
Declaración del 8 De Marzo: hombres y mujeres trabajadoras unidos contra el capitalismo |
Escrito por Secretaría Internacional de la Mujer - LIT-CI |
Lunes 25 de Febrero de 2013 |
![]()
Con
y sin velo, las mujeres árabes están en las calles siendo parte activa
de las revoluciones del Norte de África y del Medio Oriente. En Europa
no es diferente: en la huelga general del 14 de noviembre, en las luchas
contra los desalojos, en la radicalizada huelga de los mineros de
Asturias, en los movimientos de la juventud desempleada y en el
movimiento estudiantil las mujeres cierran filas con los hombres en la
resistencia a los planes de ajuste.
En
la India, las calles fueron tomadas por las protestas contra la
violencia hacia la mujer. Una joven de 23 años fue víctima de un brutal
crimen cuando volvía de un paseo con un amigo en Nueva Delhi. Ella fue
agredida y violada dentro de un ómnibus, del cual fue lanzada con el
vehículo en movimiento. El 29 de diciembre, 13 días después de la
violación, la joven murió en un hospital de Singapur.
El
crimen, que no fue un hecho aislado, fue la gota que derramó el vaso de
una situación insoportable: siete entre los diez crímenes que más
crecen en la India tienen a las mujeres como víctimas, y las
violaciones encabezan la lista. Un estudio de 2010 revela que 80% de
las mujeres ya sufrieron asedio verbal en Nueva Delhi y un tercio de las
mujeres ya fueron abusadas físicamente. (The New York Times 08/04/2011)
Lo
nuevo fue que esta vez, influenciados por esa situación general,
hombres y mujeres salieron a las calles y sacaron de la “esfera privada”
un problema social que alcanza a miles de mujeres en todo el mundo. Las
movilizaciones adquirieron un carácter político, cuestionando las
respuestas insuficientes del gobierno y de la policía.
En
Latinoamérica, enfrentando las presiones conservadoras de la Iglesia,
las mujeres de Uruguay conquistaron, fruto de su movilización, la
despenalización del aborto que, a pesar de tener limitaciones, es un
gran avance que debe servir de ejemplo para todo el continente.
En la línea del frente de los ataques
Contradiciendo
la fuerte propaganda ideológica de que el machismo se terminó, los
datos muestran que la opresión de las mujeres continúa. Un informe de la
ONU revela que 70% de las personas pobres son mujeres (Informe Trampa
de Género: Mujeres, Violencia y Pobreza – 2010).
En
tiempos de crisis esta situación es aún peor. Según el informe de la
OIT –Tendencias Mundiales de Empleo entre las Mujeres - OIT-2013–, la
crisis económica mundial dejó 13 millones de mujeres sin empleo. En
Europa, las mujeres son el blanco preferencial de los ataques de los
gobiernos. Ellas son mayoría en los trabajos del servicio público (son
el 85 % en el área de Salud y Educación), que está entre los más
atacados por los planes de austeridad. Entre 2011 y 2012, la educación
sufrió un corte de 2.300 millones de euros en el presupuesto europeo.
Las
diferencias salariales crecieron con la crisis. Hay el doble de mujeres
que de hombres recibiendo el salario mínimo. En Portugal, la
desigualdad salarial entre hombres y mujeres aumentó 4,4% desde 2007
hasta 2010 (Por la inclusión de una perspectiva de género en la
auditoría ciudadana y la deuda pública. Estudio publicado en enero de
2013 por la Campaña Feminista Anti Austeridad).
La
doble jornada femenina también se muestra en los datos. Un estudio de
la OCDE, en 2011, muestra que las mujeres destinan en promedio 4 horas
diarias más que los hombres en las tareas domésticas. Eso revela que
también son las mujeres las que más sufren con los recortes de los
derechos sociales y de los servicios públicos, ya que son ellas las
“responsables” por el cuidado de la casa y por la salud de la familia.
Las
políticas de apoyo al embarazo y a la maternidad, y el derecho al
aborto están siendo fuertemente atacados. Lo que es particularmente
grave en un contexto social en el que la vida es mucho más difícil para
las mujeres, en especial las madres. Para las mujeres solteras con
hijos, el riesgo de pobreza es de 34%, mientras que entre los padres
solteros es prácticamente nulo (Por la inclusión de una perspectiva de
género en la auditoría ciudadana y la deuda pública. Estudio publicado
en enero de 2013 por la Campaña Feminista Anti Austeridad).
Junto
con eso, existe una ofensiva ideológica de sectores conservadores
defendiendo, como salida a la crisis y al desempleo, la vuelta de las
mujeres al hogar.
La
explicación de todo esto es que el capitalismo precisa imponer un nuevo
modelo de explotación mundial, desmantelando por completo las
conquistas sociales de la clase trabajadora europea para abrir la
posibilidad de superación de la crisis económica.
Violencia doméstica y sexual
Las
consecuencias de este sistema desigual e injusto, no son solo
económicas para las mujeres. Existe una profunda degeneración moral de
la sociedad, el dinero vale más que las personas, la vida vale muy poco,
y las mujeres son cada vez más una mercancía en el mercado.
Es
en el contexto de un sistema que estimula cotidianamente que las
mujeres sean vistas como propiedad de los hombres, que la violencia
doméstica y los crímenes sexuales, como asedio, violaciones y la trata
de personas han alcanzado índices alarmantes. Según la ONU, mil millones
de mujeres son maltratadas o agredidas a lo largo de su vida.
Las
mujeres jóvenes son las mayores víctimas de los crímenes sexuales. La
trata de personas es una forma bárbara de violencia mediante la que
jóvenes mujeres son sometidas a la esclavitud sexual. Para la burguesía
es un lucrativo negocio. Según datos de la OIT, se calcula que el
tráfico humano mueve 32 mil millones de dólares anuales.
Todo
esto se da con la negligencia y, muchas veces, la complicidad de los
gobiernos capitalistas. El caso de la desaparición de Carolina Garzón,
joven militante de la LIT-CI es un símbolo de lo que pasa con miles de
mujeres en el mundo. Nuestra compañera colombiana desapareció en el
Ecuador el 28 de abril del año pasado. Casi un año después, la policía
ecuatoriana quiere finalizar las investigaciones argumentando, sin
pruebas, que la joven habría caído accidentalmente en un río, muriendo
ahogada. Al igual que Carolina, miles de mujeres en el mundo están
desaparecidas, víctimas de la barbarie capitalista.
¿Cuál es la salida?
La
burguesía, consciente del papel que cumple el machismo en la sociedad
capitalista, estimula esta ideología reaccionaria, que divide a la clase
trabajadora y estimula la sumisión y el servilismo de las mujeres.
Al
mismo tiempo, sectores burgueses intentan disputar la dirección de las
luchas de las mujeres. Dándole un rostro nuevo a las viejas respuestas
reformistas, organizaciones como la Marcha Mundial de Mujeres
propagandizan por el mundo la llamada “teoría del empoderamiento”.
Según
esa teoría, la llegada de mujeres al poder, siguiendo el ejemplo de
Ángela Merkel, Cristina Kirchner y Dilma Rousseff, es la salida para los
problemas de las mujeres. Es la vieja propuesta de la “hermandad de las
mujeres”, es decir, las mujeres unidas en la lucha contra los hombres
se podrán librar del patriarcado.
Mientras
tanto, las mujeres trabajadoras de esos países gobernados por mujeres
siguen en la pobreza. Y, más que eso, esas mujeres jefas de gobierno
lideran la aplicación de los planes de austeridad.
Hombres y mujeres de la clase trabajadora unidos contra el capitalismo y el machismo
Cada
lucha de los trabajadores por el más básico derecho es importante y
debe ser permanente, ya que ninguna conquista es definitiva en este
sistema. En un momento de crisis internacional, eso se intensifica aún
más. La superexplotación recae con fuerza sobre los sectores oprimidos,
entre ellos, las mujeres. No todas las mujeres, pues existe entre ellas
una división: las que atacan y las que son atacadas.
Las
mujeres burguesas o las que asumen altos puestos de gobierno, a pesar
de sufrir la opresión no están en las mismas condiciones que las
trabajadoras; no sufren la explotación, por el contrario, ayudan a que
las trabajadoras sigan siendo explotadas.
Las
mujeres que están al frente y han participado activamente en las
movilizaciones en curso, tanto en Europa como en los países de Oriente
Medio y África del Norte, son las trabajadoras.
Las
trabajadoras pueden unirse momentáneamente por algún interés
democrático, por ejemplo por el derecho al aborto, con las mujeres
burguesas. Pero esos acuerdos se romperán rápidamente ni bien choquen
con los límites del capital.
Es
por eso que la unidad estratégica de las mujeres trabajadoras es con su
propia clase, la única capaz de derrotar al capitalismo y promover las
condiciones una sociedad socialista, que abrirá a su vez las condiciones
para la realización de la plena igualdad.
Los
hombres trabajadores que practican actos de machismo y defienden esa
ideología acaban, consciente o inconscientemente, defendiendo a los
patrones. Cuando un trabajador deja de practicar actos machistas y asume
las banderas contra la opresión, debilita el objetivo del patrón, de
dividir para superexplotar.
Con
cada derecho que les es quitado a las mujeres, el capitalismo avanza en
el atropello a los derechos de toda la clase. El machismo sólo favorece
a la burguesía. Por eso, las organizaciones de los trabajadores deben
asumir las demandas de las mujeres; si no lo hacen, las mujeres quedarán
a merced de las alternativas frentepopulistas que conducirán sus luchas
a la derrota.
En
este 8 de marzo, la LIT-CI hace un llamado a todas las mujeres
trabajadoras a organizarse y luchar junto a los hombres de su clase por
la defensa de todos sus derechos, y las invita a incorporarse a la
construcción del partido revolucionario, herramienta central para el
combate por derrotar al capitalismo y por construir el socialismo, único
camino para acabar con todo tipo de opresión y explotación.
Fuente; http://www.litci.org/inicio/newspublicaciones/correo-internacional/3716-declaracion-del-8-de-marzo-unidad-de-hombres-y-mujeres-trabajadoras-contra-el-capitalismo
|