lunes, 24 de diciembre de 2012

En el 2012, trabajadores de Europa fueron a la guerra contra la troika


Escrito por PSTU - Brasil
Jueves 20 de Diciembre de 2012 
No hay dudas de que la Europa del 2012 será un año inolvidable para los trabajadores de todo el continente. Si, por un lado, los gobiernos profundizaron los ataques contra los trabajadores, por medio de las medidas de “austeridad”, exigidas por la troika (Banco Europeo, Unión Europea y FMI), por otro, la clase trabajadora reaccionó de manera extraordinaria, con huelgas, paralizaciones y otras formas de lucha, que colocan la situación política del continente en otro nivel.

En medio de la lucha contra los ataques del capital, España y Grecia pueden ser considerados los polos más avanzados de la resistencia. En España, la situación se modificó después de la entrada en escena de los trabajadores mineros, que echaron mano de sus métodos de lucha, obligando a las centrales sindicales oficiales a ir más allá de lo que se proponían. Las escenas de la marcha de los mineros entrando en Madrid provocaron un profundo impacto en la población y en el conjunto de la clase trabajadora y, sin duda, fue un aliento para el desarrollo de las luchas en todo el continente.

Prueba de eso es que, después de la huelga minera, sucedieron dos grandes manifestaciones en la Península Ibérica: la del 15 de setiembre, en Lisboa; y la del 25 de setiembre, en Madrid.
En el caso de Portugal, la protesta obligó al gobierno de Passos Coelho a retroceder en su intento de aumentar la contribución de la previsión social de los trabajadores al mismo tiempo en que bajaba la de los empresarios.

En Madrid, el 25S (como quedó denominada la manifestación) se radicalizó a tal punto que miles rodearon el Congreso del país, como forma de presión para que los parlamentarios votasen contra un nuevo paquete de austeridad. También se realizaron huelgas, en particular del sector de transportes (Madrid y Barcelona), y manifestaciones diarias contra el recorte en los salarios de los servidores públicos. Como resultado, el país asiste a un importante proceso de reorganización sindical, con el fortalecimiento del sindicalismo alternativo.

En Grecia, la elección del gobierno de Antonis Samaras estuvo lejos de frenar la lucha. Después de las elecciones, Samaras anunció la aplicación de un nuevo memorándum de la troika, lo que reavivó inmediatamente las movilizaciones, ahora bajo la consigna de “¡Fuera Samaras!”.

Una movilización continental 
 
Pero, fue en el día 14 de noviembre (14N) que se dio la mayor demostración de que los trabajadores no van a aceptar los ataques de la troika. El 14N fue una jornada histórica, que combinó, simultáneamente, una huelga general conjunta en Portugal y en España, además de huelgas parciales en Italia y Grecia. En total, se realizaron manifestaciones y protestas en 25 países. Fue la primera respuesta en el ámbito internacional de la clase trabajadora contra los planes de la troika. También fue una demostración de rebelión de muchos sectores contra las direcciones oficiales de los sindicatos, que trataron de impedir la construcción de un día continental de lucha contra los planes de austeridad.

Por otro lado, el 14N también sirvió para impulsar muchas luchas en cada uno de estos países e, incluso, fortalecer aquellas que estaban más avanzadas. De ese modo, el 14N acabó sirviendo para disminuir las desigualdades de los procesos entre los países de Europa. Incluso, los países donde aún no ocurrieron grandes luchas y huelgas generales podrán experimentar, en el próximo período, otra coyuntura bien diferente, como es el caso de Francia y Bélgica.

Ataques contra los trabajadores en Francia
 

Aparentemente, Francia se encontraba distante de los peores efectos de la crisis. Sin embargo, una mirada más próxima muestra una realidad bien diferente. La balanza comercial del país (diferencia entre exportación e importación) va a cerrar el año con un déficit de 25 mil millones de euros. La transferencia de plantas industriales (deslocalización) del país continúa fuerte y la patronal está realizando una oleada de despidos, cuyo resultado es un índice de desempleo que llega al 10%.

En tanto eso sucede, el gobierno de Hollande, del Partido Socialista, trata de aplicar un programa de contrarreformas que pretende recortar 60 mil millones de euros del presupuesto en los próximos cinco años. Una de las exigencias de los capitalistas del país es la disminución de 30 mil millones de euros en las cargas sobre los salarios, además de otras medidas para aumentar la “competitividad” de la industria francesa.

El Parlamento, por su parte, ya inició la votación de las medidas, entre las cuales está la “flexibilización” del mercado laboral. Algo que ya fue aplicado en España, en nombre del “combate al desempleo”. El resultado allá fue que el país ibérico registró un aumento del desempleo, que hoy alcanza al 25% de la población.

Cuando fue electo, François Hollande, era considerado (hasta, incluso, entre sectores de la izquierda) como una alternativa a la política de “austeridad” defendida por el gobierno alemán y por la troika. No demoró mucho para que su gobierno mostrara su verdadero carácter.

Ahora, trata de aplicar los mismos planes de austeridad llevados a cabo en Grecia, España, Portugal e Italia. Peor aún, trata de realizar un gran “pacto social”, para garantizar el apoyo de las direcciones de los sindicatos mayoritarios.

Bélgica
Así como en Francia, Bélgica tampoco estaba inmune a la crisis. El país enfrentaba una ola masiva de despidos, cierres de fábricas, privatización del sistema ferroviario y ataques a los servicios sociales, realizado por el gobierno de Elio Di Rupo, del Partido Socialista. Pero, el 14N también sirvió para que las luchas contra esa situación ganasen un nuevo impulso. Como consecuencia, hay un importante proceso de reorganización sindical. El secretario regional de la Federación General de Trabajadores de Bélgica (FGTB), Daniel Pirón, llegó a decir que “el PS ya no nos representa” e hizo un llamado a la construcción de un frente político a la izquierda del Partido Socialista.

2013: fortalecer el internacionalismo proletario

El desafío para el próximo año será el de avanzar en los procesos de resistencia contra los planes de la troika. Eso implica la realización de una huelga general continental contra los planes de austeridad, superando así las limitaciones y bloqueos interpuestos por las burocracias de las cúpulas sindicales. Sólo así, el internacionalismo proletario podrá renacer como una fuerza social y política capaz de derrotar a la troika.

Traducción Laura Sánchez

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