miércoles, 27 de marzo de 2013

Contra los ataques a los trabajadores, en todo el mundo, nuestra respuesta tiene que ser unificada

Contra los ataques a los trabajadores, en todo el mundo, nuestra respuesta tiene que ser unificada
Escrito por Marcos Margarido   
Lunes 25 de Marzo de 2013
Segundo dia del Encuentro Internacional Sindical

De Europa, de América, del norte de Africa, de Medio Oriente y Asia. Uno a uno, los cerca de 250 delegados de organizaciones sindicales, de 32 países, comenzaron a llenar el auditorio de la Bourse du Travail de Saint Denis, un edificio municipal, que alberga a todas
las secciones regionales de las centrales sindicales francesas y donde los locales de uso colectivo, son compartidos por las centrales, sindicatos, grupos sindicales y por la comunidad.

Además de las delegaciones de las entidades organizadoras -Unión Sindical Solidaires, de Francia, CSP-Conlutas, de Brasil y CGT, del Estado Español-, estaban presentes, entre otros, representantes del RMT, el Sindicato de los Transportes, de Inglaterra y uno de los mayores del país, varios sindicatos de base de Italia, como la Coordinadora de Luchas No Austerity, la Co.Bas, del Estado Español y la Confederación Sindical Nacional de Indonesia.

Una sola crisis y la necesidad de una respuesta unificada
 
Los trabajos fueron abiertos por Desiderio, en nombre de la CGT, que hizo una presentación de la coyuntura mundial, en particular sobre la crisis económica del capitalismo, que asola a los pueblos de Europa. Afirmó que esta es una crisis global, que tiene varias vertientes: la crisis económica, la crisis social, la crisis ecológica, que están interconectadas en todo el mundo y que una alimenta a la otra.

Desiderio afirmó que “todas las políticas de ajuste son iguales, en toda la Unión Europea, a través del pacto del Euro y del pacto de estabilidad”, y que se expresan en 4 factores -el ataque a los salarios; la reforma laboral, que da a las empresas toda la flexibilidad posible para disponer de mano de obra como mejor les conviene; la reforma previsional, pues las jubilaciones son vistas como costos insoportables para los Estados; y la crisis de la deuda pública de los Estados, cuyo pago, para los banqueros, tiene prioridad sobre los derechos sociales.

Afirmó, por último, que “no hay vuelta atrás” y que es posible “cambiar a otro sistema, sin la intervención del sistema financiero”, a través de la “redistribución del trabajo y de la riqueza, con la repartición del trabajo entre todos y la repartición del producto del trabajo y de la riqueza social entre todos”.

El debate que se abrió tuvo la participación de todas las delegaciones presentes, que relataron sus experiencias de lucha, los ataques que los trabajadores vienen recibiendo de los gobiernos y de los patrones y el apoyo imprescindible que estos reciben de las burocracias sindicales, para que la crisis sea pagada por los trabajadores.

Por eso, entre todas las intervenciones, una se destacó por haber sido la única que abordó la cuestión de la opresión de la mujer trabajadora. Según Ana Rosa, representante del Movimiento Mujeres en Lucha, afiliado a la CSP-Conlutas, la lucha contra la opresión de la mujer es parte de las luchas que ocupan las “plazas Tahrir” en todo el mundo. Pero, dejó en claro que no “apoyamos a Merkel, no apoyamos a Cristina, o a Dilma, la presidenta de Brasil, que aplican políticas contra los trabajadores y contra la liberación de la mujer”. Ana afirmó que “nuestro lugar es al lado de las mujeres trabajadoras, oprimidas y explotadas”, y que, contra aquellos que dicen que la lucha contra la opresión divide a los trabajadores, “es el machismo el que divide a la clase y ayuda al capitalismo a explotar a todos, hombres y mujeres”.  

Todas las intervenciones formaron un cuadro mundial de las luchas entabladas por los trabajadores, donde una certeza se impuso: a pesar de las diferencias regionales y de formas de los ataques empleados, la crisis no sólo es europea o de los países de Medio Oriente y del norte de Africa; es una crisis mundial, que ataca a todos los trabajadores de conjunto siendo, por lo tanto, necesaria una respuesta unificada de la clase obrera, de los campesinos y de los pueblos oprimidos.

Campañas comunes para uma solidaridad práctica
 
En el segundo punto del día, Dirceu Travesso (Didí), de la CSP-Conlutas, explicó que el principal desafío del Encuentro es poner en práctica una respuesta común a la crisis y a la explotación, no como una sumatoria de la resistencia a todos los ataques localizados, relatados en el primer punto, sino como una síntesis, en algunos puntos, que puedan unificar la acción de todas las organizaciones presentes.

Afirmando que, en el encuentro, “están, de una forma o de otra, aquellos que están llevando adelante el combate concreto contra las medidas imperialistas”, Didí afirmó que, “si no transformamos nuestra discusión en acción, todo lo que decimos puede convertirse en letra muerta”.

Rechazando al “viejo sindicalismo de jefes”, dijo que “este proyecto sólo puede avanzar si fuera discutido con los trabajadores, no sólo entre nosotros, en una sala cerrada”, y que, a pesar de las diferentes concepciones sobre la crisis económica, hay un entendimiento de que ella es mundial, que ataca a todos los pueblos de diferentes maneras y, por eso, “cuando hablamos de redistribución de la riqueza, debe quedar claro que nosotros no aceptamos ningún recorte, ningún corte de derechos y de conquistas sociales. Nosotros no queremos ninguna empresa cerrada, ningún empleo menos pues, además de la cuestión democrática, además de la necesidad de recuperar los derechos democráticos perdidos, en el último período, existe la cuestión de las condiciones de vida, empeoradas en función de los ataques imperialistas y de la crisis económica”.

En función de ese diagnóstico, Didí propuso cuatro grandes temas de campañas, que puedan responder a las necesidades locales expresadas en el Encuentro. “El primero de ellos, la crisis económica, la crisis imperialista que todos nosotros estamos sufriendo. Tenemos la dimensión clara de lo que somos. Lamentablemente, me gustaría poder aquí, y creo que, a todos ustedes, también les gustaría, discutir una fecha para una huelga general continental, en Europa, y donde nosotros también pudiésemos poner de pie, en solidaridad, a América Latina, a Africa, a Asia y a todos los trabajadores del mundo. Eso es lo que nos gustaría, pero no tenemos condiciones de hacerlo”. “Pero, podemos, a partir del movimiento que ya existe por abajo, fortalecer la idea de la necesidad de una huelga general, a partir de un país, que ponga en marcha este proceso”.

Como segundo tema de campaña, Didí destacó la defensa del derecho de organización, contra la criminalización de los movimientos sociales, que aumenta cada día, con leyes antisindicales, la persecución de dirigentes sindicales, la represión a los que luchan, prisiones y asesinatos.

El tercer punto que “yo ubicaría, junto con el proceso europeo, es el proceso que se da en el mundo árabe”. Didí afirmó que existen muchas diferencias en relación a procesos como el de Siria, que organizaciones, como la CSP-Conlutas, consideran una lucha progresista, contra una dictadura, pero que no todos piensan así. “Por eso, les propongo, como campaña de unidad de todas las organizaciones presentes, la defensa de la causa palestina, como símbolo de la lucha general contra la intervención imperialista, contra la militarización, por el derecho a la autodeterminación de las nacionalidades.”

Por fin, Didí afirmó que el cuarto gran eje de campaña debería ser la lucha contra la opresión, que engloba la lucha de los inmigrantes por su reconocimiento, la lucha de las nacionalidades oprimidas, pero que tiene en la lucha contra la opressão de género, en la lucha de la mujer contra la opressão, su aspecto más abrangente.

“Esa es la idea general que discutimos y nosotros queremos ver cómo avanzamos para materializarlas en campañas, que puedan ser llevadas por todos”, afirmó para terminar.

Fue con esas ideas en la cabeza que los delegados presentes dejaran a la plenaria, para prepararse para el tercero y último día del Encuentro, donde serían tomadas las principales resoluciones. Un día arduo, de mucho trabajo, pero que dejó en todos la impresión del deber cumplido.

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