lunes, 9 de abril de 2012

Argentina: Exijamos soluciones inmediatas MILES SIN LUZ, NI TECHOS NI AGUA DESPUÉS DEL TEMPORAL:




MILES SIN LUZ, NI TECHO, NI AGUA DESPUÉS DEL TEMPORAL:
Exijamos soluciones inmediatas


Declaración del PSTU

Fue una “Semana Santa” difícil. La oscuridad trajo inseguridad. La falta de electricidad, pérdida de alimentos, alza de los precios de las velas y el agua potable. Todo eso, sobre el telón de fondo de una inflación galopante. Y en ese escenario, la absoluta ausencia de apoyo y ayuda oficial.


Declaración del PSTU 09/04/2012

El temporal del miércoles se abatió sobre Capital y el conurbano, dejando miles de casas sin techo y rotas, cientos de evacuados y decenas de miles de trabajadores luz, además de decenas de muertos.
El viento huracanado azotó, cayeron paredes, árboles y volaron chapas. Como siempre, los destrozos golpearon a los hogares más humildes, a las viviendas más precarias: no era solo “la furia de la naturaleza”, sino el castigo de la pobreza.  Era triste ver llegar a los vecinos a sus casas, para amargarse ante el desastre. Mientras tanto, otros miles “metíamos los pies en el agua” para llegar del laburo, con el corazón en la boca por miedo a lo que encontraríamos.
En infinidad de barrios del Oeste y el Sur cayeron postes de alumbrado, amenazando la vida y dejando sin luz, y en muchos casos sin agua ni comunicación, a cientos de miles de habitantes.


Los días pasaron, y la situación se agravó.
Fue una “Semana Santa” difícil. La oscuridad trajo inseguridad. La falta de electricidad, pérdida de alimentos, alza de los precios de las velas y el agua potable. Todo eso, sobre el telón de fondo de una inflación galopante.
Y en ese escenario, la absoluta ausencia de apoyo y ayuda oficial.
En eso, actuaron por igual la Capital de Macri y el conurbano de Scioli: sin diferencias entre ellos, hicieron gala de una sorprendente unidad y solidaridad para no hacer nada de nada. Los operativos del Ministerio de Acción Social con gendarmería fueron más simbólicos que efectivos.


Solo represión


En distintos barrios de todas las localidades, los vecinos se organizaron, hicieron piquetes, cortes y asambleas, reclamaron la restitución de los servicios y ayuda a los municipios.
La respuesta fue el silencio, y en algunos casos, la represión. En Merlo, el gobierno de Otahecé volvió a hacer lo que mejor sabe: dar palos, balas de goma y gases al pueblo.
Pero la necesidad es mayor, y los vecinos siguieron organizándose, ejerciendo la solidaridad obrera y popular, la única que funcionó durante estos días.
Organizando la provisión de agua, la llegada de alimentos, y la propia autodefensa de los barrios. Y en otros casos, obligando a algún funcionario a hacerse cargo de resolver los problemas más urgentes.

¿Y ahora?


Hoy, domingo, la situación es alarmante. En muy pocos lugares se restablecieron los servicios. Los árboles siguen tirados en casi todos lados, la luz y el agua todavía escasean. Y llega el lunes, habrá que  ir a trabajar. ¿Cómo dejar solas a nuestras familias en esta situación? Y en caso de viviendas sin techo ¿cómo defenderlas en los barrios?
Este no será un lunes más para cientos de miles de trabajadores y sus familias. Es una emergencia obrera y popular, y así tenemos que asumirla.
Es necesario multiplicar la organización, coordinar las distintas formas de organización que nos dimos en los barrios, y preparar el reclamo ante cada municipio, ante cada oficina de Edenor o Edesur. La luz tiene que volver de inmediato.

¡Que decreten emergencia popular!


Desde el gobierno, tanto Scioli, como Macri, nos piden “paciencia”. ¡Qué fácil para ellos, y sus diputados! ¡Seguro que a ellos no se les voló el techo, ni están sin luz ni agua!
¿Por qué tener paciencia, mientras ellos son incapaces de solucionar ningún problema?
Ahora nos dicen que “no están en condiciones de reparar todo de inmediato”.
Exigimos soluciones inmediatas. Y esas soluciones existen, si hay voluntad para llevarlas a cabo.
Es necesario decretar asueto laboral para todos los trabajadores que declaren problemas en sus viviendas y barrios, hasta que se resuelva la situación.
Edesur y Edenor tiene que convocar a todo el personal que despidieron cuando se privatizó, y volver a tomarlo para reparar todo. Las municipalidades tienen que contratar en blanco de inmediato a todos los electricistas sin empleo, y poner a trabajar cuadrillas que reparen todos los postes y cableado, levanten los árboles, reparen todas las viviendas afectadas y destapen todos los desagües. ¡Que la luz vuelva de inmediato!
Hay que abrir cuentas gratuitas en Easy y todos los grandes corralones, para que cada vecino saque los materiales de construcción que necesita, a cuenta de pago de parte del gobierno, tanto municipal como provincial. ¡Chapas, cemento, arena, hierro, gratis para los damnificados!
Las escuelas tienen que ponerse en condiciones urgentemente. Y los docentes, organizar junto a las comunidades, todo el socorro que los chicos de los barrios requieran.
Hay que adelantar un sueldo a todos los trabajadores estatales y privados, para que puedan responder a la emergencia.
Y en los barrios, organizar asambleas populares, para garantizar la seguridad. No podemos confiar en la policía, que estos días brilló por su ausencia mientras nuestros barrios eran bocas de lobo oscuras y peligrosas. Los vecinos somos completamente capaces de mantener el orden, sin violencia y con el control del conjunto de los trabajadores y el pueblo.
Formar comisiones de crisis en  cada barrio, y coordinar un comité de crisis en cada municipio, para organizar todas las tareas.
Hay que poner todos los recursos necesarios para arreglar lo que el temporal destruyó. Los fondos tienen que salir de un impuesto de emergencia a todas las grandes empresas de Capital y el Gran Buenos Aires.
¿Qué todo esto cuesta plata? Claro, que lo paguen los que más tienen. Que pongan la plata no solo YPF, sino todas las petroleras, mineras, bancos y empresas multinacionales que se llenan los bolsillos saqueando al país. Que todos los diputados y senadores, concejales y funcionarios, donen sus fabulosos salarios. ¡No puede ser que siempre perdamos los de abajo, mientras ellos viven bien a costillas nuestras!
Llamamos a todos los trabajadores a organizarse desde sus lugares de trabajo y barrios por estas medidas. Y reclamamos a Moyano y la CGT, a las CTA, y a todos los sindicatos, que sean sensibles a los problemas de los trabajadores y se involucren estas y otras medidas de emergencia.

Soluciones de fondo

Con estas sencillas medidas, salimos en 48 horas de la emergencia.
Pero no podemos quedarnos en eso, hasta que el próximo temporal vuelva a afectarnos.
Es preciso un plan nacional de obras públicas y viviendas, para superar el déficit habitacional, construyendo millones de casas seguras y dignas, caminos y desagües, redes cloacales, de agua corriente y gas natural para todas las casas del país. Con tendidos eléctricos seguros y no postes que son una amenaza.
Para eso, hay que estatizar todas las empresas de energía y servicios, que se llenan de plata y no invierten nada, manteniendo cableados y redes de agua, teléfonos y servicios precarios.
Plata sobra: hay que dejar de pagar la deuda pública a los bancos extranjeros y grandes capitalistas, e imponer impuestos progresivos a las multinacionales y las grandes empresas, estancias, bancos.
Con eso alcanzaría, además, para asegurar un sueldo para cada trabajador que cubra la canasta familiar y permita construir una casa digna y segura, en barrios donde se pueda vivir, con seguridad, transporte, salud y educación garantizadas.