Entre el 16 y el 17 de febrero, 30 000 personas marcharon a Madison la capital del Estado Wisconsin en contra de la propuesta legislativa del gobernador Scott Walker, llamada "Budget Repair Bill", para cubrir 136 millones de los 3.6 billones de dólares del déficit presupuestario del estado. Dicha propuesta pretende recortar los planes médicos y los planes de pensiones de los trabajadores públicos de manera unilateral y abre la puerta a despidos masivos, sin negociar antes con los sindicatos. Dichos recortes en los beneficios equivaldrían a un recorte del 18% del sueldo, en el que el sindicato no tendría voz ni voto.
Pero el ataque del Gobierno va más allá, porque también quiere imponer restricciones a los derechos sindicales: los sindicatos públicos sólo podrán negociar los sueldos mientras dure la crisis, además tendrán que renegociar el contrato cada año, y deberán cobrar las cuotas individualmente y no por deducción automática. Esto supone un ataque frontal al mundo laboral del estado y del país y a los derechos sindicales. La reforma llevaría al descenso del número de trabajadores sindicalizados que es ya extremadamente bajo: 12% en el sector público, 8% en el sector privado. Hay que recordar que los trabajadores que no tienen sindicato no tienen ni el derecho ni la capacidad a la negociación colectiva, por lo tanto todas sus condiciones de trabajo son impuestas de manera unilateral por el patrón.
Por esa razón, el sindicato AFSCME de trabajadores públicos llamó a la movilización al parlamento de Wisconsin para el día antes de la votación de la ley, el 16 de febrero. La dirección del sindicato ya ofreció el año pasado un contrato con concesiones de alrededor de 100 millones de dólares, que fue rechazado por los parlamentarios y el gobernador por no ser un sacrificio suficientemente grande.
Pero al llamado del sindicato, se han sumado de manera espontánea muchos trabajadores y estudiantes que están hartos de que la crisis siempre la paguen los mismos y que le quieren parar los pies al gobernador. Más de la mitad de las escuelas cerraron, porque los maestros se tomaron baja médica, una de las pocas formas de organizar una huelga espontánea, casi un millar de estudiantes secundarios se unieron a la marcha, y en la Universidad de Wisconsin, más de mil estudiantes que estaban organizando las movilizaciones en contra de los recortes al sector educativo se unieron a la marcha de los trabajadores públicos. Por no hablar de todos los trabajadores de diferentes sectores (bomberos, construcción y otros) que se organizaron para acudir en apoyo.
Los 30 000 manifestantes rodearon el parlamento de Madison y acamparon a su alrededor la noche del 16, el 17 continuaron las protestas consiguiendo aplazar el voto de la ley, y el 18, faltos de paciencia y llenos de rabia entraron en el parlamento y lo ocuparon. La pacífica y masiva sentada indica la voluntad de hierro de los trabajadores y estudiantes para no dejar pasar esta ley y defender con uñas y dientes los servicios públicos y sus puestos de trabajo.
¡Todo el apoyo a los trabajadores y estudiantes de Wisconsin en lucha!
¡Que la crisis la paguen los ricos!
¡Dinero para educación y empleo y no para la guerra imperialista!
Fuente: http://www.litci.org
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