrían a un recorte del 18% del sueldo, en el que el sindicato no tendría voz ni voto.

Pero el ataque del Gobierno va más allá, porque también quiere imponer restricciones a los derechos sindicales: los sindicatos públicos sólo podrán negociar los sueldos mientras dure la crisis, además tendrán que renegociar el contrato cada año, y deberán cobrar las cuotas individualmente y no por deducción automática. Esto supone un ataque frontal al mundo laboral del estado y del país y a los derechos sindicales. La reforma llevaría al descenso del número de trabajadores sindicalizados que es ya extremadamente bajo: 12% en el sector público, 8% en el sector privado. Hay que recordar que los trabajadores que no tienen sindicato no tienen ni el derecho ni la capacidad a la negociación colectiva, por lo tanto todas sus condiciones de trabajo son impuestas de manera unilateral por el patrón.

Por esa razón, el sindicato AFSCME de trabajadores públicos llamó a la movilización al parlamento de Wisconsin para el día antes de la votación de la ley, el 16 de febrero. La dirección del sindicato ya ofreció el año pasado un contrato con concesiones de alrededor de 100 millones de dólares, que fue rechazado por los parlamentarios y el gobernador por no ser un sacrificio suficientemente grande.

Pero al llamado del sindicato, se han sumado de manera espontánea muchos trabajadores y estudiantes que están hartos de que la crisis siempre la paguen los mismos y que le quieren parar los pies al gobernador. Más de la mitad de las escuelas cerraron, porque los maestros se tomaron baja médica, una de las pocas formas de organizar una huelga espontánea, casi un millar de estudiantes secundarios se unieron a la marcha, y en la Universidad de Wisconsin, más de mil estudiantes que estaban organizando las movilizaciones en contra de los recortes al sector educativo se unieron a la marcha de los trabajadores públicos. Por no hablar de todos los trabajadores de diferentes sectores (bomberos, construcción y otros) que se organizaron para acudir en apoyo.

Los 30 000 manifestantes rodearon el parlamento de Madison y acamparon a su alrededor la noche del 16, el 17 continuaron las protestas consiguiendo aplazar el voto de la ley, y el 18, faltos de paciencia y llenos de rabia entraron en el parlamento y lo ocuparon. La pacífica y masiva sentada indica la voluntad de hierro de los trabajadores y estudiantes para no dejar pasar esta ley y defender con uñas y dientes los servicios públicos y sus puestos de trabajo.

¡Todo el apoyo a los trabajadores y estudiantes de Wisconsin en lucha!

¡Que la crisis la paguen los ricos!

¡Dinero para educación y empleo y no para la guerra imperialista!





 Fuente: http://www.litci.org

Levantamientos populares/ de Medio Oriente al Medio Oeste [Amy Goodman]

Amy Goodman *
Democracy Now!
Traducido por Mercedes Camps, editado por Gabriela Díaz Cortez
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna


 
Cerca de ochenta mil personas marcharon el sábado al Capitolio del estado de Wisconsin en Madison, como parte de una creciente protesta contra el intento del flamante gobernador republicano Scott Walker, no solo de acosar a los sindicatos que nuclean a los empleados públicos, sino de desarticularlos. El levantamiento popular de Madison sucede inmediatamente después de los de Medio Oriente. Un estudiante universitario veterano de la guerra de Irak, llevaba un cartel que decía “Fui a Irak y ¿volví a mi casa en Egipto?” Otro decía, “Walker: el Mubarak del Medio Oeste”.

Del mismo modo, en Madison circuló una foto de un joven en una manifestación en El Cairo con un cartel que decía “Egipto apoya a los trabajadores de Wisconsin: el mismo mundo, el mismo dolor”. Mientras tanto, en un intento por derrocar al eterno dictador Muammar Gaddafi, los libios siguen desafiando la violenta ofensiva del gobierno, al tiempo que más de 10.000 personas marcharon el martes en Columbus, Ohio para oponerse al intento del gobernador republicano John Kasich de dar un golpe de estado legislativo en contra de los sindicatos.

Hace apenas algunas semanas, la solidaridad entre jóvenes egipcios y policías de Wisconsin, o entre trabajadores libios y empleados públicos de Ohio, hubiera parecido increíble.

El levantamiento en Túnez fue provocado por el suicidio de un joven llamado Mohamed Bouazizi, egresado universitario de 26 años de edad, que no podía encontrar trabajo en su profesión. Mientras vendía frutas y verduras en el mercado, en repetidas oportunidades fue víctima de maltrato por parte de las autoridades tunecinas que en un momento le terminaron confiscando la balanza. Completamente frustrado se prendió fuego, chispa que encendió las protestas que se convirtieron en una ola revolucionaria en Medio Oriente y Norte de África. Durante décadas, la gente de la región ha vivido bajo dictaduras –muchas de las cuales reciben ayuda militar de Estados Unidos-, ha sufrido violaciones a los derechos humanos, además de tener bajos ingresos, altas tasas de desempleo y prácticamente ninguna libertad de expresión. Todo esto mientras las élites amasaban fortunas.

En los conflictos que vemos hoy en Wisconsin y Ohio hay un trasfondo semejante. La “Gran Recesión” de 2008, según el economista Dean Baker, ingresó en su trigésimo séptimo mes sin señales de mejoría. En un documento reciente, Baker dice que debido a la crisis financiera “muchos políticos argumentan que es necesario reducir en forma drástica las generosas jubilaciones del sector público, y de ser posible, no cumplir con las obligaciones jubilatorias ya asumidas. Gran parte del déficit en el sistema jubilatorio se debe a la caída de la bolsa de valores en los años 2007-2009”.

En otras palabras, los mercachifles de Wall Street que vendían las complejas acciones respaldadas por hipotecas que provocaron el colapso financiero, son quienes causaron el déficit en las pensiones. El periodista ganador del premio Pulitzer, David Cay Johnston dijo recientemente: “El empleado estatal promedio de Wisconsin gana 24.500 dólares al año. No se trata de una gran jubilación; el 15 por ciento del dinero destinado a esta jubilación anualmente es lo que se le paga a Wall Street por administrarlo. Es realmente un porcentaje demasiado alto para pagarle a Wall Street por administrar el dinero”.

Entonces, mientras la banca de inversión recorta un enorme porcentaje de los fondos jubilatorios, los trabajadores son demonizados y se les pide que hagan sacrificios. Los que provocaron el problema en cambio, luego obtuvieron rescates generosos, ahora reciben altísimos salarios y bonificaciones y no están siendo responsabilizados. Si rastreamos el origen el dinero, resulta que la campaña de Walker fue financiada por los tristemente célebres hermanos Koch, grandes patrocinadores de las organizaciones que forman el movimiento conservador tea party. Además donaron un millón de dólares a la Asociación de Gobernadores Republicanos, que otorgó un apoyo significativo a la campaña de Walker. Entonces, ¿acaso resulta sorprendente que Walker apoye a las empresas al otorgarles exenciones impositivas y que haya lanzando una gran campaña contra los empleados del sector público sindicalizados?

Uno de los sindicatos que Walter y Kasich en Ohio tienen en la mira es la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, de Condados y Municipales (AFSCME, por sus siglas en inglés). El sindicato fue fundado en 1932, en medio de la Gran Depresión, en Madison. Tiene 1,6 millones de afiliados, entre quienes hay enfermeros, personal penitenciario, personal de guarderías, técnicos de emergencias médicas y trabajadores de la salud. Vale la pena recordar, en este Mes de la Historia Negra, que la lucha de los trabajadores de la salud del local Nº 1733 de AFSCME hizo que Dr. Martin Luther King Jr. fuera a Memphis, Tennessee, en abril de 1968. Como me dijo el Reverendo Jesse Jackson cuando marchaba junto a los estudiantes y sus profesores sindicalizados en Madison el martes pasado: “El último acto del Dr. King sobre la tierra, su viaje a Memphis, Tennessee, fue por el derecho de los trabajadores a negociar convenios colectivos de trabajo y el derecho al descuento de la cuota sindical de su salario. No es posible beneficiar a los ricos, mientras se deja a los pobres sin nada”.

Los trabajadores de Egipto, formando una coalición extraordinaria con los jóvenes, tuvieron un papel decisivo en el derrocamiento del régimen de ese país. En las calles de Madison, bajo la cúpula del Capitolio, se está produciendo otra muestra de solidaridad. Los trabajadores de Wisconsin hicieron concesiones en sus salarios y jubilaciones, pero no renunciarán al derecho a negociar convenios colectivos de trabajo. En este momento sería inteligente que Walker negociara. No es una buena época para los tiranos.

 
* Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 600 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 300 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur. 

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