jueves, 21 de enero de 2010

Murió Daniel Bensaïd por www.litci.org


El pasado día 12 de enero de 2010, en París, murió Daniel Bensaïd. Nacido el 25 de marzo de 1946, en Toulouse, Bensaïd fue un destacado militante y dirigente político. Su militancia se inició en el movimiento estudiantil, a finales de los años 60, cuando estudiaba en la Universidad de París (Nanterre). Ahí fue uno de los principales activistas que emergió de las fuertes luchas de Mayo de 68.

Bensaïd comenzó a militar en la Juventud Comunista Revolucionaria (JCR) y se destacó durante las luchas de Mayo de 68 como uno de los jóvenes más brillantes entre los varios centenares de militantes que, durante aquel periodo, adhirieron al trotskismo, en Francia, haciendo que la sección francesa de la IV Internacional tuviese un salto importante en su crecimiento y se volviese una referencia en el país y en la vanguardia a nivel internacional.

Bensaïd fue también parte de una generación de jóvenes y antiguos militantes trotskistas europeos que, impactados con las luchas latinoamericanas y, en especial, con las acciones espectaculares de los grupos guerrilleros, intentaron transformar una táctica -la guerrilla- en una estrategia, habiendo, por ello, capitulado, durante largos años, a la política de estos grupos guerrilleros. Los debates sobre este tema fueron una de las polémicas más importantes que mantuvimos, durante ese periodo, con la corriente interna en la que se organizaba Bensaid, en el marco de la IV Internacional.

En 1969, la [JCR] se unificó con el Partido Comunista Internacionalista (PCI) y surgió la Liga Comunista, en la que Bensaïd integra el Bureau Político, y que, posteriormente, se volverá la Liga Comunista Revolucionaria (LCR).

Daniel Bensaïd no fue sólo uno de los dirigentes más destacados de la sección francesa de la IV Internacional. Teniendo en cuenta sus capacidades y el lugar que ocupaba en una de las principales secciones de la IV, Bensaïd se transformó también en un importante dirigente de la IV Internacional, habiendo escrito varios textos de elaboración sobre diversos temas, y siendo, durante varios años, responsable por la atención a América Latina.

Más recientemente, Bensaïd fue un importante impulsor del giro del Secretariado Unificado de la IV Internacional (conocido en el movimiento trotsquista como "el SU") para la construcción de partidos anticapitalistas. Ha sido fundador del NPA (Nouveau Partí Anticapitaliste), en Francia, y uno de los dirigentes del SU que más escribió y teorizó sobre la construcción de este tipo de partidos como un proyecto estratégico.

En sus tareas políticas, Bensaïd era un dirigente inteligente, un orador envolvente y determinado que no tenía miedo de enfrentar una platea que discordase de sus opiniones, utilizando sus argumentos para intentar ganar a los oyentes para sus ideas.

Históricamente, la corriente que hoy se organiza en la LIT-CI tuvo varias polémicas sobre políticas y sobre estrategia revolucionaria con Bensaïd y su corriente dentro de la IV Internacional (el [SU). A pesar de estas diferencias, mantuvimos, durante largos años, el proyecto en común de la necesidad de la revolución socialista y la construcción de partidos revolucionarios para la toma del poder por la clase trabajadora a nivel mundial.

En las últimas décadas, sin embargo, nuestras diferencias con Bensaïd y la corriente que dirigía dieron un salto cualitativo. Esa corriente abandonó la politica de construir partidos revolucionarios, a nivel nacional e internacional (tal como la mayoría de la antigua izquierda revolucionaría, e incluso del trotsquismo), y pasó a defender la construcción de partidos de otro tipo (los llamados partidos anticapitalistas).

En estos partidos, se unen revolucionarios y "reformistas honestas", bajo un programa donde está ausente la lucha revolucionaria por el derrocamiento del capitalismo: sería suficiente, sólo a través de reformas, combatir los aspectos más bárbaros y salvajes del capitalismo. Así, abandonaron la perspectiva revolucionaria de la toma del poder por la clase trabajadora. Es decir, el proyecto que originó la fundación de la IV Internacional. Por eso, contra las posiciones de Bensaïd y del SU, hemos trabado batallas políticas sobre el proyecto estratégico que hoy es necesario para acabar con el capitalismo.

A pesar de estas diferencias políticas estratégicas, podemos decir que Bensaïd no se corrompió metodológicamente, a diferencia de otros dirigentes que al abandonar políticamente la estrategia revolucionaria, cayeron en un degeneración moral, y recurrían a la calumnias, robos, machismo, etc., como instrumentos "políticos".

Por la firmeza y honestidad con que Bensaid defendió sus ideas, él se transformó en un militante y dirigente político que supo ganar el respeto de quien compartía sus ideas, pero también de aquellos que, como nosotros, siempre las combatimos.

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