Escrito por Lucha Socialista
Otra vez Bolivia vive una jornada de intensas luchas. Pero ahora no estamos hablando de las movilizaciones de la ultraderecha en el Oriente del país defendiendo la “autonomía” o masacrando campesinos, como pasó en Pando. O de las movilizaciones campesinas en apoyo a Evo Morales y a su Constitución. Estamos hablando de la combativa e histórica clase trabajadora de Bolivia, que despierta como un león dormido, después de 5 años de expectativa y paciencia con el gobierno de Evo Morales.
Como no pasaba en muchos años, la clase obrera boliviana, sobre todo los trabajadores fabriles y los maestros están protagonizando movilizaciones radicalizadas en contra de las políticas antiobreras del gobierno. En las últimas semanas las principales ciudades del país fueron palco de marchas y protestas de diferentes sectores laborales en rechazo al miserable aumento salarial del 5% y la propuesta de Código de Trabajo presentada por el gobierno. Esas movilizaciones se expandieron como un reguero de pólvora.
En los 5 años al frente de la administración del país, Evo busco desmontar el proceso revolucionario abierto en 2003. Como dirigente indígena, con autoridad y apoyo en los movimientos sociales, Evo Morales logro desviar la revolución por la vía de sucesivos procesos electorales. En octubre de 2008 pactó con la burguesía empresarial y terrateniente una nueva constitución. Cuando presionado, el gobierno realizo tibias nacionalizaciones (con jugosas indemnizaciones a las transnacionales) aumentó los ingresos del estado pero no fue revertido en mejores salarios y condiciones de vida para los trabajadores.
Pero más allá del discurso de que se está llevando “un proceso de cambio” y una revolución democrática y cultural, Bolivia sigue siendo un país capitalista semicolonial. Hoy la Petrobrás controla el 60% de la producción de gas, y las empresas privadas transnacionales controlan casi el 70% de la explotación minera en el país.
La realidad es que el proceso de cambio anunciado por el gobierno no pasa de una gran farsa que ya empieza a ser percibida por varios sectores sociales. El desgaste y retroceso del MAS en importantes ciudades en las elecciones del 4 de Abril fueron una demostración de que la luna de miel entre el gobierno, la clase obrera y los movimientos sociales está acabando.
Los recursos naturales siguen en manos de las empresas extranjeras y en cinco años las condiciones de vida de la clase obrera boliviana siguen empeorando. El salario mínimo es un los más bajos de América Latina, no alcanzando los 100 dólares (647 bolivianos). Cerca de 31,4% de los trabajadores bolivianos ganan menos de un salario mínimo. El aumento del 5%, equivale a 32 bolivianos, estudios indican que el salario mínimo básico debería ser de 1800 bolivianos. El desempleo, en las principales ciudades alcanzó el 11% en 2009. Hoy el trabajo informal en el país llega al 62%.
El estallido de rabia de los trabajadores fabriles en protesta al aumento salarial del 5%, contagió a otros sectores. Éste sector que hace poco tiempo, era una de las principales bases de apoyo del gobierno en el movimiento obrero, ahora están en la vanguardia de las luchas en contra de las medidas gubernamental.
Las movilizaciones enfrentan a tres grandes enemigos: El gobierno, los empresarios que apoyan la propuesta del gobierno, y la dirigencia de la COB. El acuerdo entre los empresarios y gobierno en torno al aumento del 5%, demuestra de qué lado está Evo Morales. Ambos afirman que un mayor aumento significaría inflación, pero en verdad, el 5% es una forma de preservar los intereses de los empresarios.
El gobierno tiene plata suficiente para atender las reivindicaciones de los trabajadores. Pero no le interesa mejorar las condiciones de vida la clase obrera y tampoco enfrentarse a los empresarios. Hoy las reservas de Bolivia alcanzan los 8 mil millones de dólares, sin embargo esta plata, esta en los grandes bancos extranjeros, como una forma de generar seguridad jurídica a las inversiones privadas y financiar los megaproyectos del IIRSA.
Además, los diputados y senadores del nuevo “Estado Plurinacional” reciben cerca de 15 mil bolivianos por tres semanas de trabajo, mientras que la mayoría de los trabajadores no reciben este monto en 1 año de trabajo duro en las fábricas. Este no es el proceso de cambio que reivindicaron los trabajadores en 2003.
La dirección de la COB paga el precio por traicionar a los trabajadores
Tarde o temprano los trabajadores reconocen los traidores y burócratas en su seno. Le toco la vez a Pedro Montes, actual ejecutivo de la COB. En los últimos 2 años, la COB pasó a ser un brazo del gobierno en el movimiento obrero, y un obstáculo a las luchas. En todos los actos oficiales estaba Pedro Montes al lado de Evo Morales mientras las reivindicaciones de los trabajadores eran postergadas. La COB negociaba con el gobierno cargos, sedes sindicales y autos, a cambio de subordinarse a sus medidas.
Más recién Pedro Montes calló frente al nefasto código de trabajo del gobierno y el aumento salarial del 5%, eso fue la gota que colmó el vaso. En las últimas movilizaciones, era común encontrar un trabajador con un afiche que decía “Fuera Pedro Montes de la COB” o “Pedro Montes Traidor”.
27 de abril: Cerca de 14 dirigentes fabriles entran en huelga de hambre en la Oficina de la Federación de fabriles de La Paz. El objetivo era presionar el gobierno por un aumento salarial del 12%.
29 de abril: Masiva movilización de los fabriles en la calles de la ciudad de La Paz donde exigían la renuncia de la Ministra de Trabajo, Carmen Trujillo. Los trabajares tenían afiches denunciando a Pedro Montes, ejecutivo de la COB, de traidor por haber negociado con el gobierno el incremento del 5%. Decenas de globos fueron lanzados al ministerio de Trabajo. Los fabriles y la COD La Paz desconocen a Pedro Montes y convocan una marcha para el 1 de mayo sin la presencia de la COB.
En el mismo día, se realiza un ampliado nacional de la Central Obrera Boliviana. Presionado por la movilización y la huelga de hambre de los fabriles la dirección de la COB retrocede, y convoca una marcha unitaria para el 1 de mayo, además el ampliado, contra la posición del ejecutivo de la COB, define un paro nacional el 04 de mayo en rechazo al 5%.
30 de abril: En el departamento de Oruro, a la cabeza de la Central Obrera Departamental, dirigida por Jaime Solares, los trabajadores de manera anticipada realizan una marcha por el 1 de mayo. Es visible el descontento de la clase obrera de Oruro con el gobierno, también se desconoce a Pedro Montes.
1 de mayo: Por primera vez, en cinco años, Evo Morales no participa de los actos del 1 de mayo. A diferencia del año pasado, los trabajadores no estaban dispuestos a marchar codo a codo con el gobierno. Temiendo la reacción de los trabajadores fabriles, Pedro Montes, ejecutivo de la COB, no participa del 1 de mayo en La paz ( Se va a Huanuni, alegando problemas personales).
En la concentración del acto, los fabriles realizan un mitin. Ramiro Condori, habla en nombre de la COB, pero la masa fabril con silbidos no permite que él siga su intervención. La marcha se divide. Por un lado esta la dirección de la COB, la FSTMB y otros sectores sindicales afines al gobierno. Del otro están los trabajadores fabriles, las organizaciones y partidos de izquierda. Era visible la superioridad numérica de la marcha de los fabriles frente a la marcha de la COB, pero también por su radicalidad.
4 de mayo: Los días que antecedieron al paro fueron de intensas discusiones entre los trabajadores y el gobierno. Los ministros acusaban los trabajadores de no estar con el “proceso de cambio” y de tener infiltrados de la derecha en las movilizaciones. La rabia de los trabajares aumentaba aún más con las declaraciones y acusaciones oficialistas. La COB, para evitar el paro y mayores confrontaciones con el gobierno, buscaba la negociación entre bastidores. Pero el gobierno se mantiene irreductible en el aumento del 5 %. El primer paro general de los trabajadores durante los 5 años del gobierno de Evo Morales fue contundente, a pesar del freno de la COB.
Las escuelas y la mayoría de las Fabricas de La Paz, Oruro y Cochabamba pararon. A partir de las 11 de la mañana los fabriles y maestros protagonizaron bloqueos y marchas por toda la ciudad. Por la tarde, diferentes sectores sociales, sin la presencia de la COB, realizaron una gran marcha. Al darse cuenta de que el paro fue masivo en los diferentes sectores, el gobierno salió a reprimir los bloqueos. Los policías, encapuchados, en motocicletas lanzaban gas lacrimógeno para dispersar la movilización, que aun así seguía. Al final de la tarde los trabajadores fabriles se dirigieron a las oficinas del Ministerio de Trabajo e intentaron ocuparlo. Del enfrentamiento se produjo la detención de 15 trabajadores y dos heridos.
Seguir la movilización y exigir a la COB una Huelga General Indefinida
Después del victorioso paro general, es necesario seguir con las movilizaciones para hacer retroceder al gobierno. Solo con la unidad del conjunto de la clase obrera boliviana, podemos alcanzar la victoria en esta lucha. Los sectores combativos deben exigir a la COB una Huelga General indefinida como única forma de imponer un 12% de aumento.
El gobierno y la burocracia de la COB buscan dividir a los trabajadores. En la marcha del 1 de mayo dirigentes de la FSTMB lanzaron cachorros de dinamita en contra de los fabriles. Los mineros deben pasar por encima de sus direcciones y unirse a la lucha.
Frente a la cooptación de la mayoría de las dirigencias sindicales, la clase obrera boliviana debe dar los primeros pasos en la construcción de una nueva alternativa de dirección para la COB que esté a la altura de sus necesidades y no subordinada al gobierno. Para eso los trabajadores deben exigir la inmediata convocatoria del congreso de la COB, para echar a Pedro Montes y la burocracia oficialista.
- Seguir con la movilización rumbo a una huelga General Indefinida para derrotar el incremento salarial del 5%.
- Por la inmediata libertad de los 15 trabajadores presos en el paro
- Derrotar el nefasto código de trabajo del gobierno
- Exigir la inmediata aprobación de una nueva ley de pensiones solidaria, con edad de 55 años, aporte tripartito y bajo control de los trabajadores.
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