| Escrito por Alicia Sagra | |||
| Lunes 16 de Mayo de 2011 | |||
 Debate con el PTS sobre la situación de los trabajadores cubanos. Entre 1992 y 1995, se realizaron modificaciones cualitativas en la legislación cubana1. Esos cambios superestructurales que modificaron el carácter de clase del estado cubano2,  ya que pasó a defender formas de propiedad y relaciones de producción  capitalistas, eran imprescindibles para producir los cambios  estructurales que exige la restauración del capitalismo. Eso se ha ido  concretando a los largo de los años y en los últimos meses se ha  traducido en un brutal      ataque  a las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo. Ante eso,  desde la LIT-CI decimos que la gran tarea que tienen planteada los  trabajadores y el pueblo cubano (en la que deben ser apoyados por sus  hermanos latinoamericanos) es derrumbar la dictadura gobernante para  conquistar las más amplias libertades democráticas y avanzar hacia una  revolución socialista que, al igual que la de 1959, expropie a la  burguesía nacional e internacional.  Las  resoluciones del VI Congreso de PC cubano (adaptación de la economía al  mercado, despidos, fin del subsidio a los alimentos, conversión de la  vivienda en mercancía) ratifican y dan institucionalidad partidaria a la  restauración capitalista que, al igual que en Rusia y China, se hace en  nombre del “socialismo”. A  pesar de esta apabullante realidad, las definiciones y propuestas  programáticas de la LITCI continúan siendo atacadas no sólo por  organizaciones castristas como el Partido Comunista Brasilero, sino  también por quienes se identifican con el trotskismo, como el PTS de  Argentina.  Lo que nos dice el PTS  En  un artículo firmado por Graciela López Eguía (21-4-2011), atacan  duramente la última declaración de la LIT-CI sobre Cuba. La autora del  artículo, manifiesta su preocupación por que la LIT-CI se estaría “desbarrancando” y llama a “los  militantes honestos de la LIT” a “reflexionar sobre estos problemas de  principios y reclamar a su dirección una urgente rectificación en sus  posiciones sobre Cuba” ¿Qué dice esa declaración que preocupa tanto  al PTS? Que los trabajadores cubanos, producto de las medidas de ajuste  están sufriendo un brutal ataque, que cobran salarios de 18- 20 dólares y  que para sobrevivir recurren a las “remesas” de sus familiares de EE.UU  y Europa, se humillan frente a los turistas o venden los habanos  robados de las fábricas. Y que esa realidad no es igual para todos, como  lo muestran las casas y autos de super lujo, utilizados por los  representantes de la multinacionales, los funcionarios del gobierno y  los nuevos ricos cubanos ¿Es mentira lo que decimos? ¿Mentimos al  afirmar que han vuelto al país dos lacras típicas del capitalismo, la  mendicidad y la prostitución, que habían sido erradicadas por la  revolución de 1959?  Decimos,  además, que los trabajadores cubanos están en peores condiciones que  sus hermanos latinoamericanos para defender sus condiciones de vida.  ¿Eso es falso? ¿O es que los trabajadores cubanos pueden elegir  libremente a sus delegados, hacer huelgas, ocupar fábricas, cortar  calles, como hacen los trabajadores argentinos? Y si no pueden hacer  eso, ni siquiera conectarse libremente a Internet, porque la dictadura  castrista lo prohíbe ¿los trabajadores cubanos están, o no, en perores  condiciones que los trabajadores argentinos, brasileros o salvadoreños  para luchar por sus derechos?  ¿No hay que llamar a los trabajadores cubanos a seguir el ejemplo libio?  Nosotros  llamamos a defender las condiciones de vida y los derechos democráticos  de los trabajadores y el pueblo cubanos. Y cuando decimos que eso,  igual que en Egipto y en Libia, se debe hacer enfrentando a la dictadura  gobernante, el PTS nos responde: ¡Qué barbaridad. Esos regímenes no  tienen nada que ver con el régimen cubano!  Los  compañeros son más papistas que el Papa. Fidel no tuvo ninguna duda en  identificarse públicamente con Kadafi mientras éste bombardeaba a las  masas insurrectas. ¿Les queda alguna duda sobre cómo actuarán los  Castro, si los trabajadores y el pueblo cubano siguen el ejemplo de las  masas libias?  En  Cuba nunca existió una dictadura revolucionaria del proletariado, es  decir, basada en organismos como los Soviets de la Revolución Rusa de  1917. Lo que existió fue una dictadura burocrática de Fidel Castro y sus  seguidores. Durante muchos años esa dictadura fue utilizada contra la  burguesía, para expropiarla, para planificar la economía, para imponer  el monopolio del comercio exterior. Así se obtuvieron impresionantes  conquistas a nivel de la salud, de la educación, se acabó con el  desempleo, con la mendicidad, con la prostitución. Por eso decíamos que  en Cuba existía un estado obrero (porque se acabó con la burguesía) pero  degenerado, porque el poder era ejercido por los “comandantes”  castristas, los jefes burocráticos del PC cubano, sin ninguna  intervención ni control de las bases obreras.  Hoy  las cosas han cambiado, pero para peor. Los “comandantes” siguen  gobernando, pero ahora al servicio de las multinacionales y sus socios  locales. La dictadura castrista, aunque no les da libertades formales,  como el derecho a organizar partidos opositores o la libertad de prensa,  le garantiza a la burguesía lo que realmente le importa: el fundamental  “derecho” capitalista de explotar a los trabajadores cubanos. Quienes  no tienen ninguna libertad en Cuba justamente son los trabajadores.  Nunca tuvieron libertad de organización política y sindical, ni de  expresión y ahora perdieron la “democracia de los nervios y los  músculos” de la que hablaba Trotsky, porque con el capitalismo volvió la  superexplotación, el desempleo, la mendicidad, la prostitución.  Entonces,  preguntamos al PTS, ¿los trabajadores y el pueblo cubano, tienen el  derecho de defender sus libertades y sus vidas, siguiendo el ejemplo  libio? O tenemos que decirles que, como existe el peligro cierto de que  el imperialismo intente aprovecharse, ellos tienen que abstenerse de  hacerlo.  Una doble capitulación  El  PTS no reivindica a la burocracia castrista, opina que es restauradora y  sin embargo termina con argumentos muy parecidos a los castro-chavistas  que siguen diciendo que “Cuba es el último bastión del socialismo”. A  partir de un análisis superficial de la realidad, que no toma en cuenta  la profundidad de los cambios superestructurales y estructurales, sigue  aferrado a su definición de “estado obrero degenerado”, sin dar ningún  sustentación teórica a la misma.  Reconocen  que el estado obrero degenerado cubano surgió a partir de que se  expropió a la burguesía y se impuso el monopolio del comercio exterior y  la planificación estatal de la economía3. Pero no sacan ninguna  conclusión cuando esos elementos, como ellos mismos admiten, en lo  esencial ya no existen4. Eso los lleva a cometer un profundo error  programático.  El  PTS se niega a levantar el programa de la revolución socialista para  Cuba, y sólo plantea la revolución política, es decir una revolución que  cambie el régimen político y no las bases sociales. En la Cuba actual  eso significaría reemplazar la dictadura de la burocracia, pero mantener  las formas de propiedad y las relaciones de producción existentes. Es  decir, la economía mixta, sin planificación económica y sin monopolio  estatal del comercio exterior. ¿No sería eso un estado burgués, con un  régimen de mayores libertades?  En  esta polémica, el PTS está mostrando una rara concepción de la  revolución, ya que por un lado defiende la revolución política sin poder  demostrar que están frente a un estado obrero y por otro, habla de  revolución democrática como independiente de la revolución socialista.  Pero ese puede ser tema de otro debate. En relación a Cuba, lo que vemos  es que la superficialidad de sus análisis y la inconsistencia teórica  los lleva a una doble capitulación, ante la burocracia castrista y ante  la burguesía imperialista que se está apropiando de Cuba y a quienes le  dejan la bandera de las libertades democráticas. [1]  Fin de la planificación económica y del monopolio del comercio exterior  y legalización de la propiedad privada de los medios de producción.  [2]“El  carácter de clase del estado, en última instancia se define por las  formas de propiedad y relaciones de producción que ese estado protege y  defiende” (León Trotsky, En defensa del marxismo). “la nacionalización  del suelo, de los medios de producción,de los transportes y del  comercio, así como el monopolio del comercio exterior, forman las bases  de la sociedad soviética. Para nosotros, esta adquisición de la  revolución proletaria define a la URSS como un estado proletario (León  Trotsky, La revolución traicionada)  [3]  “efectivamente, el programa pequeñoburgués nacionalista radical del  Movimiento 26 de Julio se demostró completamente utópico y al poco  tiempo, con la presión imperialista y de un movimiento de masas alentado  por el triunfo obtenido, se vio obligado a expropiar al capital  norteamericano, a los terratenientes y a la burguesía local, y a  establecer el monopolio del comercio exterior, es decir, a establecer  una economía de transición aunque burocráticamente planificada” El  colectivismo burocrático, el capitalismo de estado y la teoría del  estado “ni obrero ni burgués”. Suplemento sobre Cuba del PTS.  [4] “estas reformas  procapitalistas, casi eliminaron el monopolio estatal del comercio  exterior, prácticamente liberado para las empresas mixtas (51% estatal y  49% capitales extranjeros) y la planificación económica disolviendo la  Junta de Planificación y liberando la economía en importantes ramas como  turismo y minería”, pero lo que la LIT-CI no ve es que “a partir de 2003 se tomaron varias medidas que revirtieron parcialmente las reformas del periodo especial” aunque “Se mantuvo lo esencial(…)”(¿Hasta dónde avanzó la burocracia con su programa de restauración gradual?, Suplemento del PTS del 2-10-10). 
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lunes, 16 de mayo de 2011
¿No hay que solidarizarse con ellos?
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Debate con el PTS sobre la situación de los trabajadores cubanos.
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