Dos acontecimientos políticos de remarcada importancia marcaron la reanudación de la lucha social en Europa tras las vacaciones de verano: la huelga general en Francia, el 7 de setiembre, con más de 2 millones de manifestantes en las calles de varias ciudades; y la manifestación, del 11 de setiembre, en Salónica, la segunda mayor ciudad de Grecia, con miles de personas.
En Francia, aquella que fue considerada la mayor de las cuatro huelgas generales realizadas este año, inclusive comparable a las grandes jornadas de 1995, contra el plan Juppé (reforma de la Seguridad Social) y del 2003 (contra la alteración de la edad de la jubilación), se transformó también en la mayor protesta contra el gobierno de Nicolas Sarkozy y su ministro del Trabajo, Eric Woerth. Los trabajadores quieren el retiro del proyecto de ley que aumenta de 60 a 62 años la edad de la jubilación, con penalizaciones, y a 67 años la jubilación completa.
El argumento del gobierno para justificar esta alteración se basa en el aumento de esperanza de vida, pero, en realidad, se trata de una medida más para ahorrar gastos del Estado y aumentar los lucros de los patronos, con el recurso del sistema privado de pensiones, a costas de la calidad de vida de los trabajadores.
La fuerza de lucha de los trabajadores franceses es muy grande y cuenta con el apoyo de la mayoría de los franceses – según el sondeo, el 70% de la población apoyó la movilización del 7 de setiembre. El mismo sondeo comprueba que el gobierno de Sarkozy alcanzó el punto más bajo de impopularidad, y el 60% quieren la dimisión de Woerth. Por lo tanto, es posible vencer, a pesar de la intransigencia del gobierno, que aprobó en el Parlamento, con los votos de la derecha, uno de los aspectos centrales del proyecto de ley, principalmente, el aumento a 62 años de la edad de jubilación. El objetivo del gobierno es aprobar el proyecto en su totalidad para finales de octubre.
Los sindicatos convocaron a una nueva jornada de huelga y manifestaciones para el 23 de Septiembre, así como acciones para el día 15 de setiembre, cuando la ley será nuevamente sometida al Parlamento.
Salónica marca la reanudación
Miles de personas se habían concentrado en Salónica, el 11 de setiembre, convocadas por varias centrales sindicales, para demostrar su descontento con las durísimas medidas de austeridad impuestas a los trabajadores griegos por el gobierno del Primer Ministro del PASOK (social-demócrata) Georges Papandreou. "El capitalismo es quien debe pagar por la crisis" o "Nacionalización de la banca" eran las consignas de muchas de las pancartas cargadas por los manifestantes.
Por la mañana, cientos de camioneros participaron de la manifestación y anunciaron una nueva huelga por tiempo indefinido para protestar contra el proyecto de ley sobre la liberalización del sector. Un llamado a una nueva huelga general fue hecho por los sindicatos.
Grecia es hoy un país arrasado por las medidas de austeridad impuestas por la Unión Europea y el FMI y adoptadas por el gobierno griego, a cambio de un préstamo de 110 mil millones de euros en tres años, presuntamente para evitar la bancarrota del país. En realidad, el objetivo de ese préstamo es evitar la quiebra de los bancos acreedores de la deuda pública griega, en especial los alemanes, franceses e ingleses.
El plan de austeridad incluyó cortes de más de 20% en los sueldos de los funcionarios públicos y reducción de las pensiones de reforma y aumento de los impuestos. Ahora, Papandreou asiente con la reforma del sistema hospitalario, esto es, con el aumento de las restricciones a los cuidados de salud garantizados por el Estado y su privatización, y la restructuración de la empresa ferroviaria estatal, con cortes de sueldos y el despido de 40% de sus funcionarios. El plan del gobierno para este año es privatizar, además del ferrocarril y de la salud, los puertos, correos y el servicio de distribución del agua. La meta del gobierno es reducir el déficit presupuestario a un 3%, cumpliendo así los lineamientos de La Unión Europea.
Huelga general el día 29 de setiembre en el Estado Español
En el Estado Español, la reforma laboral del gobierno de Zapatero facilitó los despidos, muchos de ellos con indemnizaciones reducidas. Son hoy 4,6 millones de desempleados en el país. Como se caracteriza en el panfleto firmado por varios sindicatos, partidos y movimientos políticos a convocar la huelga general de 29 de setiembre, la reforma laboral de Zapatero es una fábrica de producir desempleados.
"La reforma laboral rebaja de 100 a 30 días el periodo máximo en que un desempleado puede negar cursos de formación, mientras se orquesta una lamentable campaña mediática de criminalización de los desempleados(as), en que parece que las ofertas de empleo llueven a los millones mientras estos las rechazan. Reducen el número de desempleados que recibían los míseros 429 euros de prestación y ni mencionan el millón y medio que no reciben siquiera un euro de prestación de subsidio de desempleo", denuncia el panfleto.
En el panfleto, firmado, entre decenas de otras entidades, también por la Corriente Roja (CR), Comité de Empresa de UPS-Vallecas y Comisiones de Base (CO.BAS), se alerta sobre los nuevos ataques que el gobierno pretende aprobar, como el aumento de la edad de la reforma para los 67 años, corte del subsidio de desempleo y el fin de la negociación colectiva.
En el panfleto, se reivindica, para combatir el desempleo y la pobreza, la reducción de las horas de trabajo sin reducción del salario, la reducción de la edad de la reforma a los 60 años, el aumento de las pensiones y la garantía del pago del subsidio de desempleo hasta que el trabajador consiga un trabajo. "Hay que decir no al FMI y a la Unión Europea y que los recursos para todas las medidas propuestas deben ser retirados de los que los tienen, nacionalizando la banca y sectores claves de la economía, con impuestos progresivos sobre las grandes fortunas, los grandes depósitos bancarios y las empresas con mayores lucros."
El panfleto critica a los burócratas de las principales centrales sindicales, que durante todos estos años apoyaron al gobierno de Zapatero y sostuvieron, hasta hace poco tiempo, que no habían motivos para la realización de una huelga general. "Por ello, todos los trabajadores que, como nosotros, tienen una profunda desconfianza en esos burócratas sindicales; todos esos trabajadores que, como nosotros, saben que con un sólo día de huelga no cambiamos la situación actual, decimos que hay que apoyar sin condiciones la huelga general. Para Toxo y Méndez [Ignacio Fernández Toxo, secretario general de las CC.OO. (Comisiones Operarias) y Cándido Méndez, secretario general de la UGT], la huelga general es recuperar lo que han estado haciendo estos años, "el diálogo social". Para nosotros, la huelga general es para revocar la reforma laboral y empezar un proceso de movilización que derrote toda la política antioperaria y anti-social del gobierno y de los banqueros. ¡Esa es la diferencia!"
El panfleto termina apelando a la continuidad de la lucha: "De cualquier forma el día 29, y con la experiencia de otras huelgas generales de un sólo día, hay que exigir e imponer la continuidad de la movilización, y su confluencia con las luchas del resto de Europa, hasta derrotar la reforma laboral y parar las demás agresiones".
Fuente: http://www.rupturafer.org/
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Traducción: Jessica Barquero
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