Que impresión le quedó de este viaje?
Zé Maria – La situación de las personas en Haití, pasados prácticamente tres meses del terremoto, es una cosa indescriptible e inaceptable. Indescriptible porque están viviendo una situación completamente inhumana, acampadas en las calles o en el patio de sus propias viviendas, junto a los escombros y la alcantarilla, sin comida, agua, ni nada. No hay una acción siquiera, por parte del Estado, del gobierno haitiano o de las famosas topas de ocupación que pudiesen mostrar cualquier indicio de reconstrucción de las casas y del país. Salvo algunas pocas operaciones de distribución de alimentos, que son hechas aleatoriamente por algún contingente de la ONU, las personas están intentando sobrevivir con sus propios recursos y con mucha solidaridad entre sí. Están viviendo en las mismas condiciones en que las dejó el terremoto. Se agrega que ahora, el mes de abril, empieza la época de las lluvias en la región de Puerto Príncipe.
Inaceptable, porque todo eso expresa la completa farsa en que consiste la política no sólo del gobierno haitiano, pero también del gobierno brasileño, del gobierno de EE UU que, con sus tropas dicen estar ayudando el pueblo a reconstruir el país. Andamos casi una semana por las calles de Oporto Príncipe y, difícilmente veíamos algún soldado. Las personas que encontramos intentando reconstruir sus casas, en la verdad todavía intentando retirar los escombros, hacían eso con las propias manos, sin la ayuda de uno soldado que fuese! El único puesto más visible de las tropas de la [Minustah] es lo que está instalado en los portones de la llamada Escala Franca, protegiendo las empresas instaladas dentro de ella. A dónde están yendo los millones de dólares que lo gobierno brasileño dice tener donado a Haití? Están yendo para la manutención de los soldados allá, no para el pueblo de Haití. Lo mismo está aconteciendo con los recursos anunciados por varios gobiernos. El plano de reconstrucción que se discute en la ONU en estos días trata, en la verdad de decidir como distribuir entre las grandes empresas de construcción, los recursos que deberían ser encaminados a Haití, porque para el pueblo mismo no se está viendo nada.
Y hay un último aspecto que es importante destacar. Se habla mucho de la violencia y de los saqueos, para justificar la presencia de las tropas. Una gran mentira. Lo que se ve en las calles de Puerto Príncipe es un ejercicio de solidaridad entre las personas, un clima de paz y tranquilidad que, dadas las condiciones en que están viviendo, debería ser mostrada al mundo como ejemplo de convivencia entre seres humanos. Violencia es lo que está siendo practicado contra todo el pueblo de Haití, por la situación que le es impuesta por su gobierno, por el gobierno brasileño, el de EE UU, y por las tropas extranjeras que están allá.
Como fue la recepción a la delegación de la Conlutas?
Zé Maria – Fue muy fraterna y cariñosa. No sólo por parte de los compañeros de Batay Ouvriye, sino también por parte de todas las numerosas personas con quien conversamos en los campamentos que visitamos, por parte de las organizaciones con quien conversamos. Además del cariño, hay también una curiosidad grande por la situación en Brasil, con todo lo que decimos sobre el verdadero papel del gobierno Lula. Mostramos a los compañeros de allá que el hecho de que Lula envíe tropas a Haití para defender los intereses económicos de las empresas, de los bancos, y de EE. UU. no constituye un rayo en un cielo azul. También en Brasil, con sus políticas, él defiende estos mismos intereses de las empresas, de los bancos y del imperialismo.
Conversamos mucho sobre la necesidad de que estrechemos nuestros lazos de solidaridad, de que apoyemos mutuamente las luchas, pues vivimos en un mundo en que nuestros países podrían asegurar una vida digna para todos. Sólo que, para eso, hay que acabar con el imperio de los bancos y de las grandes empresas; Para eso, los trabajadores necesitan gobernar y cambiar la sociedad, acabar con el capitalismo y construir una sociedad socialista. Mostramos que esa lucha es nuestra aquí, en Brasil, y también de los trabajadores en Haití. Una misma lucha. La reacción de las personas a esta discusión fue siempre muy buena, demostrando que hay bases reales para desarrollar la solidaridad de clase entre los trabajadores.
Como fue la repercusión de la visita?
Zé Maria – Hubo una repercusión bastante razonable de la visita. Además de las diversas reuniones que hicimos, con los compañeros de Batay Ouvriye, con varias coordinaciones de campamentos, con trabajadores despedidos de empresas estatales haitianas, con varias organizaciones del movimiento popular, dimos también entrevistas a tres radios y la televisión. En estas entrevistas, divulgamos más ampliamente las razones de nuestra visita y la opinión que tenemos sobre la presencia de las tropas en Haití. Aprovechamos para denunciar públicamente cosas como la represión violenta que fue realizada por laMinustah contra trabajadores despedidos de las estatales, que estaban luchando sólo para que el Estado pagase sus derechos y cumpliese los acuerdos firmados con los trabajadores.
Ustedes han presenciado la actuación de la Minustah. Que puede decir sobre lo que las tropas están haciendo?
Zé Maria – Como yo dije antes, fue difícil ver a los soldados haciendo algo. La distribución de alimentos, cuando es hecha, sigue siéndolo de forma irrespetuosa, sin incorporar a las organizaciones del propio pueblo haitiano, como si estuviesen echando comida para animales. ¿Ayuda en la reconstrucción? ¿Qué reconstrucción?
En verdad, las tropas están allá porque el gobierno de Haití sabe (y el gobierno de Brasil. de EE UU y los dueños de las empresas también) que el pueblo haitiano no va a soportar tanta miseria, tanto abuso y falta de respeto por mucho tiempo. Ellos saben que el pueblo va a sublevarse en algún momento y va a intentar invertir el estado de cosas en que se encuentra el país. Y que esa revuelta va a chocarse directamente con los intereses de las empresas que están allá instaladas, va a enfrentarse con los intereses geopolíticos de EE UU. Las tropas están allá para eso, para proteger los intereses de los capitalistas de Haití y de los extranjeros que tienen intereses allá.
No es casual que las tropas ya reprimieron a los estudiantes y, después, a los obreros, cuando estos fueron a la lucha para intentar obligar las empresas a pagar un salario mínimo menos miserable para sus empleados. No es casual que las tropas reprimieron duramente a los empleados estatales, (empresa de telefonía; puertos; recolección de basura) despedidos sumariamente por el gobierno Préval, que prepara estas empresas para la privatización. Es decir, para entregarlas al capital privado, esencialmente extranjero.
¿Qué opina el pueblo de la llamada “ayuda humanitaria”? ¿Qué opinó de la campaña de solidaridad de la Conlutas?
Zé Maria – Hay un descontento latente que se siente en las personas con todo el cuadro que está formado. Se habla mucho de “ayuda humanitaria”, pero eso nunca llega para la vida de las personas que están en los campamentos, que están desempleadas, que perdieron sus parientes y amigos, que perdieron todo. Hay un descontento cada vez mayor con el gobierno Préval, cuya incompetencia e inoperancia para enfrentar la situación es una cosa abismal.
Eso todavía no se transformó en movilización, en lucha concreta. Pero tiende a eso en el futuro. En este momento, los esfuerzos que están siendo hechos son para apoyar las diversas iniciativas de lucha, buscar unificarlas en un mismo proceso, con más fuerza, por lo tanto. Quizás en el próximo 1º de Mayo haya alguna expresión de eso.
Para ayudar y apoyar estos esfuerzos, también, la Conlutas está desarrollando su campaña de solidaridad en Brasil. Queremos ayudar a las personas a superar las consecuncias del terremoto. Pero queremos también ayudar y apoyar para que se desarrollen las organizaciones y la lucha del pueblo haitiano, para que él pueda liberarse de la expoliación económica dentro de su propio país, por la acción de las multinacionales y del imperialismo.
En este momento, gana peso en esta campaña la intensificación de las denuncias sobre el verdadero papel que las tropas de la Minustah y los EE UU están cumpliendo, exigiendo su retiro y su sustitución por médicos, enfermeros, ingenieros, máquinas para la reconstrucción de las casas y del país. Y también las acciones de solidaridad a las luchas que se traban en Haití, en este momento, como la de los estatales despedidos.
Creo que es justamente por este papel cumplido por la campaña de solidaridad desarrollada por la Conlutas, que las personas allá manifestaron tanta satisfacción. Con quienes conversamos están sinceramente agradecidas al esfuerzo que estamos haciendo aquí. Y esperanzadas de que los lazos que empezamos a construir se desarrollen y den frutos en el sentido de la liberación de nuestros pueblos de todas las formas de explotación y opresión causadas por el capitalismo.
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