sábado, 17 de agosto de 2013

La vigencia del trotskismo





MUNDO
Escrito por PSTU - Argentina   
Sábado 17 de Agosto de 2013
El 21 de agosto de 1940 moría asesinado en México León Trotsky, dirigente junto a Lenin de la Revolución Rusa de 1917. El día anterior, Ramón Mercader, un agente de Stalin que simulaba ser simpatizante del trotskismo, había descargado a traición un piquetazo sobre su cabeza en su casa del barrio de Coyoacán.
Trotsky había logrado asilo político en México en 1937, 8 años después de su expulsión de la URSS y de que gobiernos de distintos países europeos le negaran la residencia.

Al momento de su asesinato, muchos de los principales dirigentes del partido bolchevique que junto a Lenin, habían dirigido la Revolución de octubre, habían sido exterminados por Stalin luego de los famosos juicios de Moscú, en los que fueron condenados (incluido Trotsky) por falsos crímenes y traiciones en base a monstruosas falsificaciones y forzadas “confesiones”. Culminaba así el proceso de burocratización del primer Estado obrero, que cobró fuerza a la muerte de Lenin, entronizando una casta burocrática contrarrevolucionaria que, amparada en la falsa teoría del “socialismo en un solo país”, luego de cinco décadas terminaría restaurando el capitalismo donde había sido expropiado.

Miles de partidarios de la oposición de Izquierda, que Trotsky encabezó en la URSS, fueron perseguidos, asesinados y encarcelados. La clase obrera china, alemana y española sufrieron crueles derrotas por responsabilidad de los partidos comunistas orientados por la Komintern (Internacional Comunista), copada por el stalinismo. Así como la muerte en la guerra civil de gran parte de la vanguardia obrera revolucionaria y la derrota de la Revolución Alemana permitieron el surgimiento del stalinismo en la URSS, las nuevas derrotas a su vez habían franqueado el paso a Hitler y al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Los partidarios de Trotsky eran apenas un puñado pero éste seguía siendo para Stalin su peor enemigo, y acabar con su vida, su obsesión.

No era el rencor personal la principal razón, sino la fría lógica contrarrevolucionaria. Trotsky encarnaba en sí mismo la experiencia de las tres revoluciones rusas (1905, Febrero y octubre de 1917) y las tradiciones revolucionarias del partido bolchevique. Mientras Trotsky viviera, un nuevo ascenso de masas provocado por las penurias de la nueva guerra, podría encontrar en él y la recién fundada IV Internacional, una alternativa de dirección revolucionaria.

Su obra más importante

Trotsky, dos veces presidente del Soviet de Petrogrado, fundador y organizador del Ejército Rojo, el genial teórico y dirigente del Partido Bolchevique y la Tercera Internacional consideraba, sin embargo, que su tarea más importante había sido la fundación de la Cuarta Internacional. Luego de que la criminal política del stalinismo había permitido el triunfo del nazismo en Alemania, él concluyó que el komintern se había pasado definitivamente al bando de la contrarrevolución.

Era imprescindible fundar una nueva internacional que continuara la pelea por la construcción de una dirección revolucionaria mundial para la clase obrera. La nueva internacional, apenas agrupaba a algunos centenares de cuadros revolucionarios en todo el mundo, pero era fuerte por su dirección, su moral y sus principios revolucionarios y por la teoría y el programa que la cimentaban: la Teoría de la Revolución Permanente y el Programa de Transición. Por eso, pese al golpe cualitativo que significó la pérdida de su principal dirigente, la Cuarta sobrevivió a su fundador. Trotsky tuvo razón, había logrado salvar la continuidad del marxismo revolucionario para las nuevas generaciones.

Un programa para la crisis actual

A fines de los ’80 y comienzos de los ’90 las masas soviéticas y de Europa oriental protagonizaron grandes revoluciones que liquidaron por fi n los regímenes stalinistas, liberando a los trabajadores del mundo de ese siniestro aparato contrarrevolucionario. Fue una colosal victoria que abrió una nueva etapa revolucionaria mundial, en la que a mediados del 2008 estalló la más grande crisis del capitalismo desde el año 1929.

La crisis se profundiza semana a semana y en los países imperialistas los gobiernos organizan gigantescos rescates financieros de billones de dólares para salvar a los bancos y empresas más importantes. Grecia y España están ya en bancarrota, Italia y Portugal le siguen los pasos y toda la Unión Europea se sacude. La receta de los gobiernos para superarla es la vieja y amarga medicina capitalista: salvajes ataques al empleo, el salario, las jubilaciones, las condiciones de trabajo, los presupuestos de salud y educación, un aumento brutal de la explotación. En palabras de Trotsky “la burguesía retoma cada vez con la mano derecha el doble de lo que diera con la izquierda”.

Esto ha detonado una respuesta de los trabajadores y sectores populares como hace décadas no se veía. Millones de obreros han protagonizado combativas huelgas generales en Grecia y España. Centenares de miles salen a las calles en el Estado Español contra el ajuste y dan apoyo de masas a la heroica huelga de los mineros del carbón.

Pero este es también el momento en que el programa de la IV Internacional demuestra su plena vigencia y su validez histórica como la única salida real a favor de los trabajadores a la brutal crisis. Medidas como la escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación, el reparto de horas de trabajo con el mismo sueldo para garantizar el empleo, la nacionalización sin indemnización de la banca y las principales empresas con control de sus trabajadores, contenidas en el Programa de Transición, se vuelven imprescindibles para dotar al movimiento obrero y popular de un plan obrero alternativo. Y son, como planteaba Trotsky, el puente por el que puede hoy avanzar con su movilización el movimiento obrero para conquistar su propio gobierno y abrir el camino a una salida socialista.

Por la reconstrucción de la IV Internacional

La Liga Internacional de los Trabajadores (Cuarta Internacional), organización internacional fundada por Nahuel Moreno de la cual hace parte el PSTU, cumplió este año 30 años de existencia. Es heredera de la corriente encabezada por Moreno, que batalló durante décadas al interior de la IV contra el abandono de los principios revolucionarios, que llevaron a la crisis y dispersión del trotskismo. Luego de superar una fuerte crisis debido a la muerte de nuestro principal dirigente, y al “vendaval oportunista” que arrasó a la izquierda en los ‘90, la LIT (CI) ha retomado con fuerza la batalla por la reconstrucción de la IV y el reagrupamiento de los revolucionarios.

Fruto del rearme teórico, programático y político de los últimos años ha logrado instalarse dinámicamente en Europa, uno de los centros actuales del proceso revolucionario mundial, incorporando nuevas secciones como el Partido de Alternativa Comunista de Italia, el Movimiento Alternativa Socialista de Portugal y recientemente Corriente Roja del Estado Español, que está jugando un destacado rol en el enfrentamiento al gobierno de Rajoy, y en el apoyo a la lucha minera y el agrupamiento del sindicalismo alternativo. También se ha extendido a nuevos países en Latinoamérica como Honduras, Colombia, Costa Rica y El Salvador.

A 72 años del asesinato del gran revolucionario ruso, desde el PSTU reivindicamos con orgullo su legado y una vez más hacemos nuestro su viejo grito de guerra: Obreros y obreras de todos los países, agrupaos bajo la bandera de la Cuarta Internacional. ¡Es la bandera de vuestra próxima victoria!

ARGENTINA:¡Basta de modelo K!



Escrito por PSTU - Argentina   
Jueves 15 de Agosto de 2013
Es un hecho, no importa cómo se lo mire: millones de votantes que en anteriores elecciones le dieron su apoyo a los Kirchner, en estas primarias le dieron la espalda y dijeron ¡basta! al modelo K. Los resultados indican que tres de cada cuatro votantes lo hicieron contra el gobierno. Así se concreta una fuerte ruptura en el terreno político electoral con el kirchnerismo. Comparando los votos a diputados nacionales, se ve que la caída del Frente para la Victoria es de 10,7 millones de votos (52,19%) en 2011 a 5,9 millones de votos (26,31%) en 2013.
En dos años el kirchnerismo perdió cuatro millones de votos
Esta vez el gobierno fue derrotado en 13 de los 24 distritos del país, incluyendo todos los más importantes: Capital, provincia de Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Córdoba. Perdió en toda la Patagonia.
La estrategia del gobierno consistió en tratar de conservar la mayoría en las provincias más adictas y dar batalla centralmente en la provincia de Buenos Aires, el distrito que concentra el 37% del electorado nacional. Así podría compensar los malos resultados que preveía en el resto del país. Por eso mismo lo peor para Cristina fue que, además de perder en provincias que creía seguras, su candidato en la provincia de Buenos Aires, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde (29,65%), quedó más de 5 puntos por detrás de Sergio Massa, el líder del Frente Renovador (35,05%).

Las causas y los responsables

Cristina se puso a la cabeza de la campaña, acompañada del gobernador Scioli –hasta Insaurralde quedó en segundo plano en la provincia clave-, por lo tanto ella es la máxima responsable.

La derrota no es resultado de errores, debilidades o traiciones de gobernadores, intendentes o punteros tránsfugas. En realidad ni siquiera puede decirse que sea resultado de errores de la propia presidenta en la campaña.

Las multinacionales y bancos internacionales han exigido a Cristina una serie de medidas para salvar sus ganancias en momentos que comienza a hacerse sentir con fuerza la crisis mundial en América Latina y en la Argentina. Y el kirchnerismo ha respondido con un ajuste que los trabajadores sufrimos cada vez más, en la forma de aumentos salariales en cuotas que quedan muy por detrás de la inflación, la limitación de las asignaciones familiares a un sector muy pequeño, un piso tan bajo del impuesto a las ganancias que se come el aguinaldo y las horas extras de millones de trabajadores, jubilaciones que ya no alcanzan ni para los remedios.

El gobierno ha profundizado la entrega con el contrato firmado por YPF con Chevron para la explotación de Vaca Muerta (que todavía debe ser aprobado por la legislatura de Neuquén) y también con la autorización a los banqueros de elevar las tasas de interés, lo que encarece el crédito de consumo (por ejemplo, lo que nos cobran por usar las tarjetas de crédito).

Previendo una fuerte reacción obrera y popular contra el ajuste, el kirchnerismo ha abandonado su demagógica bandera de supuesta defensa de los derechos humanos, colocando al frente de ejército a un genocida como el general Milani y a un partidario de la mano dura, Sergio Berni, al frente de la secretaría de Seguridad.

Además del ajuste, la entrega y el giro represivo del gobierno, la mayoría de los trabajadores y el pueblo también repudian la corrupción y la impunidad, simbolizados en figuras como Julio de Vido y Ricardo Jaime, responsables junto a Néstor y Cristina de la desastrosa política de subsidios y robos en complicidad con empresarios amigos como los Cirigliano y los Roggio, que es la causa –por falta de obras esenciales y de mantenimiento- tanto de los desastres ferroviarios de Once y Castelar como de las inundaciones que afectan a La Plata y la Capital. Todas estas son las causas fundamentales de la ruptura de millones con el gobierno kirchnerista.

Y este fenómeno, que se reflejó en la votación de la mayoría de los trabajadores y el pueblo a distintas fuerzas de oposición para castigar al gobierno en las primarias, va mucho más allá de las propias elecciones.

Las perspectivas

El kirchnerismo no tiene condiciones para revertir esa profunda ruptura y repudio popular de aquí a dos meses. En el terreno electoral es probable que Massa y los otros candidatos de oposición que se impusieron en las distintas provincias aumenten sus porcentajes, al vérselos como los mejores instrumentos para castigar al gobierno con el voto.

Es posible que a pesar de ello el gobierno retenga el control de las cámaras de diputados y senadores. El kirchnerismo renueva menos de 50 bancas y la oposición más de 100. En todo caso la mayoría kirchnerista quedará debilitada en las dos cámaras.

Muchos se preguntan si el kirchnerismo no puede recuperarse de este golpe. Al fin de cuentas, de la caída de 2009 pasó al 54% para Cristina en las presidenciales de 2011. Pero en ese momento el kirchnerismo todavía lograba disimular su política favorable a las multinacionales y los banqueros: aparecía ante el pueblo como un gobierno “progresista”, incluso de “izquierda”, enfrentando el ataque reaccionario encabezado por la Sociedad Rural y la Mesa de Enlace del Campo. Y basado en eso pudo recuperarse.

Ahora el gobierno está aplicando a la vista de todo el pueblo, con muy poco disimulo, la política de entrega, ajuste y represión que le exigen las multinacionales para salvar sus ganancias. Ya se ve cuánto le valió anunciar aumentos miserables del salario y la jubilación mínima poco antes de las primarias. La demagogia ya no le permite ocultar que es una fuerza corrupta al servicio de la explotación capitalista.

Esta situación cierra las perspectivas de re-reelección de Cristina. Más bien las multinacionales y los banqueros le exigirán que queme el capital político que le queda, aplicando con cada vez más dureza el ajuste para garantizar sus intereses.

Por eso mismo seguirá creciendo el peso en el gobierno kirchnerista de Milani y Berni. La perspectiva para los próximos dos años es de un creciente debilitamiento del gobierno, período en el que tendrá cada vez menos capacidad para frenar los reclamos obreros y populares con el engaño y cada vez más necesidad de recurrir a la represión.

¿Y qué harán los partidos de oposición patronal, especialmente aquellos como Massa, los peronistas de derecha como Schiaretti en Córdoba o los radicales y Binner, a los que la inmensa mayoría recurrieron para castigar al gobierno? Lamentablemente debemos alertar a los trabajadores y el pueblo que todas esas fuerzas le disputan el poder al kirchnerismo, pero con propuestas y políticas muy similares a las de Cristina.

En todo caso difieren en cuanto a qué sector de la patronal debe ser el más beneficiado por la explotación de los trabajadores y por la corrupción del estado.

Fortalecer al FIT y seguir luchando contra el ajuste y la entrega

Pero en estas elecciones también hemos visto un importantísimo crecimiento del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) que logró superar la trampa proscriptiva de las PASO en 19 provincias, sumando más de 900.000 votos a nivel nacional. Ese resultado refleja que hay una franja muy grande de trabajadores y sectores populares que, además de castigar al gobierno con el voto, se pronunciaron por una opción clasista, un programa que de una salida obrera y popular y quieren llevar una lucha a fondo contra el ajuste, la entrega, la corrupción y la represión.
Para seguir avanzando por ese camino debemos fortalecer al FIT, buscando el apoyo de un sector aún más amplio de los trabajadores y el pueblo y de todas las fuerzas de izquierda a sus candidaturas en octubre, para concretar el ingreso al Congreso de sus representantes, como alternativa tanto frente al gobierno como a las demás fuerzas patronales.

Al mismo tiempo el avance del FIT debe servir para fortalecer las luchas de los trabajadores por el salario y la jubilación, contra la precariedad laboral y el impuesto a las ganancias, en defensa de la salud y la educación públicas y por todos los reclamos obreros y populares.

Hay una tarea en la que deben resumirse y concentrarse en los próximos doce días todos los esfuerzos: impedir que se concrete la entrega de Vaca Muerta a Chevron. El 28 de agosto habrá una votación crucial en la legislatura de Neuquén, que debe decidir a favor o en contra de una ley que convalidaría el nefasto acuerdo de YPF con el monopolio yanqui. ATEN, el sindicato docente neuquino y uno de los principales de la provincia está encabezando, junto a la CTA y todas las fuerzas de izquierda un llamado a la movilización a nivel nacional exigiendo que los legisladores voten en contra del acuerdo.

Desde el PSTU adherimos a esta convocatoria y proponemos que en cada ciudad del país se convoque una movilización unitaria el 28 de agosto encabezada por las CGT y las CTA, todos los sindicatos y todos los que se dicen defensores de nuestra soberanía, para impedir que se concrete la entrega de Vaca Muerta a Chevron.

Te invitamos a organizarnos para dar juntos estas pelea.

¡Sigamos avanzando unidos compañeros!

El voto castigo fue disperso y se agrava la crisis política

Massa, los radicales, Binner, Carrió,  Macri, De Narváez, De la Sota,  también defienden los intereses de  las multinacionales y los banqueros.  La derrota del kirchnerismo en 13 provincias significó el triunfo de una variedad  de fuerzas opositoras en esos distritos.  En distintas provincias los ganadores fueron  los radicales, los que se dicen “socialistas”  y sus aliados, que se impusieron en Capital  (con la sumatoria de UNEN) dejando en segundo lugar al PRO de Macri, en Santa Fe,  con Binner obteniendo más del 40% de los  votos, en Mendoza donde Julio Cobos llegó  al 44%, en Catamarca, La Rioja, Corrientes.  En Santa Cruz el radical Eduardo Costa vol- vió a ganar como en 2009.  Lo más destacado para la burguesía es la  votación de Massa en la provincia de Bue- nos Aires (sus tres millones de votos lo ubi- can como tercera fuerza nacional) y la de los  radicales, que alcanzan 3.150.000 votos si se  suman los que recibieron como partido a los  del Frente Progresista Cívico y Social (FPCS)  en todo el país.  Pero esto no alcanza para modificar el hecho que se ha mantenido a lo largo de toda  la década kirchnerista: la oposición patronal  no logra superar su dispersión para constituir una fuerza capaz de ganarle al gobierno  a nivel nacional. Eso le permitió a Cristina decir el domingo 11 de agosto por la noche que el kirchnerismo sigue siendo la primera fuerza en la  Argentina.

Para el kirchnerismo como corriente política, acostumbrada a las prebendas y la impunidad que da el poder, la dispersión de la  oposición es motivo de alivio. Aparentemente, a pesar de la derrota, retendría la mayoría  en ambas cámaras, lo que evita la posibilidad  de juicio político a la presidenta y otros peligros similares.

Hay otro dato que da cierto reaseguro a  Cristina: el 70% de los votos a nivel nacional  fueron a candidatos peronistas, ya sean kirchneristas o de la oposición, como Massa y  De Narváez en Buenos Aires, o el candidato  de De la Sota, el ex gobernador Juan Schiaretti, en Córdoba. Esto facilitaría el eventual  traspaso de numerosos dirigentes, incluso  con el apoyo de Cristina, en caso de consolidarse Massa u otra figura surgida del peronismo como alternativa al kirchnerismo para  disputar el poder.  Y como gran carta la burguesía se reserva  a un hombre que ha demostrado una asombrosa capacidad de reacomodarse con los  vaivenes del peronismo, el ex vicepresidente  de Ménem y Néstor Kirchner y actual gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli.

Un peligro muy serio para los capitalistas

Sin embargo, para los capitalistas y sus  representantes políticos más lúcidos esta  situación de debilitamiento del gobierno  sin que se consolide todavía una alternativa  capaz de reemplazarlo es motivo de grave  preocupación. Por un lado, son conscientes  de que, para salvar las ganancias de los empresarios, el gobierno tiene que aplicar un  fuerte ajuste, y la pérdida de votos y apoyo  popular le hace cada vez más difícil esa ta-rea a Cristina.

Por otro lado, incluso los grandes empresarios que sostuvieron con entusiasmo las candidaturas opositoras saben que por  el momento los votos que recibieron algunas figuras claves de la oposición son, en un importantísimo porcentaje, muy volátiles. Las  altas votaciones de Massa o Carrió refl ejan  en importante medida que un sector muy  grande del pueblo buscaba una alternativa  para castigar al gobierno sin fijarse mucho en  quién era el candidato o el partido. Simple- mente apoyaron al candidato que considera- ron que podía ganarle al oficialismo. Con el  llamativo agregado de que, en Capital, UNEN  derrotó no sólo a Filmus, el candidato de  Cristina, sino que también fue voto castigo  contra el macrismo.

Es distinto el caso de Binner en Santa Fe o  Cobos en Mendoza. Esas son fi guras consolidadas y cuentan con el respaldo de fuerzas  políticas con más solidez (“socialistas” y radicales). Sin embargo ni Binner ni Cobos pa- recen estar en condiciones, por el momento,  de ganarle una elección presidencial al kirchnerismo o a algún candidato que logre unificar al peronismo.

Los capitalistas necesitan que la  oposición apoye el ajuste Para más complicación, en esta situación  de creciente entrada de la crisis en el país los  capitalistas necesitan que las fuerzas y candidatos apoyen, o como mínimo no llamen a  enfrentar, la política de ajuste que debe aplicar Cristina. Es decir, no tiene margen para  permitir que se fortalezca como alternativa  un candidato en base a promesas demagógicas.

La mejor muestra de esto es la política  de Sergio Massa. Su campaña se centra en  primer lugar en proponer leyes, supuesta- mente contra la inseguridad, que llevarían a  fortalecer a la policía y las fuerzas represivas en general. Intentó disfrazar esta orientación  represiva y de derecha con una propuesta de  elevación del mínimo al impuesto a las ganancias, es decir, exactamente la misma política que viene aplicando Cristina.  Otro dato clave de la política de Massa es  que buscando facilitar el traspaso de cuadros kirchneristas a sus filas, el jefe del Frente Renovador se niega sistemáticamente a denunciar o avalar denuncias de corrupción contra  miembros del gobierno.  El FPCS con sus principales fi guras, Binner, Cobos y Carrió, a la cabeza, agrega otros  factores fundamentales de desgaste. En  primer lugar los radicales y “socialistas” por  igual sostienen contra el gobierno los reclamos de la Sociedad Rural y la Mesa de Enlace  del Campo; es decir, liquidar las retenciones  a las exportaciones agropecuarias y con ello  la política de subsidios a los sectores más  pobres. Por otro lado, el “socialismo” desde  el Gobierno de Santa Fe, impone a los trabajadores de la provincia las mismas medidas  de ajuste que aplica el kirchnerismo a nivel  nacional, por lo que enfrenta continuas huelgas y reclamos obreros.

El voto a los candidatos opositores  patronales se vuelve contra los  trabajadores y el pueblo

Sergio Massa, que está apareciendo  como el candidato más apreciado por los  grandes empresarios después del domingo  11 de agosto, lejos de profundizar sus ataques contra el gobierno de Cristina, adoptó un tono aún más moderado. Asegura  que eso es porque  “la gente no quiere confrontación sino propuestas”. En realidad su  postura refleja la preocupación de toda la  burguesía por la gran debilidad del gobierno y la falta de una fuerte alternativa para  reemplazarlo. Y la necesidad de la burguesía de que todas las fuerzas sostengan el  ajuste.

Los trabajadores y el pueblo debemos  ser conscientes, entonces, de que el voto por  Massa, por los candidatos del Frente Progresista, los radicales y “socialistas”, o de la derecha peronista, no nos sirve.  Lamentablemente con ese voto se fortalece a fuerzas que también sostienen el  ajuste y la entrega. Por eso mismo llamamos  a los trabajadores y el pueblo a llevar la ruptura con el kirchnerismo y su política hasta el  final, apoyando en octubre a los candidatos  del Frente de Izquierda y los Trabajadores. Lo  que nos permitirá al mismo tiempo unirnos  y fortalecernos en la lucha por la defensa de  todas nuestras conquistas.

Campaña Nacional FUERA CHEVRÓN Los abajo firmantes rechazamos

Campaña Nacional FUERA CHEVRÓN



Los abajo firmantes rechazamos el acuerdo YPF-CHEVRÓN y denunciamos la entrega de nuestros recursos a manos de la multinacional norteamericana por parte del Gobierno Nacional y Provincial de Neuquén.

¡Fuera Chevrón!

¡Por una YPF 100% Nacional, 100% Estatal y bajo control de los trabajadores!

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La brutal crisis del sector energético, en medio del invierno argentino, no le da margen a la presidenta para seguir con el relato de la “soberanía energética” hasta octubre. Por eso anunció el decreto 929/13 publicado el 15 de julio respecto de los beneficios a la industria petrolera y el acuerdo YPF-Chevron firmado “casualmente” el 16 de julio.
El decreto 929/13 beneficia a las inversiones petrolíferas superiores a los 1.000 millones de dólares permitiéndoles exportar el 20% de la producción sin cobrarle retenciones, además de disponer libremente del dinero de dicha operación (permitiendo que el mismo no sea reinvertido en el país).
Al mismo tiempo se concretó la fi rma del acuerdo de asociación entre YPF y la yanqui Chevron que se viene tramando hace casi un año. muchas de las condiciones del documento fi rmado con la petrolera son aún secretas. Pero ya se sabe que estará atado a la jurisdicción legal de Estados unidos. ¡igual que los bonos emitidos por el tesoro nacional y con los que nos chantajean los fondos buitres! Cuando el gobierno kirchnerista anunció en abril de 2012 la expropiación del 51% de las acciones de YPF en manos de Repsol, sostuvimos que esa medida parcial sólo resultaría en un avance hacia la solución de los problemas energéticos del país si se concretaba la expropiación del 100% de los recursos petroleros y gasíferos del país bajo control de los trabajadores. Y alertábamos contra el peligro de que Cristina fuera exactamente en el sentido contrario, entregando lo quitado a la empresa española a otras multinacionales.
Lamentablemente lo que estamos viendo es precisamente la peor variante. ante el agravamiento de la crisis energética el gobierno profundiza la entrega.
Chevron – YPF crearán una “joint venture” (inversión conjunta) repartida en partes iguales. El área de explotación paradójicamente se llama General Enrique mosconi. La concesión petrolera es por 35 años, por encima de los plazos habituales. El Gobierno aceptó casi todas las demandas de Chevron para traer nuevas inversiones al país.
La inversión inicial será de Chevron con modestos 300 millones de dólares. Cuando se agoten esos fondos, comenzarán las inversiones en partes iguales hasta 16.000 millones de dólares en los próximos años.
El Gobierno nacional y popular se defi ende de las críticas por la pérdida de soberanía, argumentando que el acuerdo abarca una superfi cie pequeña (395 kilómetros cuadrados) de la concesión total de YPF en Vaca muerta, que abarca 12.000 kilómetros. El propio argumento desnuda el razonamiento ofi cial: Hay entrega… pero es “chiquita”.
sin embargo, las declaraciones del presidente de Chevron John Watson y del gerente de YPF, Galuccio desnudan que la entrega es total y a largo plazo. Galuccio explicó que el acuerdo implica “una asociación estratégica para la compañía y para la argentina”.
Watson sostuvo: “Vaca muerta es un activo de clase mundial y se ajusta perfectamente a nuestro sólido portfolio de recursos no convencionales”.
Es decir, “por algo se empieza” razonan los buitres imperialistas de Chevron, herederos de la famosa Standard Oil, que entró al país con el presidente Perón poco antes del golpe gorila de 1955 y así siguió con el saqueo del petróleo hasta hoy.
“Asociación estratégica” con vaciadores El Gobierno fi rma este acuerdo, a pesar de que Chevron se encontraba en un proceso de salida de la argentina. Había vendido gran parte de sus activos en el país, entrando en un proceso de desinversión. Y es una de las empresas petroleras con mayor caída de producción y reservas en la argentina en los últimos años. En el periodo 2009-2012, frente a una caída global en la producción de crudo en el país del 12%, Chevron cayó el 35%. Y frente a una caída promedio del país en su producción de gas natural del 9%, en el mismo período, Chevron cayó un 61%. Entre 2009 y 2011 la multinacional yanqui se quedó sólo con cuatro de las 23 áreas que tenía. Y en ellas invirtió sólo 355 millones de dólares. Para colmo, con nula inversión en exploración. Y ahora… ¿Se queda con media Vaca Muerta? La distancia entre el relato y la realidad En el terreno energético es quizás donde más queda al desnudo la falsedad kirchnerista de la “década ganada”. El manotazo de ahogado del Gobierno en el ámbito petrolero, con el acuerdo entre YPF y la multinacional Chevron para explotar Vaca muerta, es producto de una “década perdida” en materia energética.
El país perdió en 2011 el autoabastecimiento energético que tenía desde hace más de 20 años.
Desde el 2010 argentina se convirtió en un importador neto y creciente de gas oil, fuel oil y gas natural. En 2012 las importaciones llegaron a us$ 9.500 millones y en el primer semestre de 2013 ya alcanzaron los us$ 6.600 millones, un 33% más que en igual periodo del año pasado. En el 2003 las compras de combustibles eran sólo el equivalente al 3% de las divisas provenientes de las exportaciones de granos. Este año serán el 46% de esos ingresos.
Hay una alternativa soberana Frente a esta nueva entrega –esta vez descarada– al capital multinacional, los defensores del “modelo”, mentirán arguyendo que no hay más remedio ante la falta de inversiones para desarrollar la producción de petróleo. Pero hay una vía soberana para desarrollar un proyecto energético latinoamericano. Es aquel que comience por estatizar todos los recursos naturales, expropiando a todas las multinacionales que saquean nuestro petróleo, gas y minerales; siguiendo por no pagar más la fraudulenta “deuda externa”.
usando para invertir en la reactivación de la exploración, extracción y refi nación de hidrocarburos los 10.000 millones de dólares que giramos anualmente a los fondos buitres y banqueros extranjeros.
Es necesario que desde todo el país repudiemos este acuerdo perjudicial para el conjunto de los trabajadores y el pueblo y exijamos a las CGT y las CTa y a todos los que se dicen defensores de la soberanía nacional, concretar acciones unificadas por la estatización del 100% de la industria petrolera bajo control de los trabajadores.
 
 Fuente: PSTU - Partido Socialista de los Trabajadores Unificado
 www.pstu.com.ar