Comité de Fusión
Frente Obrero Ssocialista -Corriente Obrera Internacionalista
Frente Obrero Ssocialista -Corriente Obrera Internacionalista
Liga Internacional de los Trabajadores-IV
Amplia unidad para derrotar a la patota. Aunque la muerte de Néstor Kirchner desplazó de los medios el ataque de la patota que mató a Mariano Ferreyra e hirió a otros dos militantes del Partido Obrero, la inmensa bronca que se expresó en la marcha del 21 de octubre contra la corrupta y asesina burocracia sindical sigue viva en los trabajadores y el pueblo. Es esto lo que está obligando al gobierno y la justicia a avanzar con la investigación por la que, al cierre de esta edición, ya están presos seis de los integrantes de la patota. Debemos continuar la lucha, con la más amplia unidad de acción, para meter presos a los responsables políticos del crimen, empezando por José Pedraza.
La movilización y las numerosas expresiones de repudio al crimen que se dieron en todo el país marcan el camino no sólo para lograr el castigo a Pedraza y todos los culpables, sino para avanzar hacia la expulsión de la burocracia e imponer una nueva conducción democrática en los sindicatos que responda a los intereses de los trabajadores.
Con este sentido, nos sumamos a la convocatoria a una nueva movilización para el martes 9 de noviembre.
La movilización y las numerosas expresiones de repudio al crimen que se dieron en todo el país marcan el camino no sólo para lograr el castigo a Pedraza y todos los culpables, sino para avanzar hacia la expulsión de la burocracia e imponer una nueva conducción democrática en los sindicatos que responda a los intereses de los trabajadores.
Con este sentido, nos sumamos a la convocatoria a una nueva movilización para el martes 9 de noviembre.
La respuesta al crimen
La reacción comenzó el mismo día del crimen, con distintas acciones de la izquierda y paros y protestas en ramales ferroviarios y el subte de Buenos Aires. Inmediatamente la CTA decretó paro nacional de docentes y estatales, uniendo el repudio al ataque con los reclamos salariales de los gremios. Y se sumó al PO y centenares de organizaciones de izquierda, obreras y populares en la convocatoria para la marcha del día siguiente.
Distintas versiones indican que hubo entre 30.000 y 60.000 personas en la movilización del 21 de octubre. Además de las corrientes de izquierda y la CTA, participaron representaciones de decenas de fábricas y estructuras con direcciones independientes de la burocracia, como ferroviarios, subte, neumáticos FATE, la alimenticia Kraft, los municipales y el Hospital Larcade de San Miguel, etc. Marcharon también fuerzas afi nes al gobierno, como la FTV de Luis D’elía. Hubo también marchas de varios miles en Rosario y Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y otras capitales y ciudades provinciales.
Distintas versiones indican que hubo entre 30.000 y 60.000 personas en la movilización del 21 de octubre. Además de las corrientes de izquierda y la CTA, participaron representaciones de decenas de fábricas y estructuras con direcciones independientes de la burocracia, como ferroviarios, subte, neumáticos FATE, la alimenticia Kraft, los municipales y el Hospital Larcade de San Miguel, etc. Marcharon también fuerzas afi nes al gobierno, como la FTV de Luis D’elía. Hubo también marchas de varios miles en Rosario y Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y otras capitales y ciudades provinciales.
Se necesita la más amplia unidad de acción para avanzar en la lucha
Sentimos un profundo dolor igual que todos los trabajadores y el pueblo por la pérdida de Mariano. Al mismo tiempo, desde el punto de vista de los intereses de los trabajadores y el pueblo, creemos que la crisis desatada por la reacción popular al crimen representa una oportunidad para avanzar en el mismo sentido de su lucha y lograr que su muerte no haya sido en vano.
Esa lucha tiene que concentrarse en lograr la más amplia unidad de acción democrática, obrera y popular, para que vayan presos los autores materiales del crimen, junto con José Pedraza, el “Gallego” Fernández y demás dirigentes de la UF.
En ese sentido le decimos con todo respeto y fraternalmente a los compañeros del Partido Obrero que creemos que se pudo y se puede llevar adelante una política más amplia de la que han instrumentado hasta ahora. En el multitudinario acto de Plaza de Mayo el dirigente del PO, Jorge Altamira exigió, tal como era necesario, al gobierno y la justicia el esclarecimiento del crimen. Pero perdió la oportunidad, teniendo todos los medios de difusión del país con sus cámaras y micrófonos apuntándole, de convocar allí mismo a continuar la lucha con una nueva acción a nivel nacional.
El Partido Obrero hubiera podido invitar a la conducción de la CTA, presente en la plaza a compartir el escenario y comprometerla a esa nueva acción. Y, sin dejar de denunciar sus estrechos vínculos con los jefes de la Unión Ferroviaria, exigir a Moyano, que ya intentaba diferenciarse del crimen, que la CGT pasara de los discursos a la acción y convocara a un paro nacional de todos los gremios, expulsando a Pedraza de la central.
Creemos que el Partido Obrero actuó así a partir de una concepción –por otra parte común a la mayoría de la izquierda- que lo lleva a impulsar sólo medidas que pueda controlar y capitalizar directamente. Nos parece que no advierte que exigir, incluso ahora, a las conducciones de la CGT y la CTA que se pongan a la cabeza de una acción masiva, permitiría concretar una movilización mucho más amplia. Así se lograría avanzar mucho más en la lucha contra la patota y por el castigo a los responsables del asesinato de Mariano. Y si esas direcciones se negaran a tal acción, serviría para desnudar ante el conjunto de los trabajadores su rol traidor, profundizando su crisis.
Creemos que esta política de exigencia y denuncia hacia las conducciones de la CGT y la CTA debe hacerse extensivo al reclamo de un plan de lucha nacional para terminar con la tercerización y la precarización laboral, que Moyano y otros dirigentes han repudiado demagógicamente en estos días.
Por esta vía se contribuye también a educar y fortalecer a los luchadores que impulsan la pelea contra las burocracias sindicales y por la construcción de una nueva dirección combativa y democrática del movimiento obrero.
Esa lucha tiene que concentrarse en lograr la más amplia unidad de acción democrática, obrera y popular, para que vayan presos los autores materiales del crimen, junto con José Pedraza, el “Gallego” Fernández y demás dirigentes de la UF.
En ese sentido le decimos con todo respeto y fraternalmente a los compañeros del Partido Obrero que creemos que se pudo y se puede llevar adelante una política más amplia de la que han instrumentado hasta ahora. En el multitudinario acto de Plaza de Mayo el dirigente del PO, Jorge Altamira exigió, tal como era necesario, al gobierno y la justicia el esclarecimiento del crimen. Pero perdió la oportunidad, teniendo todos los medios de difusión del país con sus cámaras y micrófonos apuntándole, de convocar allí mismo a continuar la lucha con una nueva acción a nivel nacional.
El Partido Obrero hubiera podido invitar a la conducción de la CTA, presente en la plaza a compartir el escenario y comprometerla a esa nueva acción. Y, sin dejar de denunciar sus estrechos vínculos con los jefes de la Unión Ferroviaria, exigir a Moyano, que ya intentaba diferenciarse del crimen, que la CGT pasara de los discursos a la acción y convocara a un paro nacional de todos los gremios, expulsando a Pedraza de la central.
Creemos que el Partido Obrero actuó así a partir de una concepción –por otra parte común a la mayoría de la izquierda- que lo lleva a impulsar sólo medidas que pueda controlar y capitalizar directamente. Nos parece que no advierte que exigir, incluso ahora, a las conducciones de la CGT y la CTA que se pongan a la cabeza de una acción masiva, permitiría concretar una movilización mucho más amplia. Así se lograría avanzar mucho más en la lucha contra la patota y por el castigo a los responsables del asesinato de Mariano. Y si esas direcciones se negaran a tal acción, serviría para desnudar ante el conjunto de los trabajadores su rol traidor, profundizando su crisis.
Creemos que esta política de exigencia y denuncia hacia las conducciones de la CGT y la CTA debe hacerse extensivo al reclamo de un plan de lucha nacional para terminar con la tercerización y la precarización laboral, que Moyano y otros dirigentes han repudiado demagógicamente en estos días.
Por esta vía se contribuye también a educar y fortalecer a los luchadores que impulsan la pelea contra las burocracias sindicales y por la construcción de una nueva dirección combativa y democrática del movimiento obrero.
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