En esta etapa de la crisis se profundiza el ataque a las conquistas de los trabajadores y los pueblos
Al gobierno griego se le exige recortar brutalmente el déficit público, o sea, recortar gastos: los gastos sociales. Los gobiernos imperialistas se dedicaron a salvar el sistema financiero prometiendo que no afectaría la salud, la educación y las pensiones de los trabajadores y los sectores populares. Las ayudas extras a los desempleados, que las hubo en algunos países, sólo fueron paliativos que llegaron a un sector de los trabajadores y no al conjunto de ellos. Ahora, los gobiernos se encuentran con impresionantes déficits públicos por el dinero que han entregado a la burguesía. La patronal recibió una enorme cantidad de dinero y plantea que va a necesitar de más ayudas para mantenerse. Sin embargo los puestos de trabajo no fueron garantizados y el desempleo ha seguido creciendo. Los informes del FMI y de la OIT reflejan que el desempleo continuará creciendo, dicen que hasta 2011. Ya llegó a cerca de 10% a nivel mundial, afectando fuertemente a los sectores más vulnerables: inmigrantes, jóvenes y mujeres.
La crisis no es igual para todos. Los ricos tuvieron pérdidas millonarias pero son pocos los que lo han perdido todo. Siguen siendo millonarios y viven con todos los lujos. Sin embargo, para las masas trabajadoras la crisis significa una verdadera tragedia, al perder o reducirse sus ya exiguos salarios. Las ayudas que en algunos países se dieron a los desempleados se están acabando y, alegando déficits públicos muy altos, los gobiernos no se plantean nuevas ayudas. Y esto en los países principalmente imperialistas, que se podrían permitir dar esas ayudas, pues en el resto del mundo el que ha perdido su puesto de trabajo se encuentra sin ningún tipo de sustento.
Para superar la crisis, el capitalismo sabe que va a tener que profundizar mucho más los ataques al nivel de vida de los trabajadores y los pueblos en los países imperialistas, y también profundizar la recolonización de los países dependientes.
A esta tarea se han abocado los gobiernos de todo el mundo. Sus propuestas son recortar aún más los derechos laborales, facilitar los despidos abaratándolos todavía más, reduciendo los presupuestos sociales para la sanidad y la educación públicas. Y también los empresarios, aumentando los ritmos de trabajo y las jornadas laborales sin contratar nuevos trabajadores.
Hemos visto en estos meses cómo los gobiernos aceleran sus planes de privatización de los servicios públicos y cómo en los países dependientes se entregan los recursos energéticos a las multinacionales (concesiones y leyes para la explotación de hidrocarburos y minería en Ecuador, Venezuela, Brasil, Perú, etc.).
Barack Obama ataca los derechos de los trabajadores y los sectores populares
Antes de ser investido presidente, Obama negoció con Bush la ayuda millonaria para la burguesía y llevó adelante, ya como presidente, todo ese paquete de apoyo económico a las entidades financieras y a los fabricantes de automóviles. Recordemos cómo su apoyo a la GM iba condicionado a que los trabajadores aceptaran un enorme recorte de sus derechos (jubilación, salarios y planes de salud).
También podemos señalar cómo, recientemente, en el propio Estados Unidos, Barack Obama consiguió que se aprobara una reforma sanitaria. Esta reforma ha sido aplaudida en todo el mundo como progresista mientras que, en realidad, significa una mayor privatización de la sanidad y hacer recaer los costos de la misma en los propios trabajadores, que van a verse obligados a “engordar” las cuentas de las aseguradoras privadas.
Hay que alertar a los trabajadores estadounidenses, así como a los del resto del mundo, sobre que con el discurso de que “no se puede hacer más, de que se necesita del acuerdo de todos”, Obama, y los demás gobiernos burgueses del planeta, están dedicándose a recortar los derechos laborales y sociales.
También a nivel internacional, Obama está tratando de imponer sus planes a través de la negociación y a partir del prestigio que aún mantiene. Así consiguió que sus tropas ocupen directamente Haití, tras el terremoto del pasado mes de enero, y consiguió en Honduras que el depuesto presidente Zelaya aceptara el plan que acabó por apartarlo definitivamente de retomar la presidencia y que los golpistas organizaran sus elecciones.
Sin embargo, estos importantes éxitos del imperialismo en algunos lugares, no puede esconder que en otros no está consiguiendo avanzar. Ahí tenemos Afganistán, donde a pesar del enorme incremento de tropas no consigue derrotar ni avanzar en una negociación con los talibanes. La continuación de la guerra en Irak y en Afganistán, y su extensión a Pakistán, se convierte en un problema cada día más grave para la política del imperialismo.
Los gobiernos “progresistas” aplican la misma receta contra los trabajadores
Es especialmente vergonzoso que ante el aumento del desempleo, y cómo esto afecta especialmente a los jóvenes, los gobiernos “progresistas” propongan un aumento de la edad para la jubilación, como lo hizo Zapatero en España. Allí, además, pretenden una nueva reforma laboral que abarate el despido.
En Venezuela, la crisis económica está afectando duramente a los trabajadores y el pueblo. Cuando los trabajadores se dispusieron a luchar contra los despidos y por la defensa de sus salarios, atacados por la inflación, el gobierno venezolano se ha puesto del lado de las multinacionales; persigue a los trabajadores que luchan y encarcela a los dirigentes sindicales.
Por su parte, el gobierno de Lula, en Brasil, entregó 370 mil millones de reales a los banqueros y grandes empresas para “salvarlas” de la crisis, mientras que para la destrucción que produjeron las inundaciones en Río de Janeiro sólo destinó 200 millones. Así se comprende cómo, en plena crisis, los bancos brasileños consiguieron aumentar sus beneficios un 23% más que el año anterior.
No son muy diferentes la actuación y las propuestas del gobierno cubano para la isla, que está siendo también duramente afectada por la crisis. Raúl Castro ha anunciado que un millón de puestos de trabajo tienen que ser suprimidos. Hoy, ese gobierno está al servicio de las multinacionales que han entrado en Cuba para saquear libremente a los trabajadores de ese país. Los cubanos no tienen derecho a huelga y sus sindicatos están controlados por el Estado. A la entrada del capitalismo se han sumado sus lacras y, ahora, cuando la salud y la educación, otrora ejemplos para el mundo, están siendo desmanteladas, aparecen el desempleo y la pobreza. Los trabajadores cubanos van a tener que luchar para defender sus empleos, y para eso tendrán que conquistar las libertades democráticas de las que carecen.
La tragedia de los trabajadores inmigrantes, las mujeres, las razas oprimidas y la juventud
Pero, además, la crisis tampoco a afectado por igual a todos los trabajadores; las capas más explotadas y oprimidas, como no podía ser de otra manera, han llevado la peor parte. Los trabajadores inmigrantes han visto aumentar las agresiones racistas y sus expulsiones de los países ricos. Los inmigrantes han sido los primeros en perder sus puestos de trabajo, pues es más fácil despedirlos, ya que tienen los peores empleos y con menores garantías laborales.
Las mujeres, como denunciábamos hace un año atrás, iban a ser duramente afectadas por la crisis; esos datos se han confirmado. La pérdida de los puestos de trabajo ha llevado a un aumento de la opresión de la mujer trabajadora. Cada mujer que pierde su empleo retrocede en su emancipación, ya que necesita contar con su propio salario para no depender de su compañero. Ahora, muchas mujeres que perdieron sus empleos han tenido que aceptar trabajos peor remunerados, con peores horarios y de menor cualificación, para mantener a sus familias, y se encuentran, además, con mayores dificultades para organizarse sindicalmente.
Vemos también cómo la crisis cierra aún más el camino al mundo laboral y a la emancipación, para la juventud. Junto con esto, observamos cómo las políticas de privatización de la enseñanza impiden el acceso de la juventud obrera y popular a la educación, cada vez más “elitizada”, restringida a una minoría selecta.
En muchos países, los negros y los indios ven cómo crece su opresión, debido a la disminución del mercado de trabajo. Al igual que los inmigrantes, ellos sufren el racismo, pero en sus propios países. Los pueblos indígenas han sido atacados por la vorágine de las multinacionales por explotar sus tierras originarias.
Las masas empiezan a movilizarse en diversas partes del mundo
Un año atrás, los trabajadores se encontraron con una dura ofensiva por parte de los gobiernos y las patronales. Los trabajadores no consiguieron enfrentar el duro golpe que supuso el inicio de la crisis. Los mensajes de los gobiernos y de las burocracias sindicales para que hubiera calma y se confiara en una pronta recuperación económica calaron en las masas, que se encontraban con un futuro desolador, en el que los cierres de fábricas y los despidos masivos eran noticia cotidiana.
La burocracia sindical ha sido el principal dique de contención de las protestas obreras contra la crisis. Han aceptado cierres, despidos y recortes de derechos, llegando a lo sumo a exigir, en el mejor de los casos, indemnizaciones superiores.Las burocracias sindicales intentan aislar las luchas, no llevarlas hasta el final; pactan lo antes posible para que éstas no se extiendan. Convocan movilizaciones cuando no les queda más remedio, dada la presión de las bases, pero intentan controlarlas y frenarlas. Por eso todavía hoy, muchas luchas son derrotadas, y la patronal sigue con sus ataques sin que haya una resistencia unificada. Así, continúan los despidos y aumenta el desempleo.
En 2009 hubo importantes luchas entre las que debemos incluir las de los campesinos indígenas del Perú, que en Bagua derrotaron al gobierno de Alan García; la heroica resistencia, durante más de cinco meses, del pueblo hondureño contra el golpe militar; las movilizaciones contra la dictadura de los Ayatolás, en Irán; la resistencia del pueblo palestino, y las primeras movilizaciones masivas en Grecia. Estas fueron luchas significativas, pero hay que señalar que la clase obrera, por los motivos señalados más arriba, no salió en todo el mundo con la contundencia que era necesaria para derrotar el ataque que estaba sufriendo.
En 2010, el panorama empieza a cambiar. Los trabajadores han visto que el dinero público fue entregado a los capitalistas y no se garantizaron sus empleos ni sus salarios. Ahora que los gobiernos quieren recuperar el dinero que han entregado sacándoselo a los trabajadores, se está dando una reacción por parte de las masas. En el mundo, principalmente en varios países europeos, se suceden las movilizaciones y las huelgas; hubo, además, movilizaciones de estudiantes e inmigrantes en EEUU; las luchas se mantienen en la Argentina, México, etc., y se produjo una insurrección en Kirguizistán. Hay que destacar las huelgas generales griegas, que se oponen a que sean los trabajadores los que paguen el enorme déficit público generado en favor de las entidades financieras. Estamos, por lo tanto, ante lo que puede ser un importante ascenso de las masas. Ahora se trata de que se produzca y amplíe la movilización, para revertir la situación en la que la crisis económica nos está dejando.
Luchar para que la recuperación sea para los trabajadores
A los trabajadores y explotados del mundo no nos queda otro camino. No podemos esperar soluciones para nuestros problemas de ningún gobierno burgués, no tenemos otra alternativa que luchar, luchar y luchar. Para defender nuestros puestos de trabajo, para defender nuestro derecho a la salud y a la educación públicas y gratuitas, para defender nuestro derecho a una jubilación digna, para que la juventud, las mujeres, los negros, los indios y los inmigrantes tengan trabajo y se respeten sus derechos.
Los planes de los gobiernos son para defender a los empresarios, a los capitalistas. Si queremos una solución que nos beneficie a los trabajadores y explotados del mundo, tenemos que luchar contra esas medidas. A las propuestas de los gobiernos capitalistas hay que combatirlas planteando medidas obreras, explicando que sólo con el socialismo hay una solución para la crisis. El capitalismo no puede garantizar un futuro de paz y prosperidad, sólo garantiza la opulencia para unos pocos y cada vez más miseria para el resto.
Recuperar la unidad de la clase
La crisis económica mundial nos ha mostrado cómo todos los gobiernos del mundo han tenido una estrategia común: descargar la crisis sobre los hombros de la clase obrera y los explotados del mundo. Los trabajadores, sin embargo, seguimos separados país por país y, dentro de cada país, entre nosotros, por el papel de las burocracias sindicales, como hemos visto. Sin embargo, también vemos cómo, cuando luchamos juntos, tenemos la fuerza necesaria para vencer. Sabemos que para derrotar los planes de miseria necesitamos realizar una lucha sin tregua; para ganar se necesita realizar una lucha tenaz y cada vez más fuerte. Y sabemos que para vencer, necesitamos de la unidad de todas las organizaciones sindicales y obreras pero… para luchar. Por eso, necesitamos extender los ejemplos de cada lucha en la que se consigue una victoria, de cada lucha en la que los trabajadores consiguen recuperar la unidad y la solidaridad de clase. Debemos exigir a las centrales sindicales que dejen de ser lacayos de los gobiernos de turno y convoquen a la movilización y, a la vez, debemos combatir a esas mismas burocracias sindicales por inconsecuentes, por hacer unidad con los gobiernos y patronales y no con los trabajadores, y por no llevar la lucha hasta el final. En ese camino debemos construir organizaciones obreras realmente democráticas y combativas, que nos sirvan para enfrentar los nuevos ataques que se nos vienen encima.
... y el internacionalismo
El 1.º de Mayo fue propuesto por la II Internacional para que, ese día, los trabajadores de todo el mundo pudiéramos mostrar nuestra fuerza y unidad. Aquel 1.º de Mayo se realizó bajo las banderas de exigir en todo el mundo la jornada de 8 horas de trabajo. Hoy, cuando el desempleo arrecia, debemos exigir trabajar menos para trabajar todos, en lugar de que se nos aumenten brutalmente los ritmos y las horas de trabajo. Exijamos la reducción de la jornada de trabajo. Tenemos que salir, nuevamente, este 1.º de Mayo para pelear juntos por nuestras reivindicaciones, y mostrar el apoyo a los pueblos que están luchando contra el imperialismo.
Por eso creemos que es más necesario que nunca que los trabajadores nos organicemos a nivel internacional. Pero no como plantea el presidente venezolano Hugo Chávez, que pretende formar una V internacional uniendo a los trabajadores con los representantes de la burguesía. Nosotros, desde la LIT(CI), pensamos que la única Internacional que debemos construir es la de los trabajadores, que encabece a todos los explotados y oprimidos del mundo contra este sistema que sólo ofrece miseria. Por eso luchamos por reconstruir la IV Internacional, la que recogió las banderas de Lenin y la Revolución Socialista de Octubre. Luchamos para destruir el capitalismo, luchamos por el socialismo internacional.
¡Por la defensa de los puestos de trabajo y por salarios dignos!
¡Contra los planes de rescate para la burguesía!
¡Por la unidad de todos los explotados contra todos los gobiernos patronales!
¡Viva la lucha de la clase obrera mundial!
¡Viva el 1° de Mayo!
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