Se agrava cada vez más la crisis de la burocracia.
Aunque la disputa por la conducción de la CGT, entre Moyano y Caló y
demás jerarcas, todavía no haya producido episodios tan grotescos como
los enfrentamientos a tiros entre distintos bandos del gremio de la
construcción, en el fondo es parte de la misma pelea por la “manija”,a
espaldas de la clase obrera a la que dicen representar.
Desde
que Cristina rompió con Moyano el año pasado, el líder camionero viene
amenazando con montar una fuerte oposición al gobierno, como la que
había encabezado en los años noventa contra Ménem. La creciente bronca
de la clase obrera por la inflación, la caída del salario, la amenaza
del tarifazo creaba las condiciones para que se plantara y lanzara un
plan de lucha. Pero se fue en amagues.
Ahora
Moyano está dando señales de acercamiento nada menos que con Mauricio
Macri y los peronistas disidentes. Moyano repite así la historia de
todos los burócratas sindicales: antes que confiar en los trabajadores y
en su lucha, siempre buscan el respaldo del gobierno de turno o de
algún sector patronal opositor.
Por
su parte Caló, el jefe de la UOM, va a la disputa de la conducción de
la CGT con el sostén de Cristina, a cambio de convertirse en el
abanderado del techo salarial del gobierno en las paritarias. Su
candidatura cuenta con el apoyo de los principales puntales del
sindicalismo- empresario menemista como Luis Barrionuevo
(Gastronómicos), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Armando Cavalieri
(Comercio), Rodolfo Daer (Alimentación), Carlos West Ocampo (Sanidad).
Nada bueno puede esperarse de ellos.
Las CTA se siguen debilitando
Luego
de dividirse las distintas fracciones de la CTA, siguen debilitándose:
crece la bronca de los docentes contra Yasky porque una vez más entregó
la pelea salarial que tuvo su pico en el primer paro nacional del gremio
contra un gobierno kirchnerista; los estatales no ven una alternativa
mucho mejor en los líderes surgidos de ATE, como Micheli, De Gennaro y
compañía, que tampoco son capaces de montar un plan de lucha consecuente
por sus reclamos.
Crece el sindicalismo independiente
La
crisis y los enfrentamientos entre burócratas y la falta de respuesta a
los reclamos obreros sigue impulsando algo que hasta el reaccionario
diario La Nación tuvo que reconocer, en su edición del 29 de abril
pasado: “Aunque no hay estadísticas, el crecimiento de sectores más radicalizados y antiburocráticos se puede constatar en gremios y en comisiones internas. (…) Nuevas camadas de dirigentes y de delegados están comenzando a consolidarse en el mapa sindical y producen transformaciones para seguir de cerca,como el de los metrodelegados del subte, que lograron conformar un sindicato propio, con reconocimiento oficial, o el de los ferroviarios de la línea Sarmiento, que se convirtieron en referentes del gremialismo combativo”.
El mismo diario señala que: “Un test decisivo serán las elecciones en el Sindicato de Alimentación, conducido por Daer, que se realizarán el 10 del mes próximo. Allí, el ex líder de la CGT e integrante de "los Gordos" se enfrentará, por primera vez, a una lista unificada de la izquierda. La sola conformación de esa nómina, de todas formas, grafica el ascenso de los delegados más duros en empresas del sector alimentario como Kraft, Pepsico, Bonafide y Felfort”.
Presentar una alternativa de dirección unitaria
El
ejemplo de la Alimentación nos lleva a una pregunta clave: si
dirigentes de partidos con posiciones muy distintas, incluso
enfrentadas, pudieron ponerse de acuerdo para presentar una alternativa
de dirección común frente a una de las conducciones burocráticas más
poderosas, como es la de Daer, ¿por qué no puede hacerse lo mismo a
nivel de la conducción de todo el movimiento obrero?
Una
medida inmediata en ese sentido sería la convocatoria de una reunión de
delegados y dirigentes de comisiones internas opositoras de la
Alimentación, los metrodelegados encabezados por Pianelli, los delegados
ferroviarios combativos, los miles de delegados docentes y estatales
opositores, las comisiones internas combativas metalúrgicas, y tantos
más.
Más
allá de las distintas posiciones de estas direcciones respecto del
gobierno u otras cuestiones fundamentales, lo importante allí sería
acordar el camino a seguir para construir una nueva dirección obrera
dispuesta a defender la independencia de los sindicatos tanto del estado
y los gobiernos, así como de todos los sectores patronales y sus
partidos y conquistar la democracia sindical en todos los gremios.
Para
lo más inmediato, se podría debatir la presentación de una lista de las
nuevas direcciones sindicales, encabezada por el “Pollo” Sobrero, los
líderes de la lista Bordó de la Alimentación y otros dirigentes
combativos, para enfrentar con una gran campaña nacional en las
elecciones de conducción de la CGT a Moyano, a Caló y a toda la corte de
burócratas corruptos.
Este
sería un primer paso importantísimo hacia la construcción de la nueva
dirección democrática y combativa que necesitamos los trabajadores.
http://www.litci.org/inicio/newspaises/argentina/3149-una-gran-oportunidad-para-avanzar-hacia-una-nueva-direccion-obrera
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