12.07.2009 | Según informaciones del año 2008, el número de delitos contra la mujer continúa aumentando en la India. Mientras tanto, sus agresores, que en un 41% de los casos son el marido u otros parientes, con frecuencia quedan impunes por una pobre aplicación de la ley.
Los últimos datos difundidos por la Oficina Nacional de Registro de Delitos (NCRB) muestra que durante el 2008 se cometieron en el país 185.312 delitos contra mujeres, 75.930 fueron clasificados como "actos de crueldad de maridos y familiares". Cerca de otros 50.000 delitos registrados fueron por acoso y agresión sexual. Estas cifras reflejan un incremento en el número de delitos del 12,5 % respecto al 2007, y marcan una tendencia continuada en los últimos cinco años. No están incluidas en estas estadísticas las 20.737 violaciones registradas en el 2007, ni las 8.093 muertes por asuntos relacionados con las dotes que los padres de las futuras esposas deben abonar a sus familias políticas, aunque la práctica está abolida por ley.
El Estado de Tamil Nadu es famoso por los infanticidios de niñas, y por ser un claro exponente del desequilibrio demográfico entre hombres y mujeres que sufre Asia. El problema, hace años, es objeto de atención por parte de los Gobiernos y organismos internacionales que, sin embargo, ven cómo sus logros en la reducción de los infanticidios -practicados desde hace siglos- han sido contrarrestados por el alza de los abortos selectivos de niñas.
Otro dato significativo que se desprende de los registros del NCRB es que sólo el 29% de los casos de violencia denunciados acaba en condena judicial. Una cifra que está en sintonía con el porcentaje de condenas por otros delitos cometidos en la India.
Sin embargo, en la Comisión Nacional de la Mujer, organismo dependiente del Gobierno indio, consideran que el problema no radica en la normativa sino en la falta de concienciación social. “Las leyes son lo suficientemente efectivas para proteger a las mujeres, es la falta de concienciación la responsable del aumento de los delitos contra la mujer. Necesitamos un cambio mayor en la mentalidad de nuestra sociedad para lidiar con estos temas”, aseguró la funcionaria de esa comisión Yasmin Abrar.
La creencia de que la autoridad masculina no puede ser cuestionada y de la superioridad de los maridos sobre sus esposas, es un principio arraigado culturalmente. En la India se trata a los maridos como dioses y muchas mujeres tienen derechos limitados, o simplemente desconocen que los tienen.
Tanto la India como China son sociedades con relaciones de poder tradicionales y muy desfavorables para la mujer; tienen en común una fuerte preferencia por los varones. En China, a causa de la política de control de la natalidad que presiona fuertemente para que la gente tenga un solo hijo (aunque la ley permite dos), antes que renunciar al hijo varón prefieren deshacerse de la niña de cualquier forma, antes o después de que nazca.
En la sociedad china, los hombres son los garantes del apellido familiar y el sustento de los padres en la vejez. Para las parejas, tener un hijo varón es a menudo una cuestión de supervivencia, ya que el país carece de seguridad social y un sistema de pensiones generalizado. Además, la influencia confuciana otorga un papel dominante a los hombres en los ritos familiares.
En China, Taiwán o Corea del Sur, la ausencia de un heredero varón significa la extinción del linaje familiar y del culto a los antepasados. En la religión hinduista, donde el encargado de los ritos funerarios cuando mueren los padres es tradicionalmente el hijo varón, su ausencia condena al alma de los padres a errar eternamente.
En India, la transmisión del apellido no es un motivo para preferir hijos, ya que éste no se hereda; pero sí lo es el apoyo en la vejez, que corre también a cargo de los varones, porque las mujeres pasan a vivir con la familia de su marido. Aunque el principal factor por el cual los matrimonios prefieren hijos es que las niñas son consideradas una pesada carga económica para los padres, a causa de la dote que deben pagar a la familia del futuro esposo. La familia de la novia debe pagar a la familia del novio el equivalente al salario de varios años de un trabajador como dote; esto puede hacer que las familias queden endeudadas durante varios años.
En la India, una niña está de paso en la casa de sus padres. Cuando la casen, pertenecerá a su familia política y a partir de entonces no deberá nada a sus padres. Para los indios, criar una hija es “regar el jardín del vecino”. El divorcio está muy mal visto. Si la relación no funciona, la mujer debe aguantar ocurra lo que ocurra; porque una vez casada, no puede volver con su padre.
También en estas sociedades la muerte de niñas es mucho mayor que la de niños en los primeros años de vida. Se las pone en un segundo lugar a la hora de alimentarlas o asegurarles asistencia médica o las vacunas necesarias. La mortalidad infanto juvenil antes del quinto año de vida es normalmente más alta entre los varones que entre las nenas en casi todo el mundo. Pero en la India es un 7% más alta en las niñas; en Pakistán, un 5% y en Bangladesh, un 3%. En China la locura llega a su máxima expresión ya que la mortalidad infanto juvenil de las niñas es un 28% más alta que en los varones.
La diferencia demográfica ha causado alarma entre los expertos, que advierten sobre las graves consecuencias sociales si la tendencia continúa: incremento del tráfico de mujeres y de la prostitución, y migraciones masivas de jóvenes incapaces de encontrar pareja.
Para dar respuesta a la falta de esposas, se organizan redes para traer mujeres con fines matrimoniales. Para muchas familias chinas, comprar una esposa en Vietnam es la única manera de conseguir una mujer para su hijo; y para la mujer vietnamita el casamiento con un chino muchas veces es la única esperanza de una vida mejor. También se está acentuando esta costumbre en Taiwán: se estima que desde mediados de los ‘90 Vietnam habría provisto de unas 100.000 esposas a hombres taiwaneses que buscan mujeres respetuosas de sus valores tradicionales.
Las autoridades de los países afectados intentan darle una respuesta política. En China se inició una campaña denominada “Mayor consideración para las niñas”, que busca promover la idea de la igualdad entre los sexos -en especial mediante los manuales escolares- y de mejorar las condiciones de vida de las familias que tienen únicamente hijas mujeres.
Hay regiones dentro del país donde las parejas con niñas gozan de un fondo de apoyo, y además están exceptuadas de impuestos agrícolas y gastos de escolaridad para sus hijas hasta que tengan edad de casarse. Pero las leyes no alcanzan, los valores de las sociedades son muy difíciles de cambiar. Lo más probable es que hagan falta varias generaciones para que la situación realmente se modifique.
Usted pensará que esto sucede en sociedades lejanas. Es verdad. Pero son los dos países más poblados del mundo. Son millones de mujeres que por el momento, sufren sin que nadie haga nada por ellas.
Los abortos selectivos
En muchos países asiáticos, para ser plenamente aceptada por la familia del marido, la mujer debe tener un hijo varón; y sufre una gran presión para hacerse las pruebas y abortar si espera una niña.
En estas sociedades, muchas veces las hijas mujeres son más una carga que una alegría. Al viajar en tren por la India se pueden ver anuncios ofreciendo abortos por unas 100 rupias. Con la posibilidad de descubrir el sexo del feto por medio de una ecografía, el aborto se ha convertido en el equivalente urbano al infanticidio, práctica rural de matar a bebés del sexo femenino al nacer.
Pero el tema es que, de tanto elegir, han afectado el equilibrio demográfico de tal manera que en muy poco tiempo van a faltar mujeres en edad de casarse. Se estima que a partir de la próxima década más de un millón de chinos van a quedar solteros, salvo que tengan el dinero para buscar una esposa en el extranjero. Según estudios, faltan unos 60 millones de mujeres en Asia, creando un serio desequilibrio en la población.
Oficialmente, en China se realizan 10 millones de abortos por año, el 90% de los cuales son de fetos femeninos. La política China de sólo permitir un hijo por familia se inició en 1979 y significa que las parejas que desean un varón abortan a las mujeres, a pesar de que sea ilegal informar a los padres el sexo del bebé antes del nacimiento. El resultado es que sólo hay 85 niñas por cada 100 varones.
El representante en el exilio de la minoría étnica Ligur aseguró en una entrevista en Munich que en los hospitales chinos se esteriliza a sus mujeres. Can, de 50 años, afirmó que el Gobierno de Pekín hostiga cada vez más a la comunidad uigur.
“Legalmente, las mujeres en China pueden tener dos hijos, pero cuando las mujeres uigures están embarazadas del segundo tienen mucho miedo porque las autoridades chinas suelen obligarlas a abortar. En los hospitales se esteriliza forzosamente a las madres uigures. Además, nos tratan como esclavos. Nuestras mujeres son obligadas a ir a trabajar en un régimen de esclavitud en fábricas en el centro de China", relató Can.
Es evidente que el gobierno chino también utiliza las leyes de natalidad para presionar a las minorías étnicas.
por Rosanna González Pena
FUENTE: www.noticiasyprotagonistas.com
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Análisis Coyuntural
- Por Rosanna González Pena
- Desigualdades de género
Las mujeres de Asia
12.07.2009 | Según informaciones del año 2008, el número de delitos contra la mujer continúa aumentando en la India. Mientras tanto, sus agresores, que en un 41% de los casos son el marido u otros parientes, con frecuencia quedan impunes por una pobre aplicación de la ley.
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Cultura
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