lunes, 15 de noviembre de 2010

Recuerdo a los martires obreros de Rosario


EL ASESINATO DE LUISA LALLANA Y COSME BUDISLAVICHI
Por Leonidas Ceruti
 
Un año que encontró a la clase obrera rosarina para el primero de mayo en pleno conflicto fue en 1928, y las consecuencias serían trágicas. Desde abril los integrantes de la Sociedad de Estibadores, a raíz de que los obreros no percibían aumentos de salarios desde hacía más de cinco años.

La provincia era gobernada por el Dr. Pedro Gómez Cello, y su jefe de policía, don Juan Cepeda. En la ciudad, las policías bravas estaban al servicio de los empresarios y de los caudillos de barrios, cada huelga obrera era vigilada y en varias ocasiones reprimidas, como en ese año cuando una concentración proletaria en la Plaza San Martín fue violentamente disuelta y apaleados sus dirigentes.
Por ese y otros motivos el “Comité Pro Presos” dio a conocer un manifiesto que entre otras cosas señalaba “se pide se extirpe el régimen de torturas imperantes en la sección investigaciones de la Jefatura de Policía de Rosario, donde perdieron la salud y hasta la vida decenas de honrados trabajadores que no cometieron otro delito que expresar su finalidad ideológica en las tribunas públicas o en asambleas gremiales”.

Producto del conflicto de los portuarios, el 7 de mayo de 1928, las integrantes del Comité de Mujeres de Portuarios, resolvieron distribuir un volante en las inmediaciones del puerto, donde se puntualizaba que “Compañeros nadie mejor que nosotras debemos apoyar esta huelga hasta ver coronadas nuestros esfuerzos, nadie como nosotras que sentimos el dolor en carne propia al ver que nuestras compañeras están en este conflicto y que sufren moral y materialmente. Adelante compañeros y compañeras. A luchar hasta vencer, aunque para ello tengamos que sufrir”. En las primeras horas de ese día, dos trabajadoras del establecimiento industrial Mancini: Rosa Valdez y Luisa Lallana, se encontraban repartiendo la declaración entre los portuarios, cuando un rompehuelgas, de los tantos reclutados en Bahía Blanca y Buenos Aires, por las casas exportadoras de cereales, Juan Romero, proveniente de Avellaneda, increpo a Luisa Lallana y trató de evitar que esta continuara con la distribución del manifiesto, luego la hirió mortalmente con un disparo en la frente. La joven obrera falleció por la tarde, y la indignación cundió por todo Rosario y se decreto la huelga general.

El periódico “El Comunista”, dedico una edición para denunciar el crimen, y la Liga por los Derechos del Hombre, envió un telegrama al gobernador de la provincia afirmando
“Elevaba esa protesta indignada ante el crimen realizado en Rosario por la Liga Patriótica Argentina y Asociaciones del Trabajo, responsables de la situación actual. Pide cese inmediatamente amparo prestado a delincuentes enviados por ella al Puerto Rosario y ponga coto a desmanes de sus focos perturbadores”.
La FORA, el Partido Comunista, y la Federación Obrera Local Rosarina llamaron a la huelga general para el día 9. Nadie trabajo esa jornada, los seis mil obreros portuarios, realizaron una manifestación imponente, que fue reprimida por la policía. La agitación y el clima que se vivía en la ciudad, llevo a que ese día atracara en el puerto el explorador torpedero “Córdoba” y el cañonero “Independencia”, para reforzar la acción de la Subprefectura Marítima.
Luisa Lallana fue velada en el domicilio de sus padres, Cerillo 158 bis. Tres horas antes del sepelio sus restos fueron trasladados a la sede de la Sociedad de Estibadores, en calle Chacabuco 1937. La manifestación acompañando al féretro fue imponente, y la policía no interrumpió el traslado hasta el cementerio La Piedad, en donde los discursos estuvieron marcados por la bronca, indignación, las ansias de lucha.

De esa manera paso a integrar la lista de mártires de la clase obrera de Rosario, que se había iniciado cuando fuera asesinado Cosme Budislavich. Todo sucedió durante el conflicto que se desarrollo en 1901, cuando los obreros de la Refinería Argentina del Azúcar, se declararon el 18 de octubre en huelga. Luego de una reunión-asamblea en el bar “El Atrevido”, en el barrio Refinería, a la cual concurrió el periodista y dramaturgo Florencio Sánchez, donde se decidió reclamar por el doble jornal por un día feriado trabajado, y conformar el Sindicato de Obreros de la Refinería. El pedido además incluía la reducción de la jornada de trabajo, ya que se trabajaba más de 10 horas, y aumentó de salarios.
La solicitud fue rechazada por la patronal, y a continuación los obreros declararon la huelga. En las jornadas siguientes durante una manifestación frente a la fábrica, se produjo una salvaje represión y fue asesinado el obrero yugoslavo Cosme Budislavich, de 34 años, por parte de la policía comandada por el jefe de policía Grandoli, quien seria el primer obrero asesinado en el país.- 


Fuente: http://vientoencontra2009.blogspot.com/2010/04/recuerdo-los-martires-obreros-de.html

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