Los obreros petroleros del norte de Santa Cruz han dado un gran ejemplo de lucha en la pelea por el aumento salarial que todos los obreros y trabajadores del país necesitamos.
Diez días antes de las elecciones del 28 de junio, definieron iniciar un paro por tiempo indeterminado por un 25% de aumento de sueldos, por el 82% de jubilación y por la puesta en marcha de los totalidad de los equipos perforadores que poseen las operadoras petroleras, muchos de los cuales se encontraban paralizados, para de esa manera, conseguir el pleno empleo en el sector.
La posibilidad de contagio de la protesta y las enormes complicaciones que podría haber traído para el poder político y económico hizo que rápidamente apareciera una propuesta de aumento salarial: 2.000 pesos no remunerativos hasta finales de julio para todos los petroleros del país. Mientras tanto se sigue discutiendo cómo seguir en la segunda mitad del año.
Claro que no alcanza solamente con estos 2.000 pesos, aún faltan las otras dos importantes reivindicaciones. Que serán posibles si la inmensa renta petrolera queda en manos del Estado puesta al servicio de los trabajadores y el pueblo a través de la Nacionalización y estatización bajo control obrero (ver recuadro).
Había plata
El llanto de las petroleras es eterno, siempre se quejan. Desde finales del año pasado hablan de pérdidas y buscan trasladarlas a los trabajadores con despidos, suspensiones y reducciones salariales.
Pero frente a la huelga de Santa Cruz rapidito aparecieron los billetitos que impidieron que la provincia de los Kirchner explotara en huelga a una semana de las elecciones.
Cuando empezó el boom petrolero en la Patagonia, allá por los años 2002 y 2003, el precio del barril era de 26 y 31 dólares respectivamente. Luego fue subiendo hasta los 100 dólares el año pasado y le dió inmensas ganancias a empresas como Repsol YPF, Pan American, Oxy, Petrobrás y otras.
Pero así y todo, para conseguir las mejoras salariales y de las condiciones laborales, los petroleros debieron protagonizar enormes huelgas como la de 2005 en Chubut y Santa Cruz. Ahora las multinacionales se quejan y buscan hacerle pagar la crisis a los laburantes, pero a principios de año el barril cotizó a 35 dólares y en julio ya cotiza cerca de los 70 dólares.
Las petroleras siguen obteniendo enormes ganancias, pero no conforme con eso las multinacionales siguen presionando para que eliminen las retenciones a las exportaciones; para disminuir los salarios y precarizar las condiciones laborales de los obreros del sector, contando para esto con la complicidad de los dirigentes sindicales, el gobierno de los K y los gobernadores provinciales.
Freno sindical
La huelga de los petroleros de Santa Cruz abrió una posibilidad de coordinación y unidad de acción entre los obreros de las provincias patagónicas, donde se concentran el 80% de los trabajadores del sector, pero los dirigentes sindicales de Chubut, Neuquén y Río Negro optaron por hacerse los distraídos y no sumaron sus provincias al paro.
Tanto Mansilla de Chubut como Pereyra de Neuquén hacen grandes esfuerzos por no extender y coordinar la pelea por los mismos reclamos que tienen los obreros.
Hay que nacionalizar bajo control obrero y sin pago
Más allá de las luchas salariales que vienen ganando los obreros petroleros, lo que hace falta es dar un paso más adelante y echar a las multinacionales del sector para así Nacionalizar y Estatizar el petróleo, gas y minerales.
Los recursos naturales fueron regalados a las empresas extranjeras desde el menemismo, quedando toda la renta en manos del sector privado. El Estado no hace absolutamente nada para controlar, al contrario, los gobiernos han jugado el juego de las multinacionales y los Kirchner han sido los que más políticas implementaron en favor de las operadoras petroleras.
Esos mismos Kirchner que se llenan la boca hablando de “progresismo” son los que hacen todo lo contrario de las pequeñas acciones que se vienen produciendo en América Latina contra las petroleras.
En Ecuador el presidente Correa expulsó a la Oxy, en Bolivia Morales nacionalizó la petrolera Chaco (filial de Pan American) y en Venezuela Chávez nacionalizó a Techint, el mismo grupo empresario que en Argentina explota el petróleo con Tecpetrol.
En nuestro país todas estas compañías son beneficiadas con el manejo absoluto de la renta que obtienen y además gobernadores como el chubutense Das Neves, el santacruceño Peralta y el neuquino Sapag renegocian anticipadamente los contratos petroleros para beneficiar a Repsol YPF, Pan American o como ahora quieren hacerlo con Tecpetrol.
Lo que hace falta es nacionalizar y estatizar el petróleo y el gas, expulsando sin pago a las multinacionales y poniendo estos recursos bajo el control de los trabajadores. Las petroleras han ganado en los últimos años 42.000 pesos por minuto y además han dejado un pasivo ambiental valuado en miles de millones de dólares, que jamás han remediado.
Es por eso que deberíamos expulsarlas del país y expropiarlas sin ningún tipo de pago.
FUENTE: Noticias Socialistas
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