Anécdota sobre la condición de ser español. Corria el año 1904 y aquella tertulia, que habia abierto el gallego Ramon Maria del Valle-Inclan en el Nuevo Cafe de Levante, hervia por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generacion del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutierrez Solana, Santiago Rusiól, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.
Y aquella tarde Pio Baroja, los sorprendió a todos, cuando se estaba hablando de la condición de ser español y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco dijo:
“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… son como los siete pecados capitales. A saber:
1) los que no saben; 2) los que no quieren saber; 3) los que odian el saber; 4) los que sufren por no saber; 5) los que aparentan que saben; 6) los que triunfan sin saber, y 7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.
Anécdota sobre la condición de ser español.
ResponderEliminarCorria el año 1904 y aquella tertulia, que habia abierto el gallego Ramon Maria del Valle-Inclan en el Nuevo Cafe de Levante, hervia por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generacion del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutierrez Solana, Santiago Rusiól, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.
Y aquella tarde Pio Baroja, los sorprendió a todos, cuando se estaba hablando de la condición de ser español y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco dijo:
“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… son como los siete pecados capitales. A saber:
1) los que no saben;
2) los que no quieren saber;
3) los que odian el saber;
4) los que sufren por no saber;
5) los que aparentan que saben;
6) los que triunfan sin saber, y
7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.