martes, 14 de diciembre de 2010

Los gobiernos de Macri y de Cristina son los responsables de las muertes de Villa Soldati

Unidad obrera y popular por el derecho a la vivienda

La brutal represión a las familias que ocuparon tierras en Soldati ha dejado 4 muertos y decenas de heridos. El operativo conjunto de la policía Federal y la Metropolitana para desalojarlos, fue la respuesta inicial que tanto el gobierno nacional como de la Ciudad le ofrecieron a quienes luchan contra la falta de vivienda.  Este es un verdadero flagelo que padecen los sectores más humildes de la sociedad.
La resistencia contra la represión que impidieron el desalojo, obligaron al gobierno nacional a cambiar su política y encaminar una negociación para darle una vivienda a los ocupantes.

No obstante, en las últimas jornadas la sociedad asistió indignada a una burda disputa electoral entre el gobierno de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, especulando para ver quien pagaba el costo político por las muertes, sin importarles en lo más mínimo el sufrimiento de los sectores más humildes de la población. Se ha  sometido a quienes luchan por una vivienda a los ataques más brutales contra sus familias,  y a una campaña de difamaciones con un claro corte xenofóbico por parte del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri,    
Es una verdadera vergüenza para los trabajadores y el pueblo argentino -en gran parte hijos y nietos de inmigrantes- que en nuestro país pase algo así. La ola discriminatoria impulsada desde el macrismo que se ha extendido entre sectores de clase media e incluso de trabajadores, es inadmisible.
Nos ponemos por completo a disposición y del lado de esas familias. Vengan de donde vengan, hayan nacido donde hayan nacido, son parte de nuestra clase, la clase trabajadora.

¿Qué pasó?

Millones de pobres no tienen en nuestro país una vivienda digna. Sean argentinos o extranjeros, comprar una casa es imposible para gran parte de la población, especialmente los jóvenes.
Quienes llegan desde otro país o de provincias del interior escapando a la miseria, traídos en muchos casos por patrones que los super-explotan, se ven obligados a vivir hacinados, viendo crecer a sus hijos en condiciones inhumanas. En cuanto ven la posibilidad de contar con un terrenito para levantar una casa, no lo piensan dos veces.
Es la historia que pueden contar millones de trabajadores de todo el conurbano, que lograron de ese modo su primera vivienda.
La respuesta policial, tanto de la Federal como de la Metropolitana, demuestra que en este caso tocaron intereses muy grandes. Es evidente que alguien tenía pensado para el Parque Indoamericano otro destino, seguramente ligado al negocio inmobiliario.
Después de los primeros muertos por la acción conjunta de la Federal y la Metropolitana, dejaron el camino abierto para que matones a sueldo y barras bravas, entonados por las declaraciones macristas, continuaran la obra. Como hordas fascistas, dispararon contra familias enteras indefensas. Hasta detuvieron una ambulancia, bajando un herido para rematarlo ante los propios médicos.
Las familias siguen resistiendo valientemente, sin más armas que su desesperación y necesidad, contra todos los ataques. Se están jugando la vida por sus hijos. Tienen derecho a defenderse con todos los medios a su alcance ante este ataque cobarde.

El doble crimen de Macri

El jefe de gobierno de Buenos Aires fue el primero en reprimir, el primero en reivindicar la represión, y quien lanzó la ola discriminatoria. Los trató de usurpadores, pide que se vayan.
No es extraño que un millonario de la Recoleta trate con semejante desprecio a seres humanos. Tal como lo hace hoy con compañeros bolivianos o paraguayos, lo hace todos los días con personas que vienen de las provincias del interior, e incluso cuando se resiste a atender en hospitales de la Capital a vecinos del Conurbano. Para él todos son “negros”, “villeros”. Y lo mismo hacen él y su padre con los obreros de sus empresas. Son negreros, explotadores, y manejan la ciudad igual.
Macri hizo espionaje, ahora asesina. Es un criminal.
Y lo es doblemente, porque además utiliza sus recursos, los medios de difusión, para propagandizar una ideología fascista, que debe ser combatida porque puede tener consecuencias funestas para todos nosotros en el futuro. Se comienza reprimiendo extranjeros, se continúa con todos los pobres, se sigue con los trabajadores y sus huelgas, y se termina con una nueva dictadura genocida.
Hay que impedir que esto avance. Un primer paso es que Macri pague por sus crímenes. Debe dejar su cargo y someterse a juicio.

El gobierno nacional ha mostrado su verdadera cara
 
Cristina habla de “hermanos latinoamericanos”, pero su policía participó del crimen. Ahora castigó a la cúpula, pero no alcanza. Sus manos también están manchadas con sangre de Villa Soldati.
El gobierno de los “Derechos Humanos”, sigue permitiendo asesinatos en el país. Como el de Mariano Ferreyra, el de los aborígenes de  Formosa, el de Julio López. Cristina hace declaraciones demagógicas, habla y habla, pero no arregla nada. Dice que su gobierno no va a reprimir la protesta social pero su policía mata.
No podemos dejarnos engañar por los discursos. Si el gobierno nacional tuviera voluntad, todos los problemas de estas familias se arreglarían en un instante, y los asesinos serían juzgados y castigados.
La presidente se presenta como una víctima de las circunstancias, cuando ella contribuyó a crearlas, y no tiene la voluntad política de resolverlas.
La falta de viviendas en Argentina es la madre de este problema, y resolverlo es responsabilidad tanto de Macri como de Cristina.
Mientras sigan faltando millones de viviendas, seguirá habiendo familias luchando para conseguir su casa.

¿De qué lado nos ubicamos los trabajadores?

Muchos somos hijos y nietos de inmigrantes italianos, españoles y de otros países, que vivieron en conventillos y que eran discriminados por la oligarquía cuando llegaron. Nos repugna cuando en Europa tratan de “sudacas” a los latinoamericanos.
Muchos tenemos compañeros de trabajo extranjeros, buenos compañeros. Sabemos que las patronales utilizan sus necesidades muchas veces para tenerlos “en negro”, o explotarlos más que a los argentinos. Los mismos empresarios nos dividen entre “argentinos y extranjeros”, igual que nos dividen entre “efectivos y precarizados”, u “ocupados y desocupados”.
Sin embargo, hemos escuchado que trabajadores se ponen del lado de la policía, o hablan de “echar a los extranjeros que nos sacan el trabajo”.
No podemos caer en esa trampa. Los trabajadores tenemos que ser solidarios con nuestros iguales: la clase obrera es una sola. Nuestros enemigos no son los pueblos hermanos de Bolivia o Paraguay, sino las patronales que nos explotan, las multinacionales y el FMI que nos saquean, los gobiernos que no resuelven ninguno de nuestros problemas.

Rechazar la represión, los ataques y la discriminación

Tenemos que repudiar a los que atacaron a las familias indefensas. Debemos repudiar la represión de las policías de Macri y Cristina. Debemos exigir justicia para las familias de los 4 compañeros asesinados. Tenemos que apoyar a esas familias y, si es necesario, ayudarlas a defenderse. Tienen todo el derecho a frenar los ataques que ponen en peligro a sus hijos.
Tenemos que enfrentar la xenofobia, la discriminación.
Todos tienen derecho a una vivienda.
Debemos exigir la renuncia de Macri, el juicio y castigo de todos los policías asesinos, de quienes les dieron las órdenes y los patoteros armados que atacaron a las familias, así como el repudio al accionar de la Federal y la exigencia de renuncia del Ministro Aníbal Fernández, jefe de la Federal.
Hay que lograr un terreno para cada uno, y materiales, comida e insumos para todas esas familias.
Llamamos a la máxima unidad y movilización por estos objetivos.
Empezando por la CGT, la CTA y las organizaciones obreras. Siguiendo por las organizaciones sociales, de desocupados, estudiantiles. No importa si están con o contra el gobierno, tenemos que unirnos contra la xenofobia, porque después vendrá contra nosotros.
Llamamos a las colectividades boliviana y paraguaya, a movilizarse para enfrentar los ataques. Y comprometemos nuestro apoyo: ESTAMOS DE SU LADO.

Por un plan nacional de viviendas bajo control obrero

Hay una solución real y definitiva para esta cuestión: la construcción de viviendas para todos.
Con un plan nacional para construir 3 millones de viviendas, se resolvería el déficit habitacional, habría trabajo para millones de personas, y se dinamizarían todas las industrias y el empleo.
Plata sobra: hay que utilizar las reservas del Banco Central para esto y no para pagar la deuda externa. Solo con lo que se intenta pagar al Club de París, pueden construirse casi un millón de viviendas en terrenos fiscales, lo que sería un primer paso fundamental.  Y cobrando un impuesto especial progresivo a las grandes fortunas, las multinacionales y los grandes productores rurales, estaría el resto de los fondos. La solución no es tan complicada: para que millones no sufran más, solo hay que tocar los intereses de un puñado de banqueros, terratenientes y empresarios.
En vez de firmar el Pacto Social con el que el que el gobierno y los patrones quieren ponerle un techo a los aumentos de sueldo, los dirigentes de la CGT y la CTA deberían encabezar juntos un plan de lucha nacional para garantizar vivienda, salud, educación, salario y empleo a todas las familias trabajadores, sin distinción de nacionalidades.

Comite de Fusión 
Frente Obrero Socialista   FOS
Corriente Obrera Internacionalista COI

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