Escrito por Gabriel Massa
Con las derrotas militares y políticas que ha sufrido y con su creciente aislamiento internacional, la bestia sionista-nazi amenazada se vuelve más violenta. ¡Es el momento de redoblar la campaña de boicot, especialmente por parte de las organizaciones sindicales, exigiendo la ruptura de relaciones de todos los gobiernos con Israel!
El estado sionista se ha mostrado en los últimos tiempos, si es que cabe el término, todavía más genocida y racista. Basten como ejemplos la asfixia a la torturada población de Gaza con el bloqueo; el ataque a la flotilla solidaria con la población de Gaza, que produjo 9 muertes y decenas de heridos; la construcción de un muro en Cisjordania para separar a los palestinos de los asentamientos isreaelíes; la decisión de expulsar de Jerusalén a ex legisladores palestinos con el increíble argumento de que “no son leales a la ocupación”; el proyecto del ministro de relaciones exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, de expulsar toda la población árabe de Israel; el intento de prohibir a los palestinos residentes en Israel conmemorar el aniversario de la expulsión de su pueblo de sus tierras que coincide con la fundación del estado sionista –lo que todos los pueblos árabes llaman la “catástrofe” (Nakba)- por considerar que atenta contra la “seguridad” (muchos sostienen que es la primera vez en la historia que un estado intenta prohibir a un pueblo expresar su dolor por su sometimiento).
Debe tenerse en cuenta que la amplísima mayoría de los judíos israelíes apoya y justifica estas bestialidades, reflejando la histeria masiva y persistente de la población, obsesionado con su “seguridad”. Lo que hace manipulable a esa población judía de Israel como instrumento de atrocidades tales como la perpetrada en 2008/9 en Gaza, cosa comparable a lo que sucedía con grandes sectores del pueblo alemán que apoyaba la “solución final” de la “cuestión judía” –es decir su exterminio- en tiempos de los nazis.
Aislamiento histórico de Israel
El trasfondo de todo esto es que Israel viene de un largo período signado por derrotas políticas y de sus ofensivas militares en el Líbano (1982-1985 y 2006) y en Gaza (diciembre 2008 – enero 2009), donde fracasó notoriamente en su intento de liquidar al gobierno de la corriente islámica Hamas, ligada a la Hermandad Musulmana de Egipto y hoy también con importantes vínculos con Irán.
A esto se ha sumado ahora una derrota política de dimensiones históricas: sus atrocidades en la invasión a Gaza y el posterior bloqueo habían producido un repudio muy extendido; su ataque a la flotilla solidaria en aguas internacionales –un acto calificado como de “piratería” por muchos de sus aliados- le valió condenas generalizadas y la amenaza de ruptura de relaciones del gobierno de Turquía, país que había sido su principal socio político y comercial en la región en los últimos tiempos.
Esto se ha dado en momentos en que una campaña de boicot a Israel lanzada en julio de 2005 y conocida bajo la sigla BDS –por Boicot, Desinversión y Sanciones- a favor del pueblo palestino, se intensifica y fortalece mundialmente.
Hoy Israel enfrenta el mayor aislamiento político internacional de toda su historia, situación que sin duda dio un salto cualitativo con el repudio mundial que provocaron las atrocidades perpetradas en Gaza en diciembre de 2008 y enero de 2009 y el ataque asesino a la flotilla solidaria este año.
Mientras tanto, el lobby sionista en Estados Unidos venía desarrollando una campaña frenética por revertir la política de Obama, acusando a su gobierno de abandonar a Israel. Esto también ha sido aprovechado por los republicanos para atacar a los demócratas, como parte de su campaña para las elecciones parlamentarias de mitad de período en noviembre próximo.
Es la necesidad de apuntalar a Israel ante su creciente debilidad política y militar y el deseo de quitar argumentos a la campaña del lobby sionista y los republicanos, lo que ha llevado a Obama a tratar de reducir la tensión con Tel Aviv, aún a costa de contradicciones escandalosas y de debilitar su propia política.
Obama trata de reducir tensiones con Netanyahu
La administración Obama venía de un año y medio de fuertes roces y distanciamiento del gobierno de “Bibi” Netanyahu por su agresiva política de expandir los asentamientos judíos en Jerusalén oriental, en Cisjordania y Gaza. Obama de palabra se oponía a esas acciones del sionismo, insistiendo en cambio una salida negociada con los palestinos.
En la entrevista concretada en la Casa Blanca entre ambos mandatarios el pasado 6 de julio, el presidente estadounidense hizo los mayores esfuerzos por asegurar que “ahora sí”, hay claras muestras por parte del gobierno israelí de que está dispuesto a abrir negociaciones directas con sus pares de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con vistas a concretar la solución de “dos estados”.
Aunque Mahmud Abbas, el presidente de la ANP, siempre servil a los deseos de Estados Unidos, se entrevistó en junio pasado con Netanyahu, el hecho es que no hay paso alguno en el sentido que supuestamente pretende Obama de avanzar hacia la constitución del estado palestino.
Para muestra, un botón nuclear
Entre los temas tocados en el encuentro del 6 de julio estuvo el arsenal nuclear israelí. EE.UU. venía de sumar su firma a un documento de la ONU que condena a Israel por no firmar el tratado de no proliferación nuclear (TNP), con el que las potencias buscan evitar que más países tengan bombas atómicas. Lo hizo presionado por la creciente indignación internacional ante al ataque a la flotilla solidaria con Gaza.
Esto preocupó mucho al lobby pro-israelí norteamericano y al gobierno de Tel Aviv y creció la campaña de denuncia contra la Casa Blanca por “abandonar a Israel”. Haciendo una increíble voltereta en el aire, Obama el 6 de julio justificó ante la prensa el arsenal nuclear clandestino israelí diciendo: “Creemos fuertemente que, dado el tamaño, la historia, la región en que se encuentra y las amenazas contra [Israel], tiene requerimientos de seguridad únicos. Tiene que poder responder a amenazas o a cualquier combinación de amenazas en la región” (New York Times, 7 de julio de 2010).
¡Esto en momentos que EE.UU. acusa a Irán, que firmó el Tratado de No Proliferación Nuclera, de violar los pactos internacionales, y quiere sancionar al país islámico, por poseer un poco de uranio enriquecido en un grado si permitido por el acuerdo internacional!
El presidente estadounidense se ve obligado a incurrir en contradicciones flagrantes en su política para no agravar la creciente debilidad y aislamiento internacional del estado sionista. Necesitaba mantener distancia del bloqueo a Gaza, del ataque a la flotilla y de la expansión de los asentamientos israelíes, para no destruir su propia política de tener a los dirigentes de la ANP atados a una prácticamente inexistente negociación de paz. Pero la crisis provocada por el ataque a la flotilla lo obligó a desnudar la verdadera estrategia yanqui en medio oriente, no importa quién gobierne EE.UU.: sostener a toda costa a su perro rabioso, Israel, con bombas atómicas, piratería en alta mar y lo que venga.
“Bomba de tiempo demográfica”
En el marco de su actual situación signada por las derrotas políticas y militares, la orientación histórica de Israel de convivir con un sector masivo de población árabe a su interior y en sus fronteras, al que se le tolera mantener sus tradiciones mientras no se rebele contra el estado sionista y sus atrocidades, ya no es viable. Al mismo tiempo que mantiene el bloqueo criminal a Gaza, la actual debilidad obliga a Israel a avanzar con medidas aún más totalitarias al interior de su propio territorio.
Un cable del 8 de junio de 2009 de la agencia noticiosa IPS, firmado por el periodista Mel Frykberg, informaba de tres proyectos de ley presentados en el Knesset, el parlamento unicameral israelí. “Uno de los proyectos busca prohibir que se considere día de luto el aniversario nacional israelí, el 15 de mayo, y otro impedir que se niegue la existencia de Israel como Estado judío y democrático.
Un tercer proyecto requeriría a todos los ciudadanos israelíes, incluyendo a los árabes o de descendencia palestina, que firmen juramentos de lealtad al Estado, su bandera y su himno nacional, así como a realizar servicio militar o civil.
El primer proyecto pasó su primera prueba al ser aprobado por el comité ministerial de la Knesset, pero fue luego suavizado. El texto prohibía a los israelíes árabes conmemorar la Nakba, o “catástrofe”, día de luto por la creación del Estado israelí. El castigo podría ser de hasta tres años de prisión. Después de que se tomaron en cuenta las consideraciones legales, el proyecto fue suavizado para prohibir que se destinen fondos estatales para organizar celebraciones de Nakba. (…) El pleno del Knesset también dio su aprobación inicial a un proyecto que convertiría en delito negar públicamente el derecho de Israel a existir como Estado, y que podría ser castigado con hasta un año de prisión. (…) Otro proyecto, que hubiera requerido a todos los ciudadanos israelíes jurar lealtad a los valores sionistas del Estado, fue desechado por el comité ministerial de la Knesset. El Comité Superior Árabe calificó estas iniciativas de ’propuestas racistas y fascistas contra el público árabe en Israel’”.
El cable de IPS concluye con una explicación muy clarificadora: “Los esfuerzos para aprobar estas leyes discriminatorias llegaron en el marco de una campaña ultraderechista por presentar a la comunidad árabe como una ‘bomba de tiempo demográfica’.
“Yuval Diskin, director del Servicio de Seguridad General de Israel, sostuvo que las demandas de igualdad de las minorías constituían un ‘peligro estratégico para el Estado’ que debía ser frustrado ‘incluso si su actividad es realizada a través de medios democráticos’”.
Por razones de espacio no vamos a abundar aquí con más referencias a las iniquidades del estado sionista contra la población árabe e incluso contra los judíos que se atreven a denunciar las atrocidades genocidas y el racismo israelí.
Simplemente queremos insistir en que estas medidas cada vez más totalitarias son reacciones histéricas del sionismo ante su creciente debilidad.
Redoblar la campaña BDS de boicot a Israel
Como decimos más arriba, en importante medida el creciente aislamiento de Israel es resultado de la campaña de boicot BDS que viene creciendo desde julio de 2005.
Una de las principales figuras que impulsa esta campaña, Stéphane Frédéric Hessel, ex diplomático francés y que en 1948 participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, escribía el 15 de junio en un conocido site de Internet, el Huffington Post, reflejando el carácter democrático y amplio de la campaña BDS: “La Flotilla de la Libertad [atacada por Israel] trae a la mente el tipo de iniciativas solidarias de la sociedad civil que llevó a su fin las leyes de segregación en Estados Unidos y el apartheid en Sudáfrica, una analogía imposible de ignorar. Al igual que el régimen del apartheid de Sudáfrica, la reacción de Israel ha sido calificar este acto no violento como una ‘provocación intencional’ Como en el caso de Sudáfrica, la llamada a la solidaridad internacional, en la forma de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) provino de una mayoría abrumadora de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil palestina en 2005, y está siendo abrazada por ciudadanos de conciencia y movimientos sociales en todo el mundo. La iniciativa BDS llama a aislar efectivamente a Israel y sus cómplices del ámbito empresario, académico y de las instituciones culturales, así como a compañías que obtengan ganancias con las violaciones de los derechos humanos y políticas ilegales, mientras continúen estas políticas.
“Creo que la iniciativa BDS es una estrategia moral que ha demostrado su potencial. Más recientemente el Deutsche Bank alemán se convirtió en el último de varias instituciones financieras europeas y fondos de pensión importantes en desinvertir del fabricante de armas israelí Elibt Systems. La semana pasada dos cadenas de supermercados italianas importantes anunciaron un boicot de productos de asentamientos israelíes ilegales. El mes pasado, los músicos Elvis Costello y Gil Scott-Heron cancelaron actuaciones en Israel….
“Hago mías las palabras sentidas del escritor escocés Iain Banks, que en reacción al atroz ataque de Israel contra la Flotilla de la Libertad, sugirió que la mejor manera para que artistas, escritores y académicos internacionales ‘convenzan a Israel de su degradación moral y aislamiento ético’ es ‘simplemente no tener nada más que ver con este gobierno criminal.’”
Luego del repudio provocado por el ataque israelí a la flota de la libertad, está en marcha el envío de nuevas naves de solidaridad con Gaza. Una nave enviada desde Libia fue desviada por buques israelíes hacia Egipto. Se ha programado para septiembre el envío de otra flotilla con ayuda humanitaria.
La campaña de boicot a Israel por artistas y académicos estadounidenses tuvo una expresión importante en la decisión de los actores Meg Ryan y Dustin Hoffman de no participar en el reciente festival de cine de ese país. Y varios músicos como Elvis Costello y The Pixies suspendieron presentaciones en Israel.
El peso cualitativo del boicot sindical
En los últimos tiempos se han fortalecido medidas de boicot sindical importantes en el País Vasco, Irlanda, Gran Bretaña, Bélgica, India, Sudáfrica, Suecia y Estados Unidos. Por primera vez en la historia un buque israelí no pudo descargar en un puerto de EE.UU., el de Oakland, en California, por la acción conjunta de organizaciones anti-sionistas y activistas de un sindicato de los trabajadores portuarios.Creemos que esto apunta a un salto cualitativo en la campaña mundial. Hay muchas muestras claras de ello.
El principal sindicato de empleados públicos británico, UNISON, de 1,4 millones de afiliados, votó en su congreso del 29 de junio sumarse a la campaña BDS, con medidas de boicot económicas, culturales e incluso deportivas, rompió relaciones con la central patronal-sindical israelí, Histadrut, y exigió al gobierno la expulsión del embajador israelí.
Otra muestra clara de esta perspectiva la da una declaración de apoyo de los sindicatos vascos, de la que extractamos algunos párrafos: “En consonancia con la tradición de los sindicatos vascos de lucha por la justicia, la igualdad y los derechos humanos, por medio de este documento los Sindicatos Vascos ELA, CCOO, LAB, UGT, ESK, STEE, HIRU, EHNE, CGT, USO LSB-USBO, hacen público su compromiso con la Campaña BDS contra el Estado de Israel y acuerdan no colaborar con la política de apartheid en Palestina y la ocupación ilegal en sus territorios.
“Además los sindicatos vascos acuerdan denunciar publicamente a todas las instituciones vascas y compañías que dan prioridad a sus intereses económicos y políticos a expensas de los derechos del pueblo palestino o quienes trabajen o legitimen la ocupación colonial de Palestina”.
Y los sindicatos vascos ponen como objetivos de la campaña obligar a Israel a “terminar con la ocupación militar de Palestina, parálisis y destrucción del muro en Cisjordania; terminar con el sistema de discriminación racial, levantamiento total y definitivo del bloqueo a Gaza, reconocimiento del derecho de regreso de los refugiados”
Ganar la calle con el boicot exigiendo la ruptura de relaciones
La LIT-CI impulsa con todas sus fuerzas la campaña BDS contra Israel y en defensa del pueblo palestino, poniendo como principal objetivo inmediato el levantamiento incondicional del bloqueo a Gaza. Y llama a sumarse a todas las fuerzas humanitarias, democráticas, obreras y populares, que no quieran ser cómplices por indiferencia de los nuevos y terribles padecimientos que la bestia sionista amenazada impone a los palestinos.
Es necesario ganar las calles, exigiendo a los gobiernos de todo el mundo la ruptura de relaciones con el gobierno israelí y anular todos los tratados comerciales como el que ha firmado recientemente el MERCOSUR con el estado sionista.
Aunque tengamos discrepancias importantes con distintas corrientes y organizaciones participantes en la campaña BDS que defienden la llamada solución de los “dos estados” (ver nota), creemos que las medidas que ya se están implementando en esta campaña, en especial las acciones de las organizaciones sindicales, ayudan a avanzar hacia lo que consideramos la única salida de fondo, la destrucción de Israel y la construcción de un estado palestino laico, democrático y no racista en todo el territorio de Palestina
fuente: http://www.litci.org/inicio/newspublicaciones/revista-correo-internacional/2283-boicot-a-israel-
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